ADICTIVO © COMPLETA

Capitulo 12: Las chicas de fuego.

Damien POV

Me levanto por el ruido que suena desde la parte de abajo, Abby se encuentra dándome la espalda así que decido levantarme sin hacer ruido alguno. Reviso la hora en el reloj que hay en la habitación; se suponía que Matt tenía que estar hace dos horas.

Frunzo mi ceño y sobó mis ojos para quitarme el poco sueño que me queda, salgo al balcón y puedo ver una vista bastante genial, al parecer dormimos toda la mañana; recuperamos básicamente todo el sueño que el primer semestre nos quita.

Salgo de la habitación y bajo hasta la cocina, abro el refrigerador y sacó algo de comida, luego de esto me voy hacia la sala y me siento en el sofá para después encender la televisión.

Frunzo mi ceño al ver las noticias. Un avión acaba de salirse del sistema. No soy de ver noticias ni nada pero está me llamó mucho la atención; no solo porque se haya desaparecido por completo un avión; sino que un apellido algo familiar aparece en ésta. Blair Maddxon ¿Ese no son los apellidos de aquel chico problemático?, Si; en definitiva es el de él.

"-Avión se pierde del radar en dónde iban los más reconocidos empresarios Dylan Blair Waldorf y Anna Maule Maddxon, los especialistas están haciendo de todo para encontrarlos"-dice un periodista con tono serio.

¿Un avión no debería de llevar más personas abordo?, O tal vez haya sido un avión privado ¿No?. Estúpidas noticias que no saben informar correctamente lo sucedido. Después de unos minutos cambió el canal y prosigo hasta encontrar algo de mi gusto.

El timbre de casa suena y decido levantarme al tercer intento.

Ahg.

-Ya va-digo con pereza en mi voz y en todo mi ser.

Abro la puerta y enseguida el rostro de Lydia inaugura toda mi vista. Su vestido azul brilloso bien ajustado, le resalta esas hermosas curvas; sus labios carnosos llevan un rojo ardiente, lleva un maquillaje diferente a como lo trae siempre, su cabello está liso hasta la mitad y en sus puntas se hacen unas hondas realmente perfectas.

A esta chica la esculpieron los propios dioses del Olimpo.

-¡Chimultrufio!-exclama con una sonrisa de aquellos labios deseosos, se inclina hacia mí para abrazarme, su fragancia entra por mis fosas nasales y sin darme cuenta, descarga un beso sonoro en mi mejilla-¿Cómo estás? ¿Se encuentra Abby?.

Aún no puedo dejar de ver lo cuan perfecta es. En verdad todo lo queda perfecto, y esos tacones plateados la hacen ver un poco más alta de lo que es.

-Por fin creciste-bromeo haciéndome a un lado para que pueda pasar-Y sí, si está.

Me sonríe y se adentra añadiendo:

-Tonto.

Sonrió de medio lado y ella se encuentra viéndome con su ceño fruncido, luego se acerca bastante a mí y enseguida siento mi respiración acelerarse.

¿Me va a besar?
Me va a besar.

Parece estar analizando cada parte de mi rostro y arquea una ceja.

-¿Te acabas de levantar?-esta tan cerca de mi que siento la calor de su respiración.

-¿Por qué lo preguntas?-mando saliva bruscamente.

-Tus ojos achinados, tú cabello revolcado, tú sudadera no tan decente y tú torso desnudo; te delatan chimultrufio-dice mientras se aleja con sus cejas levantadas.

¿Tenía que hacer eso sólo para decirme que si estaba durmiendo?.

Suspiró algo decepcionado y asiento para después irme al sofá.