Capítulo 4. El Callejón Diagon y el Niño qué Vivió.

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Death is but the Next Great Adventure

Por ObsidianQuill

Traducción: Alyssa Selleugra.

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En el capítulo anterior: Harry se entera de lo que pasó con sus padres, sobre Tom Ryddle, y sobre Hogwarts. Harry va al zoológico con los Dursley para celebrar el cumpleaños de Dudley y más tarde recibe su carta de Hogwarts. En su undécimo cumpleaños, descubre la verdad sobre lo que pasó exactamente esa noche en el Valle de Godric y experimenta su primera muerte desde que era un bebé.

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Capítulo 4.

El Callejón Diagon y el niño que vivió.

Despertarse después de prácticamente morir era tan horrible como uno puede suponer. Su compañero le había dicho qué, después de la primera vez, los efectos que trae ante cada resurrección serían menores; aunque Harry ya no creía que eso fuera un gran consuelo. Se sentía como si hubiera sido arrollado por varios trenes, arrojado desde el edificio más alto, y forzado a tomar varias botellas de lejía a la vez. Pero bueno, al menos parecía que su vista había mejorado. Literalmente, murió y revivió sólo para obtener una excelente vista.

Harry pasó su primer día con sus nuevas habilidades en cama, sintiendo la peor resaca mortal que pudiera haber, convocando agua y comida cuando lo necesitó -que era a menudo-. Durmió, comió y se quejó a lo largo del día, ni siquiera se preocupó cuando sus parientes llamaron a su puerta y le gritaron que vaya a hacer sus tareas.

Al segundo día, sin embargo, Harry se sintió mejor que nunca y lleno de emoción, aunque este sentimiento nunca dejó que se reflejara en su rostro. Se vistió con sus mejores ropas -gracias, magia sin varita y ser inmortal que se preocupaba por el bienestar de Harry- y agarró unas monedas del bolso de Petunia para que pueda tomar diversos transportes muggle rumbo a Londres donde, al llegar, se dirigió al Caldero Chorreante.

Harry no miró a ninguno de los magos y brujas que había en el pub mientras, tranquilamente, se hacia paso hacia la parte trasera del sitio donde se encontraba la pared que lo llevaría al Callejón Diagon. Suponía que podría llamar a atención al ser tan joven y andar sin unos guardianes cerca, pero no necesitaba que nadie se entere de su... pasado¸ aún no. Colocó un encanto de desilusión sobre sí, aunque eso no detendría a un mago mayor sí lo intentaban lo suficiente.

Siguió las instrucciones explícitas de su compañero y dio unos golpecitos con su dedo a los ladrillos señalados, observando con fascinación interna como estos reaccionaban y se movían hasta que Harry estuvo frente a una entrada que conducía a un callejón animado y concurrido, lleno de tiendas y magos y brujas vestidos con túnicas. Desde su cumpleaños, Harry se había dado cuenta de que su magia era mucho más tranquila, pero la respuesta a su llamado era mucho más rápida. Su encuentro con la muerte lo había hecho consciente de su núcleo mágico, por tanto, le era extraño sentir lo inmenso que una 'cantidad insignificante' de la magia de La Muerte era una vez se unió a la suya.

No perdió su tiempo en vislumbrar por más tiempo del necesario la entrada, no queriendo que alguien lo vea y pregunten por qué un niño que parecía nuevo en el mundo mágico venía aquí sin escolta. Al parecer, a los nacido muggle les entregaban sus cartas a través de un miembro del personal que los visitaba en sus hogares para explicarles tanto al infante como a sus padres qué eran magos. Entonces, dicho miembro llevaría al estudiante al Callejón Diagon para que pudieran obtener sus suministros.

Death is but the Next Great Adventure (Tomarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora