Capítulo 11: ¡Ayúdame a salir de la Friendzone!

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Abby POV.

Le tomó la mano a mi mejor amiga, estoy tratando de levantarla de la cama, hace media hora regresamos del instituto y se encuentra cansada, o sea yo tampoco lo estoy pero tenemos que hacer tareas.

—Vamooos flojaaa—exclamo con pesadez en mi también.

—¡Tengo sueñoo!—se remueve en la cama, mientras lleva una almohada a su cabeza.

—Pues me importa un pepino tu sueño tonta, tenemos trabajos y tareas.

Se sienta sobre la cama y bufa.

—Esta bien, pero ¿Me prometes que después saldremos a algún lado?—me cuestiona con sus cejas elevadas.

Coloco mis ojos en blanco y me siento frente al computador, suspiró y añado:

—Aja.

Siento sus brazos abrazar mi cuello y descarga un beso sonoro en mi cabeza.

—Te amooo

—Si, yo más pero anda ayúdame con cálculo y yo te ayudo en español.

Se sienta al lado y toma los cuadernos junto con la calculadora.

—¡Empezamos!—toma el lápiz y después frunce su ceño—Abby pero coloca algo de música ¿Si? Así trabajamos mejor—me sonríe.

—Bien.

Enseguida busco en Spotify la lista de mi música y la coloco.

Minutos después mi mamá entra por la puerta de la habitación con la cena, mientras una sonrisa alumbra en su hermoso rostro.

—¡Ay pero qué silenciosas y concentradas están mis niñas!—exclama con diversión.

Las dos sonreímos, ella descarga la bandeja encima de una pequeña mesa que hay en mi habitación. Le pregunto acerca de mi papá y me dice que aún está en la empresa, de hecho que mandó a llamar a Damien porque necesitaba ayuda y también porque quería que Damien comience a tener control de está.

—¿Damien siendo responsable?—me cuestiona mi mejor amiga en un susurro—En serio que lo desconozco, la última vez que lo ví no era tan alto y fornido ¿Y ahora siendo lo que nunca fue? Vaya, si que han cambiado

Arqueo una ceja y sonrió con malicia.

—¿Estás diciendo que...

—No, no—niega rápidamente—Sabes que solo lo veo como...—muerde un poco su labio y rodea los ojos por la habitación.

—Como un amigo, si—interrumpo torciendo mi gesto.

—Exacto—me sonríe—¡Yijaaa!.

Frunzo mi ceño frente a ese grito tan extraño.

—¿Qué te pico?.

—He terminado las ecuaciones—levanta sus manos y termina de comer—¿Ya podemos salir?—cuestiona con su boca llena de comida y hago una mueca.

—No hables con la boca llena Lydia.

—¿O queee?—cuestiona con ésta llena aún.

Me levanto empacando los cuadernos en mi bolso y ella imita mi acción.

—¿Te aparece si salimos mañana?—cuestiono con mis cejas elevadas y ella aprieta sus labios.

—Okay, te lo valgo solo porque también estoy cansada—desbloquea su teléfono y teclea en éste—El Uber ya viene por mi ¿Nos vemos mañana?.

—Si ¡Ah! Y recuerda llevar el uniforme el lunes.

Hace una mueca y suelta:

—Papá ya lo compro y sabes que él es como el señor Erick, ojalá y la falda no sea como las de la monjas—une sus manos en simulación de estar orando.

ADICTIVO © COMPLETAWhere stories live. Discover now