Capítulo 18 🎻

6.3K 178 55
                                    

  Creo que solo lo miré, abrí grande los ojos y me di cuenta de que me estaba mordiendo el labio. Simón me miró con esos ojos almendrados. No dije nada y él tampoco. Pasó de largo con la multitud que lo llevaba para el otro lado. No me pude aguantar y giré para verlo, y él también había girado para verme. A un metro de donde estaba me dijo fuerte, estoy segura de que lo escucharon todos o lo escuché amplificado:

  —Haces bien, me lo merezco por pelotudo—levantó sus manos, sus hombros, dio media vuelta y siguió avanzando, su espalda ancha entre el resto.

  Sentí que me latían los oídos y me temblaba el cuerpo. ¿Me lo había imaginado o Simón Oliveira me había pedido disculpas delante de medio pasillo? Entré al baño, estaba bastante lleno pero alcancé a encontrar un hueco delante del espejo. Mi cara en el espejo. Parecía que había visto un fantasma. Un muerto viviente. Bueno, casi. Los ojos inmensos. Estaba pálida. ¿Qué había sido eso? ¿Había sido? No había posibilidad de que me lo hubiera imaginado; por más que hubiera soñado meses y meses con algo parecido a esa situación, jamás hubiera podido ser tan perfecta. Me había imaginado todas las posibilidades, pero esta superaba todo. El reencuentro con Simón. La vuelta de Simón. Su pedido de disculpas. Ninguna había sido nunca tan perfecta. Y a la vez, ¿qué me había querido decir con "pelotudo"?, ¿por haberse cortado así?, ¿por haberme dejado pasar?, ¿por qué se sentía un pelotudo?

  —Che, flaca, ¿vas a necesitar quedarte tildada mucho más tiempo delante del espejo?—me increpó una morocha volviéndome al baño del bar entre chicas que se lavaban las manos, se maquillaban, se arreglaban el pelo, fumaban a un costado.

  Me había dicho "flaca", debía ser la primera vez en mi vida que eso sucedía. Igual la tendría que haber mandado a la mierda a la morocha, pero dije un "disculpá" y me corrí.

  Me corrí. Me vivo corriendo.
  Defenderme, te la debo.

  Tildada como estaba busqué el celular mientras me ubicaba en el rincón más apartado del baño, que era el que peor olía. Rápido entré tipeé un mensaje para Rosario:
  Simón me dijo que hacía bien en no contestarle por pelotudo. Emoticón carita ojos redondos. ¿Qué quiere decir con "pelotudo"?.

  Vi que Rosario lo leía. Me imaginé su cara disimulando en medio de la conversación con los chicos. Y sus dedos largos tipeando rápido.

  ¿Importa que quiso decir?, ¿dónde te metiste?
  Y me aniquiló con la razón. ¿Importa?
  Le contesté: Baño. Ya voy.

  Y sí, de repente me di cuenta de que me importaba. Que ese comentario de Simón queriendo significar meramente "soy un pelotudo" o "soy un pelotudo por haberte dejado pasar y/o por haberme desaparecido abruptamente", en cualquiera de sus formas, era reparador, reparador a un nivel que ya no sentía los huesos, mi cuerpo se había vuelto liviano, blando, casi líquido. Siete palabras. Un pasillo. Él con esa camisa de jean. Y sí. Me importaba. Hubiera preferido infinito que no. Pero sí

Intermitente RafaelaOnde histórias criam vida. Descubra agora