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"Why you like me?"

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"Why you like me?"



70 Horas de Atraco


— Tía, creo que no necesitaras esto —murmura la morena quitándome el palo con tiza en la punta de las manos.

— ¿Qué cojones, Nairobi? —digo, siguiéndola.

Mi deber en este instante es trazar una larga linea recta en el centro de la sala principal, justo en frente de los rehenes. Debíamos hacerles creer que tenían dos opciones; si cruzaban la linea los liberaríamos, y si no, seguirían trabajando para nosotros pero con la diferencia que luego de fugarnos les enviaríamos un monto de dinero a sus respectivos hogares.

Ilusos.

Lo que quería conseguir el profesor era dividir a los rehenes; entre aquellos que iban a convertirse en nuestros socios y aquellos que aún podrían seguir complicándonos las cosas.

— Por favor no me des un puñetazo por esto —responde esta girándose y caminando de espaldas— ¡Mi rostro es muy bonito!

Estaba a punto de apurar mi paso para alcanzar a Nairobi, pero una figura masculina se interpuso en mi camino. Frené en seco y alcé una ceja al ver la mueca de enfado mezclada con indignación que provenía del rostro de Denver.

Dejé escapar una risa burlona para girar sobre mis talones y retomar mi camino anterior.

Los pasillos de la fabrica se volvían cada vez mas largos al oír las constantes pisadas de Denver detrás de mi.

— ¿Piensas seguirme durante mucho más tiempo? —rompo el silencio, sin dejar de avanzar.

— ¿Piensas seguir evitándome? O mejor aún.. —dice tomando velocidad e irrumpiendo mi camino— ¿Piensas dejarle tu sostén a Berlin?

— ¿Por que? ¿Lo querías tu? —avanzo unos pasos más hacia la puerta de una pequeña cafetería, pero antes decido desquitarme un poco mas— O mejor aun ¿Por que no le pides el sostén a Monica?

Me encamino hacia una maquina expendedora para quitar unas golosinas y un jugo, resultaba fácil ya que hace dos días habíamos quebrado el vidrio protector, por lo que podíamos retirar cualquier cosa de adentro.

— Hay que hablar, Mérida.

Lo ignoro a medida que me siento en una de las tantas mesas libres.

— ¿No quieres hablar? De acuerdo, pero me vas a escuchar.

Abrí uno de los paquetes, el cual contenía unas serpientes azucaradas de gomitas. Mis favoritas.

Mérida ||Denver||Où les histoires vivent. Découvrez maintenant