Capítulo 13

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Capítulo dedicado a azamalia04
¡Besos linda!

Que disfruten del capítulo, los amo.


Desconecto el cargador del teléfono y lo enciendo. Entre ellos, busco el número de mi madre y le doy a llamar.

El teléfono repicar hasta el cuarto tono y agarra:

Hasta que al fin  una de ustedes se acuerda de nosotros—exclamó con sorna y reí entre dientes—.  ¿Cómo está mi dulce terrón de azúcar?

Ruedo los ojos ante el último apodo.

—Hola mami—saludo con una sonrisa extra grande en mi rostro—. Estoy excelente, ¿qué tal ustedes?

Estamos bien, por aquí regando el invernadero, tu padre debe estar en el trabajo—dijo y de fondo se escuchó la regadera—. ¿Cómo está tu hermana?

—En perfecto estado, ningún lobo se la ha tragado—digo riendo.

Después de pasar minutos hablando con mi madre sobre cosas importantes y algunas que otra sin importancias, nos dimos cuenta que en realidad habíamos pasado  una hora hablando por celular. Le colgué diciéndole que le llamaría pronto cuando estuviera con papá y yo con Carolina y que hablaríamos por vídeo llamada. Ella aceptó muy feliz que me inundó el pecho de alegría.

Mi estómago rugió pidiendo comida y me levanté del sofá para ir a buscar a la alacena cereal de chocolate. Era mañana y todavía no había desayunado, lo primero que había hecho fue asearme y llamar a mi madre, por supuesto. Carolina había salido a su trabajo temprano hoy sin dejarme desayuno listo porque tenía una junta muy importante o así escuché que dijo. Mientras comía mi cereal, Star asomaba su cabeza por la puerta de Carolina mirándome con algo de miedo.

Estaba empezando a ser muy estricta con ella sobre la comida, era muy glotona y se acababa muy rápido, no podía seguir así. Si por Star fuera se comiera dos sacos de comida en un sólo día, aún no entendía como podía caber tanto en un estómago tan chiquito. Con mi mano palmeé a mi lado, incitándola a venir, pero no hizo caso, retrocedió un poco.

—Ven.

Llamé y vino corriendo para sentarse al lado mío.

Dejé la taza de cereal en la mesa del frente y empecé a acariciar la cabeza de la perra. Esta se recostó más de mi, lamiendo mi mano y jugando con ella dándole mordiscos.

Mi teléfono vibró y en la pantalla apareció el nombre de mi hermana.

—¿Hola?

—¡Elisse! —dijo en lo que contesté—. Ya tengo los boletos para Seattle, salimos mañana por la mañana. ¿Llamaste a mamá?

—Genial, haré nuestras maletas enseguida—respondí feliz—. Sí, que por cierto te mandó saludos, ¿dónde andas?

—Voy a ver a Benjamín, estoy en casa dentro de una hora—farfulló y en su voz encontré una pizca de vergüenza.

—Está bien—digo emocionada por ella. Era un poco obvio que los dos sentían algo—. Iré a la pastelería, ¿te parece bien? No he contactado con Abril ni Will, aunque le hayas dicho que estaba enferma, deben saber el motivo de mi ausencia.

—Bien—aceptó—. Te veré luego, cuídate hermana, no sólo lo digo por los bebés, la prensa ha estado un poco agitada hoy, ya creo que sabrás porqué.

Una leve punzada me da en el corazón y respiro hondo. Star se remueve a mi lado y lame mi brazo en busca de atención.

—Adiós—despido.

Secretaria del sexo©Where stories live. Discover now