Capítulo 12

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Respiro mientras me dejo caer en la silla de metal. La sala de espera está llena de mujeres embarazadas,la mayoría de ellas tienen su estómago inflado igual a una patilla. Mis nervios son más potentes ahora que veo la puerta dónde entra cada mujer y sale feliz con una fotografía pequeña en sus manos. Carolina a mi lado, anda parloteando sobre mi embarazo y lo feliz que está. Ha pasado una semana desde que supimos, una semana desde que me he sentido tan mal pero a la vez tan bien por este pequeño o pequeña ángel que crece en mi vientre. Mis padres aún no están al tanto de ello y tenía pensado en ir a visitarlos a Seattle y tomarlos por sorpresa.

Cada minuto se me hace eterno para poder ser mi turno. Mientras pienso para distraerme un poco. Me he sentido muy maternal estos días, tengo que admitirlo, mis hormonas han revolucionado y ahora por todo es un cambio de humor. No he vomitando más desde el mismo día en que supe que estaba embarazada y es extraño pero aún así me parece súper bien no vomitar. Mis antojos son muy peculiares y siempre me antojo de cosas a las altas horas de la madrugada, claro que Carolina tiene que consentirme, o cómo ella dice, consentir al bebé.

Sonrío al ver a Carolina tocar mi vientre con su mano y hablándole cómo una tonta. A veces me irrita mucho que sea así de atenta y quiera estar siempre encima de mí cuidándome. Y entiendo su punto, estoy muy frágil y siento que en cualquier momento puedo romperme. Todas las noches, antes de dormir, lloro por una misma causa. Aquél hombre al que le supe entregar todo y que yo pensé que recibía por igual, sin darme cuenta que recibía era falsedad.

Mi corazón se aprieta de tan sólo recordarlo y pensarlo y mis ojos se vuelven agua. Odio ser tan masoquista, recordando aquello que me duele tanto. Lo peor de todo es que, no puedo odiarlo, por más que lo intente no puedo. Una parte de él y de mí crece en mi vientre y es ahí, dónde pienso, ¿qué va a pasar? ¿Tendré que decirle? ¿Contarle? Él está en todo su derecho de saber que va a tener un bebé... pero está comprometido, ¿quién soy yo para arruinarle su vida ya hecha?

-¿Eli? ¿Te sientes bien? -escucho que pregunta mi hermana preocupada.

Con una sonrisa algo desbastada,asiento.

-No me mientas, mujer, que te conozco-sonríe levemente dándome un apretón en el hombro.

-Son las hormonas, Caro-farfullo rodando los ojos.

Ella deja de insistir y lo agradezco.

-Annelisse Donnell-llaman y me levanto inmediatamente junto a Carolina.

Pasamos junto a la secretaria y entramos a la oficina de Jenny. Con una sonrisa gigante me recibió, extendiendo sus brazos para abrazarme. Le devolví el abrazo algo más animada.

-Es bueno volver a verte-murmuró-. La última vez te fuiste despavorida. Pero no son cosas mías, no debo preguntar a por ello. ¿Qué necesitas cariño?

Sonríe con ternura.

-Bueno, yo... -muerdo mi labio algo nerviosa-. Estoy embarazada y quisiera que me hicieras una ecografía.

-¡Felicitaciones! Es una noticia increíble Annelisse-exclamó alegre y sonreí de lado-. Con gusto, ven, súbete en la camilla y levanta ti camisa.

-Dios, veré a mi sobrino-farfulló Caro mirando la máquina aquella-. Estoy emocionada.

Mi corazón brincó.

-No más que yo-susurré.

-Veamos...

Jenny echó un gel bien frío en la parte baja de mi vientre y con el aparato especial-ni idea de cómo se llama-, lo posó sobre mi vientre, dando vueltas y vueltas. Se sentía algo raro aquello, pero de tan sólo imaginar que vería a mi bebé por aquella máquina me alegraba muchísimo.

-Aquí está-dice, señalando algo parecido a una semilla y abro la boca sorprendida.

-Pero-estoy confundida-. Veo dos semillas idénticas, ¿qué es?

Jenny parece notar lo que digo y,entre abre la boca un poco.

-No puede ser-murmura Carolina llevándose una mano a la boca y la observo confundida.

-Bueno, Annelisse-se dirige a mí, con una sonrisa grande-. Tendrás gemelos, felicitaciones.

-¿Cómo es posible? -comento jadeante.

-Bueno, déjame te explico, cuando un hombre y una mujer...

-Cállate Carolina-mando de inmediato.

No iba a tener un bebé, iba a tener gemelos. Dios mío, esto era... algo increíble, sí, pero también asustaba mucho. ¿Y si no lo hacía bien? Resoplé dejando caer mi cabeza en la camilla. Las lágrimas descendieron por mi rostro como cataratas, mojando mis mejillas por completo.

Oh Dios, voy a tener dos bebés de Conner.

Voy a ser mamá de dos hermosos niños.

Lloraba de felicidad tanto cómo de alegría. Mi corazón estaba tan apretado en mi pecho que sentía que me asfixiaba mucho, me estaba llenando de tristeza y alegría que las dos juntas no combinaban muy bien y era algo loco también.

-El grandioso, Eli-expresó Caro abrazándome ahora que ya estaba sentada.

Jenny nos observaba con adoración.

-¿Cómo sabré si lo hago bien? -zanjo entre sollozos.

-Sabrás hacerlo bien-anima Jenny-. Todas lo hacemos bien, ya verás, serás una excelente madre,sabrás que hacer y que no, el instinto maternal nos nace del corazón.

Sus palabras retumbaron en mi mente calmándome un poco. Tenía algo de razón.

-Ahora te daré una receta de que comer y que no, también deberás tomar vitaminas y venir cada mes para revisión, ¿está bien?

Asiento enseguida, limpiando mis lágrimas con mi jersey.

-¿Cuándo sabré el sexo de los bebés? -pregunto con el corazón en la garganta.

-A los cuatro meses cariño-guiña un ojo-. Por cierto, tienes un mes y una semana de embarazo.

Asiento.

-Gracias, Jenny-agradezco al salir-. Saludos a Matt.

-Te deseo suerte, linda.

Sonrío agradecida.

Dos bebés...

Mis padres se volverán locos.

Capítulo dedicado a: AnielkaMorales

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Secretaria del sexo©Where stories live. Discover now