Eyes on you; Lee Jooheon.

C I N C O

Hubiera preferido una y mil veces perder mi celular que extraviar mi "diario", puesto que en el sólo llevaba un par de fotos de Jooheon-menos vergonzoso que todo lo que escribía en el diario-un par de documentos, y algunas aplicaciones como lo era mi red social, fuera de eso no había nada malo que ocultar. Pero en mi diario, en aquella pequeña libreta describía exactamente todo lo que Jooheon me hacía sentir, explicaba paso a paso la forma en que me enamoré sin ser vista por sus ojos, confesaba que estaba profundamente ilusionada con sus retratos y que aprovechaba lo bien que se me daba dibujar para dibujarlo. Cualquiera pensaría que estaba obsesionada y algo loca, pero era la única manera en que me desahogaba.

Tal vez me dirán: Pues si él no lo sabe, el que no arriesga no gana.

No era fácil para mí en lo absoluto confesar, Jooheon siempre me parecio demasiado especial, y tenía mínima probabilidad de ser vista por él de otra forma ¿Que cómo lo sé? Lo he observado siempre, tanto que conozco hasta el mas mínimo detalle de él.

Había despertado como rayo mas temprano de lo normal, me duché lo mas pronto posible y después de terminar mi aseo personal, tome mis cosas y salí de casa sin avisarle a mi madre y sin esperar a Jinan, no me tomó ni los 10 minutos cuando ya estaba frente al Instituto a las 7:12 de la mañana, le mostre mi credencial al guarda de la entrada y caminé hacía adentro del plantel rápidamente. No habían personas, a excepción de los conserjes, los guardas, uno que otro profesor y otros estudiantes yendo a biblioteca, y mi propósito era buscar por todas las instalaciones mi diario antes de  que el Instituto se llenará.
Estuve unos momentos de pié haciendo memoria sobre los lugares por lo que caminé, dónde me quede con mis amigas y las aulas que visité, así que comencé por ir a mi salón.
Cuándo por fin estuve allí, me fije en cada rinco sin rastro alguno de la libreta, prosegui en cafetería pero tampoco y yo me volvía un poco mas loca pensando cosas espantosas, que si por alguna razón alguien lo encontraba y se lo mostraba a Jooheon, sería mi fín. En ese momento ese era mi pensamiento.
Caminé por todos los lugares a mi alcancé, pero no obtuve resultado. Conforme pasaba el tiempo más gente llegaba, me ponían los cabellos de punta sólo imaginar que alguno encontraría mi diario.

Aquello para mi era muy especial, no eran solo horas dibujando el rostro de Jooheon, ni eran minutos creando frases para él, con la única intención de tenerlo sólo para mí y sumergir mis sentimientos en ella, justo eso eran, mis sentimientos, absolutamente todo lo que yo sentía por él, estaba escrito allí. Por eso me aterraba, me asustaba pensar quien la iba a encontrar y que uso le iban a dar.

Di un par de vueltas más alrededor de todo el Instituto, juró que no habia dejado ningun espacio sin checar, pero no apareció.

— Hey Jihei ¿que haces? — la voz de Zico me hizo alzar la cabeza, puesto que yo estaba de rodillas buscando bajo de una pequeña barda en la parte trasera del edificio donde tenia clase.
Él tenía un cigarro encendido en su mano-cosa estrictamente prohibida dentro-y luego se recargo en la pared apoyando un pie sobre ella.

— Ah, no, nada, buscaba algo que se me perdió ayer.

— ¿Pasas por aqui seguido? Digo, es aqui dónde nos escondemos para fumar. — dijo.

— No, sólo era para asegurar. Me tengo que ir...

— ¿Puedo saber que se te perdió? — pregunto y yo definitivamente negué.

— Nada importante. — me di la media vuelta y comence a caminar para salir de una vez por todas de ese lugar, justo cuando iba saltando la pequeñita acera iban llegando a ese mismo sitio, Mino, Bobby y Jinhwan.

— ¿Que demonios haces aquí Jihei? — me pregunto mi hermano sorprendido y algo molesto.

— Lo mismo que tú — respondí, él abrio los ojos, y gruño.
Mino y Bobby solo rieron y continuaron caminando — Se mas o menos las porquerías que hacen aca atrás y si tú, Jinhwan te estas drogando, sea con lo que sea, no sere parte de ello.