°•Capítulo 19•°

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Apago las luces del baño y de mi habitación y bajo hacia la entrada.
Me miro una última vez en el espejo de la entrada, retoco mi cabello y deslizo mi mano por todo mi vestido para dejarlo bien colocado.

—Vamos allá —Suelto un suspiro y abro la puerta de la fraternidad.

Sam se encuentra en el interior del coche con su teléfono, camino más despacio para que pueda verme pero no consigo captar su atención. La sangre me hierve así que me rindo y camino rápidamente hacia el coche.
Abro la puerta y el chico desvía su mirada hacia mí vertido y mi cara…

—Wow —Me siento en el asiento del copiloto y suelto una carcajada avergonzada.
—Estás impresionante —Él llevaba una camisa blanca y unos vaqueros oscuros, estaba realmente guapo.
—Gracias tu también —Suelta una sonrisa y se puede ver como sus mejillas se ruborizan, es tan adorable.
—Bueno he de decir que no sé bailar —Suelto un par de carcajadas.
—Ya somos dos —El chico empieza a reír.
—Genial —Dice mientras conduce con una gran sonrisa.

El trayecto a la fiesta nos lo pasamos escuchando las canciones favoritas de Sam las cuales eran preciosas y bastante pegadizas.
Llegamos a la fiesta y Sam aparca un poco lejos ya que no había aparcamiento, estaba toda la calle repleta de coches. Todo el jardín delantero de la fraternidad se encontraba con gente bebiendo o bailando, en el interior la música te taponaba los oídos y te rebotaba en la cabeza de lo fuerte que sonaba.
Varias chicas se encontraban en una mesa bailando y varios chicos gritando que se quitasen alguna prenda.

—¿Estás seguro de que lo pasaremos bien? —Le grito a Sam intentando pasar ya que la casa estaba abarrotada de gente.
—¿Qué? —Grita.
—¿Porque no vamos al jardín? —Grito aún más alto y a su oreja para que pueda escucharme.

El chico asiente y me coge de la mano y caminamos hacia el jardín.
La música va desvaneciendo y abro la boca para poder quitar aquel tapón que me impedía escuchar bien.
Sam suelta una carcajada al ver mi cara de dolor y no puedo evitar soltar otra carcajada.

—¡Bomba! —Grita un chico.

El chico salta de un trampolín y toda el agua de la piscina va directa hacia mi vestido y hacia la camisa de Sam quedando los dos empapados.
Abro la boca al verme totalmente mojada y rápidamente miro hacia el chico que se encuentra en la piscina con una sonrisa.

—¡¿Colton eres gilipollas?! —Grita Danna.

Miro hacia mi derecha y veo cómo Danna y Drake se encuentran sentados en unas tumbonas en las cuales la gente toma el sol.

—Lo siento preciosa —Me dice con un par de carcajadas.

Miro hacia la piscina y veo cómo James se encuentra en el agua con los ojos pegados a mi vestido, sus ojos se ven muy claros con el reflejo del agua y se puede ver su piel tatuada debajo de ella. No puedo evitar ponerme colorada y caminar hacia Danna.

—No sé porqué he venido —Musito a Sam el cual se seca su camisa con un pañuelo.
—Podemos irnos cuando quieras —Dice Sam tocando mi mejilla.
—Coge mi toalla Madi —Dice James saliendo de la piscina y mirando a Sam el cual aparta rápidamente su mano de mi cara.

Mi mirada cae hacia su cuerpo empapado, sus llamas azules y hacia su boxer, cierro los ojos y miro a Sam el cual coge la toalla negra de James y me la da.

—Gracias —Consigo decir con la voz ronca.

El chico vuelve a la piscina y nada hacia Loren la cual se encuentra en el borde de la piscina.
Un olor a melón aparece y no puedo evitar un cosquilleo en la barriga y una mueca dolorosa.

—Tengo un poco de hambre —Le digo a Sam. Sé que no es hambre pero necesito engañar a mis sentimientos.
—Entrare a ver si hay algo —Asiento y el chico desaparece entre toda aquella gente del interior de la casa.

Peligrosamente Irresistible© ✓ (1) Where stories live. Discover now