trece

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"Promesa".

Nueve años antes.

—¿Jiminnie? ¿Qué pasa?— Pregunto Tae al ver a su mejor amigo echo bolita y llorando bajo su árbol especial.

Hace unas horas que JiMin estaba totalmente desaparecido, nadie, a excepción de su abuela y TaeHyung sabia donde estaba. Éste último lo sabía por su instinto. Es decir, ese pequeño lugar, en medio de la zona boscosa de Busan era SU lugar de relajación, en donde se reunían para hablar o jugar, algunas veces solo para verse. ¿A dónde más iría

—¿Jiminnie? —TaeHyung se arrodilló para quedar al tamaño del contrario que aún seguía en su misma posición.

En vez de palabras solo se escucho un sollozo ruidoso.

—Rayos Jimin, ¿no me dirás? —Hablo de nuevo TaeHyung con un tono ofendido.

El nombrado consiguió despegar su cabeza de sus rodillas, mostrando así su linda carita totalmente roja y mojada por algunas lágrimas, sus ojitos muy hinchados y aún más pequeños, producto de todo el tiempo llorando. 

—¿Qué pasa?

No dijo ni una palabra, pero se abalanzó hacia TaeHyung, que lo tomo entre brazos medio extrañado. JiMin se acomodo en el regazo contrario y abrazo el cuello de Tae, que le sostuvo para darle más soporte.

—Y-yo me voy, Tae— JiMin intento hablar con claridad pero hipó en el intento— me voy a Seoul...

Taehyung se tranquilizó a sí mismo, sería igual que las otras veces, se irían por algunos días y regresarán a la semana. —Seguramente será como siempre, Chimchim. —Dijo Tae al momento en que acariciaba la cabeza del contrario. 

—No Tae, me iré
de-definitivamen-mente. Le ofrecieron un nuevo trabajo a papá y mamá piensa que será mejor irnos a vivir a Seoul,
ta-también quieren que conozca nuevos lu-lugares— al recordarlo sólo pudo llorar con más intensidad.— pero yo no me quiero ir, Tae, no quiero conocer más lugares u otras personas, sólo quiero quedarme contigo.— JiMin se aferró al cuello de Tae y a su aroma. Su dulce aroma. —No quiero que me olvides, que me dejes de querer, Tae. No me quiero ir.

Taehyung mantuvo silencio, a pesar de que su corazón decía miles de palabras su boca no respondía. Quería decir que todo estaría bien, que todo volvería a la normalidad, pero no podía mentirle. Quería decir que JiMin se olvidaría de él con el paso del tiempo, pero de solo pensarlo ya estaba llorando, al igual que JiMin.

Ahora todos esos recuerdos junto a su mejor amigo y primer amor le hacían llorar.

Recordó la vez que escaparon juntos de la escuela; cuando rompieron un vidrio en la casa de los abuelos; cuando comieron chocolate juntos; cuando persiguieron esas mariposas que tanto miedo le daban a Jimin; cuando aprendieron a nadar en una pequeña laguna; cuando encontraron a Yeontan; cuando se enfrentaron solamente ellos dos contra una manada de perros; los días de playa, las noches en vela, las risas. Incluso recordó como fue su primer beso, como pasaron de ser amigos a ser algo más. 

—Yo no podría olvidarte, ni en mil
años. —Taehyung movió el delgado cuerpo de Jimin y lo acomodo para poder abrazarlo. —No lo haré por qué eres y serás siempre el dueño de mi corazón. Nadie podrá ocupar tu lugar. Nunca jamás. —Ahora ambos soltaban lágrimas a más no poder. —Siempre te querré, nada ni nadie podrá separarnos, ¿Entendiste?

Jimin volvió a mantener silencio.

—¿Entendiste? — pregunto Tae de nueva cuenta.

—S-si... —Jimin se incorporó para quedar a la misma altura de Taehyung— Si Taetae.

De un momento a otro sus labios se tocaron, no fue un beso apasionado ni experto, sólo fue un beso que cerraba una promesa. Duraron con la presión ajena en sus labios casi un minuto, hasta que decidieron que era suficiente, aun así se quedaron en su misma posición, abrazados el uno del otro, en medio de aquel pequeño arbolado, con sus respiraciones algo tranquilas y ambos corazones latiendo desbocados.      

—¿Entiendes que esto no es un adiós?

—Lo entiendo.

—¿Entiendes que no podré olvidarte?

—Si...

—¿Entiendes que tu tampoco me olvidaras, Chimchim?

—Claro que sí, TaeTae. Nunca lo haré.

—Y por último. ¿Entiendes cuanto te amo? ¿Entiendes qué te amo y te esperaré el tiempo que sea necesario? Lo entiendes, ¿Verdad?

—Si, lo entiendo totalmente.

Eran adolescentes, no tenían una idea claro de lo que pasaría pero, así se dejaron llevar e hicieron aquella promesa.

—Entonces es una promesa, nunca nos olvidaremos. Y algún día tendrás que regresar, cuando lo hagas no nos separaremos nunca. ¿Promesa?

—Claro que si— respondió JiMin con una diminuta sonrisa.

Y aquella promesa se rompió con el tiempo...






🍒

Uh, este capítulo desde la primera vez que lo escribí me gusto demasiado así que no cambie tantas cosas.

En fin, este fue como un pequeño maratón para quienes leen la historia, espero que lo disfruten. Y de nuevo, ¡gracias por leer, comentar y todo lo bonito que hacen!

—💖

¡𝐏𝐚𝐫𝐤, 𝐫𝐞𝐠𝐫𝐞𝐬𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐦𝐢 𝐧𝐨𝐯𝐢𝐨!Kde žijí příběhy. Začni objevovat