Nueva York

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Ha sido... desde lejos, la semana más agotadora que he tenido en mucho tiempo. Las grabaciones han sido durante el día, la tarde y la madrugada. Apenas he dormido pocas horas cada día y es demasiado agotador. Creo que he agotado la existencia de café de la locación, pero es lo que más ayuda a mantenerme activa.

No todo ha sido tan malo, en realidad nada lo ha sido, malo y agotador no es lo mismo. Los miembros del cast son realmente personas geniales. Además, conocer a Joan, mi ídolo adolescente y ya no velo como algo platónico sino alguien con quien estoy constantemente bromeando, ha sido estupendo. Hemos salido un par de días por ahí a pasear, a pasar el rato libre que nos dan para despejarnos. Ha sido increíble, pero nada de eso le resta lo agotador. Es viernes, tenemos el fin de semana libre y volvemos a incorporarnos el martes, no sé si viajar de vuelta a España o quedarme, de verdad no sé. ¿Qué tendría que ir a hacer a casa? No mucho, pero es casa después de todo.

—Cien grandes por tus pensamientos— María nunca toca para entrar a mi tráiler, está bien, no me molesta, pero me libera bruscamente de mis pensamientos. —¿Qué haces, Alba?— pregunta, sentándose en mi cama.

—Pensando, ¿Crees que deberíamos volver a Madrid o quedarnos el fin de semana?— pregunto. Estoy jugando con mi celular, jugando en el sentido de que le estoy dando vueltas en mis manos, abriendo aplicaciones, pero sin hacer nada en realidad.

—Hmm... ¿Quieres volver?— la miro.

—No sé— devuelvo.

—¿Alguna razón por la que quieras volver?— insinúa

Vuelvo a mirarla, frunciendo el ceño y... negando, porque no tengo razones.

—No, no realmente— digo.

—Entonces quedémonos, no tienes que pensarlo— dice.

—Pero...— mi replica es más una reacción involuntaria que una razón, ella enarca una ceja hacía mí. —Nada, olvídalo. ¿Puedes pasarme una mandarina? Tengo hambre— pido. Finalmente me sonríe y va a buscarla, mientras yo contemplo mi celular y pienso, que de verdad no tengo razones para ir, más que mi plan de los últimos dos sábados e ir a visita el club de Natalia, aunque no hemos hablado en toda la semana, intercambiamos números, sí, pero yo no sabía si escribirle o que escribirle, así que prefería no hacerlo.

—Ten— me senté.

—Gracias, nos quedamos entonces— digo, dejando mi celular a un lado

—Es lo que pensé, no sé porque lo sigues pensando— me encojo de hombros y empiezo a comer. —Alba— su forma de llamarme es curiosa, sonrió animándola a hablar. —Tu y Joan— dice, como una afirmación y no una pregunta. Sigo comiendo y hago una seña para que espere.

—¿Joan y yo?— preguntó, comiendo más.

—Bueno... ustedes han estado saliendo y puedo decir que saltaron de no conocerse a "esto" muy rápido— dice.

—Supongo que "esto" es lo que se puede llamar conocidos o amistad— digo tragando el contenido de mi boca.

—¿Si?— me rio un poco de su expresión.

—Amigos, María, pareciera que no me conoces— digo.

—Es Joan, ya sabes, yo no desperdiciaría la oportunidad— ruedo los ojos.

—Idiota— digo riendo.

Es realmente tonto, que ella piense esto, es como lo que hace todo el mundo, no soy ignorante de la prensa y los medios y sé que Dave está contento al igual que los productores de la película, porque nosotros dos saliendo le da más positivismo, pero ¡Por favor! Nosotros no estamos saliendo de la manera en que la prensa ha hablado con nuestras fotos, nunca he entendido cual es el problema con entender que entre un hombre y una mujer puede existir la amistad, realmente parece que eso no logra entrar en los pensamientos de las personas y, más que frustrante, es muy patético.

Mi pequeña diva-AlbaliaWhere stories live. Discover now