Capítulo 6

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Eli.

Me senté a horcajadas en él, moviéndome frenéticamente, para hacer fricción con nuestros sexos. Solté un gemido cuando se llevó uno de mis pezones a su boca, mordiéndolos y chupándolos salvajemente. Llevó una de sus manos debajo de mi falda, y tanteó mi entrada por encima de las bragas.

Yo gemi frustrada, queriendo tener a su miembro dentro de mí.

-Conner-gemi.

Él sonrió de forma arrogante, haciendo que ponga los ojos en blanco.

-¿Qué? -preguntó inocentemente.

Jadee de manera abrupta cuando de una sola estocada, metió dos dedos dentro de mí. Empezó a moverlos rápidos y salvaje, tal cual cómo a mi me encantaba que hiciera. Besé sus labios, mordiendo su labio inferior un poco fuerte hasta que sentí un sabor metálico en los míos.

-Joder,ten más cuidado mujer-rió.

Yo proseguí en besarlo, y en gemir mientras que sus dedos entraban y salían en mí. Sentí cómo en mi vientre se acumulaba rápido el orgasmo.

-M-más-le pedí entre gemidos a Conner.

De dos, metió otro dedo en mi volviéndolo más placentero y fuerte, empezó a sacar y meter sus dedos más rápido, haciendo que el orgasmo explotara de una vez.

Caí en sus brazos por el cansancio. Él llevó sus tres dedos a su boca para chuparlos, mientras mantenía sus ojos lapislázuli en los míos, joder, me ponía cachonda de nuevo con sólo hacer eso.

-Muy dulce-murmuró.

La puerta de la habitación se abrió, y entró el socio de él. Pegué un grito en cuánto su mirada recayó en la mía, como mi camisa estaba lejos de mi alcance me escondí detrás de Conner quién se había parado de golpe al igual que yo.

-¡Mierda! ¡No veo nada! ¡Soy ciego! ¡No vi nada!

Miré por un lado haber que hacia, si de había volteado o no, porque no había escuchado la puerta cerrarse. Resulta que, se había tapado los ojos y buscaba una salida. Pero, se pegó contra un estante dónde había decoraciones de vidrio, y todo se fue al cielo, podría decir que era gracioso el momento, ¡pero había partido decoraciones de millones de dólares!

-¡Joder! -chilló levantándose del piso sin quitarse una mano de sus ojos.

Pegó a correr hacia la puerta, no a la salida, sino a la puerta y se pegó con ella en la frente. Volví a chillar de miedo y de risa. Esta vez no me había dado de cuenta que estaba riendo, ¡oh Dios mío! Conner me miró por el rabillo del ojo, y noté en su mirada que la escena también era graciosa para él.

-Joder, Richard-Conner se quitó completamente su camisa, y me la lanzó a mí.

Me la puse rápidamente, y salí de su espalda para ver cómo se encontraba aquél hombre que él había llamado Richard. Volteé su cuerpo y vi como un morado y chichón se empezaba a asomar en el centro de su frente. El hombre se removió quejándose del dolor, y me di cuenta también que habían pequeños vidrios en las Palmas de su mano y brazos.

Abrió los ojos, y rápidamente después los cerró.

Fruncí el ceño.

-No vi nada, hermano, lo juro-comentó.

Escuché la risa de Conner detrás de mí, y levanté la vista. Ahí estaba él mirando con gracia a su socio.

🌺🌺🌺

-Entonces él es de confianza-murmuré.

-Sí, si lo es-asintió para mí y le sonreí.

-Es mi hora de irme, nos vemos mañana.

Hice ademán de darme la vuelta pero él me lo impidió, tomándome del codo suavemente. Envió pequeñas corrientes eléctricas por mi cuerpo haciendo que mis vellos del cuerpo se ericen sin sentido alguno, pero su toque suave, me hizo sentir de alguna manera, relajada.

-No te vayas, quédate-pidió y quise morir en ese momento.

-Es que eres tan dulce que me matas-susurré en español y él frunció el ceño al no entender, se veía gracioso.

-¿Qué dijiste?

-Me tengo que ir, mi otro trabajo me espera-él asintió no muy conforme y me soltó.

Me dió un beso en los labios suave y rápido. Mi cuerpo tembló ante tal acto y me sentí nerviosa. Le dediqué una sonrisa antes de salir, y me fui caminando nerviosa de su apartamento.

¿Qué rayos me pasaba? El viaje a Alemania nos había cambiado un poco, era muy dulce conmigo, me trataba con cariño cómo parejas normales. Entre lo que teníamos no había pasado ningún inconveniente -excepto ese dónde Richard se presentó, pero no es nada grave, parece que es el mejor amigo de Conner-, y todo estaba bien por ahora.

Lo que me hacia sentir extraña era su manera de tratarme. Lo hace cómo si fuésemos pareja y me confunde tanto. A la hora de tener sexo siento una conexión especial con él, que me inunda de amor. Cada vez que follo con él, nos miramos a los ojos y yo nunca en mi puta vida hice eso con ningún otro hombre.

Con él lo mío es... hacer el amor.

Y es tan malditamente bien.

Él me gusta. Lo admito.

¿Le gustaré yo a él? ¿Me tratará de esa manera sólo porque así es él? Un hombre gentil, bondadoso y cariñoso. ¿Será así con todas? De sólo pensar que se comporta así con cualquier mujer la sangre me hierve.

¡¿Pero qué me pasa Dios?!

-Argh-grito de frustración.

-Hey, ¿qué sucede? -me pregunta Abril en cuanto entro a la tienda.

-No lo sé-digo, molesta conmigo misma-. Ese es el problema, no lo sé. Me gusta Conner.

Ella abre la boca totalmente asombrada.

-Guau, eso es genial, ¿no?

-No lo sé.

Me harían un gran favor votando, y comentando si les gusta, o qué les parece, besos.

Secretaria del sexo©Where stories live. Discover now