Capítulo 24

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Me remuevo un poco en la cama y abro los ojos poco a poco, la única luz que da contra mis ojos es el del bombillo prendido, y es cuando me doy cuenta que ésta no es ni mi habitación ni es la de Conner. Pequeños flashes llegan a mí y es cómo volver a revivirlo,el dolor y el pánico corre por mis venas y más no ver a Conner en ningún lado de la pequeña habitación de hospital.

-¿Conner? ¡Conner!

La puerta del baño de abre y sale él agitando llegando a mi lugar. No sé qué decirle. Realmente me siento tan fatal, tengo miedo de preguntar qué ha pasado y temer de la respuesta, tengo miedo a saber si los perdí o no. Sin embargo tengo que hacerlo porque no aguanto ni un segundo más con el vacío que llevó dentro en mi corazón.

-¿Conner?

-Está todo bien, estás bien-murmura y agacho la mirada.

-¿Estoy? ¿Y... los bebés?

-Están bien-se tensa-, llamaré a la doctora.

-No, espera-lo detengo por la manga de su camisa-. Yo... ¿no los perdí?

La voz se me entrecorta y empiezo a soltar sollozos. No hacía falta llamar a la doctora porque ella ya ha entrado y se alegra al verme. Jenny ensancha su sonrisa al mismo tiempo que, en sus ojos, noto la curiosidad que le da al ver a Conner tan apegado a mí.

-Has despertado, eso está muy bien-farfulla acercándose a la máquina de a mí lado, revisando no sé qué-, tengo que decirte un par de cosas.

Su voz baja preocupada.

-¿Qué ha pasado? De un momento a otro sucedió esto... ¿de seguro están bien?-digo sosteniendo fuertemente la mano de Conner a mí lado y él entrelaza nuestros dedos.

-Te había dicho que tu embarazo iba normal-explica-, pero me equivoqué. Después revisé bien los exámenes y me di cuenta que tus emociones altas afectaban tu tensión alta y baja, eso afectó a tu embarazo.

Muerdo mi labio inferior.

-No los perdiste por poco, el señor Hilerson llegó a tiempo para detener la hemorragia-su mano se posa en mi hombro y le da un suave apretón-. Tienes que dejar de estresarte por todo, tienes que llevar esto a la ligera. No hagas fuerza, trata de no enojarte y reprimir lo que sientes, eso les afecta. Tienes que tener mucho cuidado Annelisse, fue un milagro que se hayan salvado, en serio, estoy muy feliz de que tú y ellos estén bien.

Le sonrío pero creo que me salió más una mueca.

-Bueno, eso es todo-finaliza y se devuelve, pero antes, vuelve a darse vuelta-. Y, señor Hilerson, cuídala.

-Con toda mi alma-murmulló y lo miré.

En sus ojos había dolor con alegría. Se alegraba de que estuviera bien, pero le dolía saber que estoy muy frágil por el embarazo.

-Me quiero ir-zanjo.

-Lo sé.

🌺🌺🌺

Recosté mi cabeza de la almohada y me dejé llevar por el sonido de la lluvia. Las gotas caían por la ventana y me distraía por completo, además que la vista desde aquí era muy hermosa. Las luces de los edificios,las de los autos era muy hermoso de ver todo iluminado.

Escuché voces muy reconocidas provenir de la sala y aún así no me removí de mi lugar, preferí estar acostada mirando la lluvia caer, ellas entrarían en cualquier momento. Las escuché más cerca y la puerta de la habitación se abrió, cerré los ojos esperando un regaño de Carolina por descuidada pero lo que llegó fue un abrazo por parte de Carolina.

Secretaria del sexo©Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt