Feliz Cumpleaños Nata Bebe

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Las comodidades de vivir en tu propio apartamento el día de tu cumpleaños, nunca las había contemplado, ahora las estoy amando. No es que sea una desagradecida, tal vez lo soy un poco, pero estar en casa y que lleguen tus hermanos y tus padres a tu habitación a las siete de la mañana cantando y gritando y tomándote fotos cuando apenas abres los ojos y tu rostro se ve de todas las maneras posibles excepto bien, bueno si soy muy desagradecida. Porque nada mejor que abrir los ojos por mi propia cuenta y sentirme como una chica que acaba de empezar a tener 23 años pero no hay ninguna diferencia. Lo primero que hago es agradecer porque tengo un año más y por todas esas cosas nuevas que ahora poseo, por el modo en que van las cosas en el club y por mi nuevo hogar.

Son casi las diez de la mañana y es que si bien nadie vino a despertarme esta mañana, anoche, a las doce, mi celular empezó a ser demasiado solicitado, sonando cada tanto, recibiendo mensajes, uno tras otro. No es como que yo conociera a muchas personas, pero mi papá y mi mamá no eran pacientes en esto, nunca lo han sido, tampoco Marta, ellos se encargaron de competir para ser los primeros en felicitarme, aunque ninguno de ellos lo logró, ¿Por qué? Fácil, cuando el reloj apenas dio las doce yo me encontraba en una estúpida llamada telefónica de más de diez minutos con la pequeña diva, así que ella fue quien grito el cumpleaños feliz en mi oído tan pronto como supo que ya era el día. Y yo realmente estaba apreciando esta manera de comenzar mi cumpleaños.

Mis padres me han pedido que llegué  a casa a tiempo, la reunión que ellos planearon empieza desde temprano, a eso de las once de la mañana, para poder hacer la barbacoa a media tarde, eso esperando que a nadie le dé un ataque de hambre excesivo, aunque espero que tengan aperitivos, sin embargo me tomo un momento para comer cereal. Veo que aún quedan mandarinas y sonrió recordando a Alba y su amor por estas.

Rápidamente voy a la ducha echándole un vistazo a mi celular, mensajes de felicitaciones de gente que veo poco pero que lo recuerdan. Dejo el celular a un lado y me dispongo a prepararme para lo que va a ser mi día.

...

—Feliz cumpleaños, Natinat—saluda Santi, es él quien me abre la puerta aunque yo estaba a punto de utilizar mi llave, supongo que me estaban esperando.

—Hola pequeño esclavo—digo burlándome, Elena siempre me pone al día con sus burlas, bufa haciendo que yo ría más fuerte.

—Te salvas porque eras la chica del cumpleaños—dice caminando detrás de mí, vamos directo hacia la cocina, si hay un lugar donde mis padres siempre están, es ahí. Me paro en la puerta de entrada y mi hermano me abraza.

—Buenos días familia—digo riendo y sujetando a Santi.

Los gritos y abrazos no se hacen esperar. Mi hermana y mis padres junto con mi hermano a mi espalda me envuelven en un abrazo grupal, me cantan cumpleaños feliz y me tratan como un bebé.

Después de calmarse mamá me ofrece café y tostadas que ha preparado, aunque he tomado cereal asiento y me acercó para comer junto con ellos.

—Así que ¿Has extrañado que no te cantemos el cumpleaños esta mañana?—preguntó mamá, su sonrisa me decía que sabía ya la respuesta.

—No podría haberlo extrañado más—digo con evidente sarcasmo, papá ríe estruendosamente.

—Sí, seguro Natinat, y que ¿Le ganamos a Marta?—pregunta él, todos esperan expectantes, siempre hacen esta tonta competencia.

—Ninguno gano—digo con una gran sonrisa orgullosa. Ahora todos, incluyendo a mis hermanos me miran atentamente.

—¿Quién ganó?—pregunta mamá, frunciendo el ceño.

—Alba—sonrió, comiendo otra tostada.

—¿Reche?—pregunta mi papá.

—Sip—digo. Elena ríe suavemente, sé lo que está pensando y niego.

Mi pequeña diva-AlbaliaWhere stories live. Discover now