Capítulo 20

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Me sentí muy extraña luego de que Conner me dejara en la pastelería. Me sentía más viva y traía una paz mental que me dejaba era loca, un poco desconcertada porque era imposible de creer que, él me hiciera sentir así. Tan llena de alegría y plenitud, es tan... no tengo idea pero, a pesar de que se siente bien, está un poco mal. Porque significa que dependo de Conner y no debe ser así, tengo que depender de mi misma, pero, ¿cómo le hago?

-¡Eli! -salta Abril abrazándome con cuidado de no manchar mi vestimenta-. ¿Cómo te fue? Traes una cara de que salió todo...

-Normal-respondí rápido y ella me miró con mala cara-. Excelente, hablamos un poco...

-¿Y? -enfatizó.

-Todo fue una mentira-resoplé y me di cuenta que dije mal las palabras-. Fue un contrato antes que apareciera en su vida.

El ceño de Abril se hundió más.

Miré a mi alrededor y me di cuenta que seguíamos en público. Así que opté por llevarla al baño y contarle mejor. Cerré la puerta con pestillo y procedí en contarle todo a Abril al pie de la letra,sin omitir la parte del beso, era algo que había quedado en mi mente martirizándome. Mientras le narraba lo ocurrido, ella hacia unas caras que me daban mucha gracia, finalmente cuando terminé, ella tenía una sonrisa plantada en su rostro. Podía ver que estaba feliz por mí y que se veía más emocionada que yo.

-Fue idiota al no decirte-comenta-. Pero déjame decirte que ese hombre sí te ama, a pesar que haya cometido un error. Todos cometemos errores y hay pocos, sólo pocos, que buscan la manera de enmendarlos. Y él es uno de esos pocos, está queriendo buscar la manera de arreglar lo que jodió.

Sonrío de lado.

-Me siento tan calmada y plena-farfullo, recostándome de la pared.

-Es entendible-se ríe-. Te ves más feliz y se nota que ya dejaste de atormentarte a ti misma. Aclaró muchas dudas, ¿verdad?

-Sí-no tengo más que decir-. Sobre el beso...

-¡Ah! -exclama de repente-, sobre eso... ¡¿Por qué le diste una bofetada?! ¡¿Eres imbécil?! Tanto que te morías y aún mueres por ese hombre, ¿y lo rechazas? En serio que no te entiendo.

-¡Fue un impulso! ¡En serio me arrepiento! ¡Reaccioné al instante!

Realmente, cuando me besó, pude ver el cielo. Duramos mínimo tres segundos luego de que lo abofeteara, luego de eso, lo único que hizo fue alejarse centímetros de mí y pronunciar «te llevo». Cuándo me dejó aquí se despidió con un beso de media luna. Mi corazón revoloteó feliz pero mi mente no hallaba cómo rebobinar todo lo del beso, se encontraba confundido y inútil.

-Bueno, al menos dime cómo te sentiste.

Automáticamente sonrío cómo una boba.

-Bien-frunzo el ceño luego de segundos-. Bueno,bien pero después al segundo confundida. Ahí fue cuándo lo abofeteé.

Ella ríe y rio junto a ella.

-Debió haberle dolido.

-Su mejilla se volvió roja, quise disculparme pero me había quedado sin habla.

-En serio que das vergüenza-se carcajea-. Eres un caso perdido.

Mis mejillas se tornan de color carmesí.

-Cállate-pido-. Quiero chocolate. ¿Tienes alguna barra?

-Síp, hoy estás de suerte, hice chocolate-sonrió mientras habría la puerta del baño para salir-. ¿Puedes ayudarme con los panecillos de canela?

Secretaria del sexo©Where stories live. Discover now