Ella es maravillosa

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A veces, te das cuenta que no habías comprendido realmente algo, hasta que eso es empujado a través de tus ojos, tu cerebro, tu alma. A veces, no entiendes la magnificencia de algo, hasta que lo tienes al frente, y golpea tus emociones. Eso estaba pasando a través de toda esta noche. Y era una locura. Una locura hermosa, sí, pero una locura.

En ese momento, en que ella esta arriba del teatro y nadie para de aplaudir, ni yo, nadie puede. Que no es solo ella, que es todo el elenco, pero... arriesgándome a ser muy imparcial, es ella quien llena de vida la película y todo a su alrededor. Es ella, siempre ella.

—Hey, ¿Estas bien?—pegué un brinco cuando la mano de María tocó mi hombro, giré mi cabeza un poco en su dirección, pero nunca quité la mirada de la chica que tenía mi aliento atrapado.

—Creo—dije.

—Ella es increíble ¿No?—ella hablaba con orgullo, incluso cuando no podía ver la expresión en su rostro, su voz denotaba orgullo.

—Tanto que tengo miedo—dije, demasiado bajo, pero dándole a entender que no quería hablar más.

Porque es cierto, miedo y maravilla es todo lo que he sentido a lo largo de la noche. Desde el primer instante, todo había sido locura y desenfreno, no en la manera en que el mundo conoce el desenfreno, pero para mí, que vivía otra clase de vida, tenía una bruma de caos en mi cabeza mientras pasaba cada minuto.

Todo había empezado por la mañana, después de un día pesado en el que no había podido verla y apenas hablarle.

Yo tenía mi vestido para el día, cortesía de la ayuda de Marta, porque yo realmente no sabía que tan formal o informal debía ir.

El resto del día había sido un borrón, el cuadro no estuvo listo, por lo que eso fue la primera cosa que hice por la mañana, ir a buscarlo. Logré llevarlo a mi casa después de decirle unas veinte veces a las personas del lugar, que no podía reproducir el cuadro, por alguna razón les había gustado, es decir, yo entendía que yo lo amara, pero no pensé que ellos lo querrían de manera tan insistente, sin embargo, pesé a todo sus ofrecimientos de dinero, les dije que no. El cuadro era único, así como ella.

Finalmente pude llevarlo a casa y pagar para que lo colocaran exactamente donde quería, donde lo vería cada mañana al despertar y cada noche antes de cerrar los ojos.

Tuve una llamada de María para saber dónde nos veríamos para ir hacía el teatro donde se llevaría a cabo el estreno, nosotras quedamos que no encontraríamos a las siete, la proyección era a las ocho. Acepté, mi día se hizo rápido, principalmente porque estaba algo ansiosa, hice mi paseo por el club pero no presté atención a muchas cosas, llamé a Santi, mi hermano, para que por favor se hiciera cargo de cualquier eventualidad, aunque para eso también estaba Marta.

Estuve en casa a las cinco y a las seis treinta estaba lista. Y lista quiere decir con el corazón martillando mis oídos mientras me miraba al espejo y esperaba lucir bien, no mal y suficiente para esta noche. Aunque en ese momento, no sabía nada, seguía tan ignorante de la real maravilla que ella era, que en realidad estaba algo despreocupada.

Hice mi caminó en auto a donde María me dijo, aparentemente su casa. Ellas no habían estado con Alba, solo un rato temprano, ella tenía todo un equipo de estilistas, diseñador y demás para su prueba de vestuario, maquillaje y cabello.

Aun cuando estaba viendo lo hermosas que estaban las chicas, yo no asumía lo que estaba por venir. Acepte sus elogios sobre mí, las elogie por lo propio de sus atuendos.

Ni siquiera lo asumí cuando llegamos al sitio y, antes de decidir entrar, nos quedamos a un lado, fue entonces cuando la primera pequeña cosa paso, una de esas pequeñas cosas que, esa noche, hizo crecer mi miedo y maravilla, por esa pequeña chica. Esa primera cosa fue la llegada de sus padres, ellos bajaron juntos y se acercaron donde estábamos, supongo que para saludar a las chicas. En ese momento, yo no tenía ningún tipo de emoción ansiosa, junto a ellos caminaba una pequeña chica de unos seis años, vistiendo un hermoso vestido rosa, ella era como otra pequeña princesa en ese vestido.

Mi pequeña diva-AlbaliaWhere stories live. Discover now