Epílogo

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22 de Diciembre.

El dolor que siento es inmenso. Es cómo si me estuvieran desgarrando justo ahí.  No soportaba más, las lágrimas se me salían de tanto dolor, es tanto así que, no pude evitar pedir la epidural. Con cuidado levantaron la bata hasta mi nuca y me inyectaron la epidural. No sé qué dolió más, si las malditas contracciones del infierno o el pinchazo en mi espalda.

—Cariño, respira,ya estoy aquí—Conner entra a la sala con la bata azul, un tapa bocas y un gorrito. Puedo notar la expresión en su rostro y es de total miedo—, respira más hondo.

—Vete... a la mierda—gesticulo con dificultad—. Ésta será la primera y última vez. ¡Lo juro!

El maldito tiene el descaro de reírse en mi rostro. Estira su mano y acariciar suavemente mi rostro.

—¡Muy bien! ¿Estás lista mujer?

Yo inhalo aire profundamente antes de soltar un «sí» apenas audible. El dolor es tan inmenso que, no me da para hablar casi. Desde que entré a la Sala de partos, no he parado de gritar y respirar tanto cómo puedo. Capas y capas de sudor cubren mi frente y mi cuerpo, he estado aquí por unas dos horas cómo máximo y, hasta ahora, ha llegado el momento de dar a luz a mis hijos.

—Muy bien, vas a pujar tres veces y después respiras,¿de acuerdo?

Asiento rápidamente.

Tomo la mano de Conner y la aprieto tan fuerte cómo puedo. En sus ojos se le ve el dolor al hacerlo esto, pero no chista. Y que ni se le ocurra hacerlo.

—A la cuenta de uno...dos... tres.

Empujo.

Vuelvo a empujar con todas mis fuerzas.

Y empujo con lo último que me queda.

—Lo estoy viendo—se escuchan aplausos en la habitación—. Tres más, tú puedes Annelisse, tú puedes.

Respiro hondo antes de pujar de nuevo.

Grito. Grito por el dolor que siento al mi vagina abrirse. ¡Dios cómo duele!

—¡AAAAH!—grito con fuerza al tercer empujón.

Luego, siento un poco de alivio, sólo un poco.

Un llanto se escucha. Un llanto fuerte y potente; mis lágrimas se escapan.

—¡Es niña! ¡Felicitaciones!—veo a mi bebé quién la carga una de las enfermeras y la limpian con delicadeza. Sonrío.

—¡Falta uno más! Empuja tres veces Annelisse, vamos.

Hago lo que me pide tres veces, y lo hago con todas las fuerzas que me quedan. Mis gritos no se han de esperar por cada empujón que doy, y al tercero vuelvo a sentir alivio.

Se escucha otro llanto, pero éste, es más fuerte que la de Lilieth.

Luca Jael.

Me lo entregaron junto a Lilieth,uno a cada lado. Se ven tan hermosos, inocentes y totalmente unas ternuras. Nuevamente solté más lágrimas, de emoción, alegría, de todo.

—¿Por fin me dirás cómo se llama nuestra hija?—inquiere Conner, mirándolos completamente enamorado.

—Padme Lilieth—respondo sonriéndole.



Cinco años después.

—¡No! ¡Luca deja eso quieto!—le grité pero no me hizo caso.

No tuve más opción de que cargarlo.

—¡Mamááá!—se le oye molesto.

—Te dije que eso no se toca niño—él odiaba que le dijeran niño. Así que me reí—. Papá vendrá a buscarnos pronto.

—¿A dónde vamos?—me pregunto luego de sentarlo en mis piernas.

De su frente le quito algunos mechones de cabello liso y luego, observo sus ojos color cielo. Su cara redonda, sus pómulos pronunciados, su boquita rellena. ¡Y me dan ganas de apapacharlo y no soltarlo!

—¿Mamá?

—Ah, sí—me saca de mis cavilaciones—. Iremos a un hotel, con playa detrás. ¿No te parece?

—¡Me encanta! ¡Ya quiero que venga papá! ¿Onde está Lili?—se baja se mis piernas y comienza a dar saltitos frente a mí. Sonrío.

—Está con papá cariño, lo acompañó a hacer las compras, enseguida vienen.

Él asiente mientras se cruza de brazos.

Han pasado cinco años desde que traje a éstas hermosas criaturas a mi vida y admito que ha sido lo mejor que me pasado. Luego de que cumplieran un año, me inscribí en la Universidad y comencé mi carrera de repostera,hasta ahora tengo mi local de repostería, no me va mal, me va excelente. Aún sigo estudiando pero una carrera diferente y es administración en empresas.

Mi vida dió unos pequeños cambios al entrar O'Conner a mi vida. Para bien y para mal.

Gracias a él, soy quién soy el día de hoy.

Gracias a él, retomé mis estudios.

Gracias a él, tengo un matrimonio feliz con dos hermosos hijos.

No les voy a mentir, en el proceso del matrimonio, todo ha sido pagtas arriba. Pero es algo que lo solucionamos hablando y seguimos adelante.

La clave está en seguir adelante, pase lo que pase.

Fin.







¡Y es todo amik@s! 😭😭😭

Espero que hayan disfrutado hasta el último capítulo de esta novela, muchas gracias a ustedes que estuvieron en un principio apoyándome, sin falta y ni nada por el estilo, son las/los mejores, los amo muchísimo

Escribir esta historia no fue tan fácil, tuve mis altos y bajos, muchos errores que los corregiré poco a poco, porque he de admitir que ésta historia tiene unos cuántos errores, pero en fin, cuándo pueda iré editando los capítulos.

Gracias, muchísimas gracias por haber leído esta novela hasta su final. ¡SON INCREÍBLES!

Ya somos 25K, subimos muy rápido ✨✨✨

Nos vemos en mis demás historias fresas🍓





Uh...

¡Puede que en algún momento sube un EXTRA!

¡PENDIENTESSS! Besos.

Secretaria del sexo©Where stories live. Discover now