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Al despertar la chica se levanto de una cama improvisada y por primera en todo el viaje no le dolía tanto la espalda por dormir en la madera. Cuando vio en que consistía su cama improvisada, vio unos finos cojines decorando gran parte del suelo y debajo de ellas habían también finas telas de ceda. La chica no pudo evitarlo  se volvió a recostar sobre aquellos, tan cómodas, cojines.

_¡Esto es vida!. - Grito eufórica la joven sin dejar de moverse sobre aquellas telas tan suaves. Eran tan suaves como las plumas de un ave, ¡mas que eso!

_Oye holgazana...- Hablo alguien desde la entrada. Ella como el tipo que lo dijo se quedaron estáticos en su sitio.

Cada uno por diferentes motivos. 

Por ejemplo el tipo, que resulto ser Alteza, se quedo quieto en su sitio con la mirada apartada hacia otro lado y con las mejillas decoradas con un leve color rojo como las rosas porque resultaba que al momento de entrar encontró a la joven moviéndose como una lombriz sobre aquellas telas a la joven se le había subido un poco el vestido y desde el ángulo donde se encontraba el Príncipe vio perfectamente las piernas de la joven, hasta un poco de su ropa interior.

Y por el otro lado la joven se sentía avergonzada al notar que alguien le encontró moviéndose como un loca en el suelo, sin notar el pequeño detalle de su vestido un poco levantado.

La joven se levanto y noto primero el estado de Alteza, y se pregunto un por que, pero al notar como su vestido estaba levemente mas arriba de sus rodillas entendió todo. Ella de enseguida, con el rostro ardiéndole por completo, se acomodo el vestido.

_Yo-yo no quería mirar te lo juro...

_Eres un pervertido. - Murmuro la chica mirando fijamente a Alteza. El joven se quedo pasmado en su lugar.

_¿¡Q-que?!. - Grito el joven Príncipe al ver como la chica lo miraba. - ¡A ver yo no fui el que se movía como una lombriz sobre la tela! ¡en este caso tu eres la culpable, yo no! Mas bien tu eres la indecente.

_No aviso cuando iba a entrar.

_¡Yo soy la Alteza, si yo quiero puedo hacer que el mar se parta en dos! ¡Pero ese no es el caso!  ¡Yo puedo entrar aquí cuando se me de la gana!. - Grito Alteza con las orejas encendidas, y que lo dijo sin parar a respirar.

_¡De acuerdo!¡Bien!¡Excelente!. - La chica se levanto y tomo la pequeña tela, donde iban sus implementos y el pañuelo de Alteza, ya terminado, y se los lanzo. Estos cayeron en los pies de Alteza, el lo miro confundido. - ¡Toma tu asqueroso pañuelo, yo me largo!¡Con su permiso Alteza!  -Fue lo ultimo que dijo la joven antes de marcharse.

El no la detuvo. El dejo que se fuera. Le pareció mas entretenido ver el pañuelo, echo por la mismas manos de la joven. Ya empezaba a conocer mas a la chica, sabia que haría todo lo posible por evitarlo o ignorarlo, así que para ahorrarse pasar un mal rato con ella, el joven se entretuvo admirando la tremenda belleza de pañuelo que le habían "regalado".

_Lo voy a tomar como un regalo. -Se dijo para si mismo, ignorando que básicamente la chica se lo arrojo.

Un pañuelo echo por ella, pensó Alteza con una sonrisa en el rostro.

El no podía apartar la mirada de aquel pañuelo aun mientras hacia su labor. A cada segundo lo miraba y admiraba otro pequeño detalle que la joven le había dado. 

_Alteza. - Llamo por tercera vez el Capitán Min, pero en cambio de las dos anteriores esta vez consiguió la atención del Príncipe. - Ya es hora de la merienda. - Aviso Yon para después darse media y queriendo hacer también su labor, pero el llamado de Alteza lo detuvo. El nuevamente puso su atención en Alteza esperando una orden por parte de el. - Alteza.

Mi Príncipe  - Jin y tú- [PAUSADO|Where stories live. Discover now