°•Capítulo 31•°

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Llegué a la parada después de una larga caminata. Me senté sola en los asientos y encendí mi móvil, Sam me había hablado pero no tenía ganas de quedar, tenía ganas de ir a la biblioteca y quitarme la mayoría de trabajos y tareas que tenía pendiente.
El autobús no tardó en llegar, subí rápidamente y me senté en los últimos asientos. El autobús estaba vacío, solo había una señora mayor sentada junto al conductor.

El trayecto se pasa rápido y el autobús me deja justamente enfrente de la enorme biblioteca, camino hacia las escaleras y entro dentro, todo estaba en silencio y ese silencio me encanta. Camino hacia una de las mesas vacías, saco mis libros y mi portátil.

—¿Madison? —Oigo a alguien susurrar.

Levanto la vista y veo a Sam en otra mesa justamente enfrente. Suelto una sonrisa y le saludo con la mano.

—¿Que casualidad no? —Musita
—Si —Digo igual.

El chico recoge sus cosas y camina hacia el sitio que tenía enfrente, suelto una mueca agradable y abro uno de mis libros, me agrada mucho que Sam sea igual que yo, tenemos mucho en común y eso me gusta bastante de Sam. El chico abre de nuevo su portátil y me mira.

—¿Que hicisteis James y tú ayer? —Trago saliva y sigo mirando a mi portátil.
—Nada —Digo tensa.
—Vamos Madi, sé que estuvieseis juntos, pero tranquila no pasa nada —Suelta una sonrisa y paso página de uno de mis libros.
—¿Y tu qué tal con Loren? —Parece una guerra.
—Bien, fuimos a cenar pero nada serio —Suelto una mueca.
—Me alegro mucho —Él niega varias veces.
—No Madi, ya sabes por qué estamos juntos, para fastidiar a James —Asiento dolorida pero intento pensar que James no está haciendo lo mismo.
—Claro —Respondo.
—Y supongo que tú también ¿no? —Me quedo callada.
—Bueno... Solo es... Una amistad un poco... Rara —Consigo decir después de dudar y equivocarme de palabra varias veces.

Él suelta una sonrisa y alguien nos manda a callar con un incómodo "Shh" el cual recorre toda la biblioteca, cabizbajos nos quedamos en silencio y seguimos trabajando, de vez en cuando veo como Sam me suelta una mirada extraña y ala vez adorable, sus ojos verdes y su piel tostada combinan genial con su pelo rubio.

Termino todo lo que tenía pensado hacer, solo me lleva un par de horas y mi estómago ruge desesperadamente.
Un mensaje me llega y enciendo el móvil para ver quién es.

¿Que haces con Sam?

Abro los ojos como platos y miro a Sam el cual me mira extrañado por mi reacción.

—¿Pasa algo Madi? —Niego con una sonrisa y vuelvo a mirar a mi móvil.

Que estúpido, con ese polo blanco y esos pantalones azules ¿Va a misa?

Mi boca sigue formando una gran "O" ya que no entiendo lo que está pasando.
¿Dónde está James?

A tu derecha Madi.

Volteo mi cabeza hacia la derecha y veo a James apoyado en uno de los pasillos repletos de estanterías con libros. Me saluda con una mueca enseñándome sus hoyuelos y me volteo para mirar de nuevo mi móvil.

¿Qué haces aquí?

Dan me ha dicho que estarías aquí todo el día, así que, soy tu salvación para separarte de ese capullo.

Suelto una sonrisa disimulada y miro a Sam el cual está pendiente de su portátil.

Déjamelo a mí

No James, no le hagas nada.

Miro a James el cual se acerca con una sonrisa de odio y sarcasmo en su cara. Camina hacia mi lado sin despegar la mirada de Sam.

—¿Nos vamos? —Me dice satisfecho al ver la cara de Sam.
—Si, yo... Esto... Me tengo que ir Sam... Nos vemos más tarde... —Los dos se echan miradas de odio pero no tardo en recoger todos los libros rápidamente antes de que se maten.
Meto todo en mi mochila y camino hacia la salida con James, el cual no puede evitar soltar una mueca satisfecho.

—¿Contento? —Digo rodando los ojos.
—Bastante —Dice caminando hacia su coche con una mueca.

Camino tras él con una cálida sonrisa, y oigo como mis tripas rugen aún más al oler el puesto que hay junto a la entrada de la biblioteca de perritos calientes. Caminamos hacia los aparcamientos y entramos al coche los dos a la vez.

—¿Ayer te vieron las chicas? —El chico niega.
—No —Suelto un suspiro de alivio.
—Gracias por lo de ayer, no me gusta estar mucho tiempo sola en la fraternidad —El chico conduce pendiente a la carretera.
—De nada —Responde serio pero sé que se está haciendo el duro.

No sé a dónde vamos pero, espero que vayamos a comer ya que estoy hambrienta y no puedo callar mis tripas más tiempo. Como siempre James va con una camiseta negra al igual que sus pantalones y zapatillas, jamás lo he visto con algún otro color que no sea el blanco o el negro, él es sencillo.
El chico escucha la música mientras da un par de manotazos con las palmas de las manos al volante, miro sus tatuajes, sé que siempre lo hago pero me fascinan sus llamas. Algún día me haré uno, no sé cuál me haría pero tengo a Dan para que me aconseje alguno, no me gustaría que se viese mucho, que sea íntimo y solo mío, pero sé que solo estoy hablando tonterías soy bastante cobarde.

—¿De que habéis hablado Sam y tú? —James me saca de mis pensamientos.
—De la universidad —Contesto volviendo a la realidad.
—Ah —Responde el chico.

La canción de James se acaba y aparece Atlantis-seafret. Me encanta esta canción y se nota por mi expresión al escuchar su voz, James lo nota y sube un poco el volumen. Ahora sí que estoy en las nubes...

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Peligrosamente Irresistible© ✓ (1) Where stories live. Discover now