No eres bienvenida

6K 130 0
                                    

—¿Qué haces aquí?— me preguntó, sus ojos no denotaban sorpresa o gratitud, no mostraban enojo ni incomodidad, simplemente me escrutaban.—Simplemente me acabas de conocer y... ¿Vienes a mi club?— siguió cuestionando. Tuve que sonreír porque se veía linda mientras argumentaba.

—Creo que es un sitio público— le digo.

—¿Público? Estas loca, has traído una locura contigo y ¿Vistiendo así?— señalo mi atuendo de arriba abajo, enarque una ceja divirtiéndome con su actitud y su escrutinio.

—Sí, público— seguí, caminando por la sección VIP que me habían asignado y sentándome en una barra cerca de las barandas para ver un poco el espectáculo, pero solo la miraba a ella.

—Estás loca—repitió. Reí un poco fuerte.

—Eso ya lo has dicho— seguí, jugando.

Negó con la cabeza.

—En serio, ¿Por qué usas esa camiseta? ¿Por qué vienes a mi club? No necesito que vengas aquí— dijo, en otras circunstancias tal vez eso estaría lastimando mi ego, en este momento estaba causándome todo lo contrario, sus ojos marrones, que tanta curiosidad me causaron en cuanto la vi, solo lograron sacudirme un poco más.

—Mi camiseta es genial— le digo, señalándola.

—Sí "Natalia Lacunza" en tu camiseta, es completamente genial— veo un atisbo de sonrisa en su rostro. —De igual manera, no te invite— señala. Le saco la lengua.

—Tu hermana, alguien completamente adorable, la chica que me regalo esta camiseta, me ha dicho que podía venir, que tenías un club genial, que tocabas por las noches. ¿Por qué perderme el espectáculo? ¿Por qué no puedes tomarme como cualquier otra persona?— cuestioné, intentando bromear pero siendo honesta en esa última parte.

—Sera porque no eres cualquier persona— murmuro entre dientes.

—No tienes por qué estar aquí, conmigo, ve a hacer lo que haces cada noche. Es tu sitio, tu mundo, no pares por mí. África y María están ordenando el tipo de bebidas que van a traernos, no te necesitamos— señale, quería que estuviese cómoda, era cierto, ella no tenía por qué distraerse de sus obligaciones solo porque yo estuviese aquí. Sus ojos se movieron por el sitio y creo que estaba luchando un poco, pero termino por mirarme y le sonreí para que viera que estaba bien.

—Tu... bien, espero que disfrutes del lugar— señalo, sacudiendo su mano hacia mí, suspire y la despedí. —También espero que no me causes problemas— murmuro antes de salir y pude escucharla, así que termine echándome a reír. Había estado riendo más que en esta última semana, durante las ¿6 horas? ¿7? No sabía exactamente hace cuanto la había conocido.

Me gire por completo hacia el show de luces, Dj y todo el espectáculo montado en la parte baja en el escenario. La música era agradable, así que estaba moviéndome un poco en mi asiento. No es como que podía ir mezclándome con las personas y bailar, suspire, porque quería hacerlo, pero no podía, no con guardaespaldas alrededor, no sin que mañana saliera en la prensa.

—¡Bebidas!— sonreí escuchando a la Mari, una bebida fue puesta frente a mí y no pregunte su contenido, simplemente lo bebí.

—Es un sitio estupendo, Alba— señalo Afri, yo ya había notado eso. —Dios... ¿Viste al camarero, Mari? Espero que sea el quien atienda nuestra sección VIP— Siguió diciendo, me gire enarcando una ceja.

—África Adalia de cacería ¿Uh?— digo, bebiendo un poco, es dulce y delicioso.

—Solo contemplo las buenas vistas y no desperdicio si se presenta la oportunidad— me guiño y la Mari aplaudió.

Mi pequeña diva-AlbaliaWhere stories live. Discover now