trece

5.1K 313 36
                                    

"There're big smiles hiding big traitors, and others just big motherfuckers"

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

"There're big smiles hiding big traitors, and others just big motherfuckers"

81 horas de Atraco

— Inspectora Murillo —un oficial interrumpe la agradable guerra de miradas que con Tokio teníamos con Raquel, ocasionando que todas volteáramos a verlo— Llamada urgente.

— Atienda —se mete Tokio— Nos os vamos a mover de aquí.

Me doy la libertad de sonreírle a la pelicorto por el comentario que había hecho. Todavía no me cae del todo bien, pero eso no quita que concuerde con algunos comentarios.

Veo como los pies del Coronel Prieto se mueven hasta estar a un lado de Tokio, más cerca de ambas para examinarnos mejor. A su vez, la inspectora vuelve a acercarse mientras se hacía un chungo improvisado con tan solo un lápiz.

— Sigamos —declara Murillo una vez sentada frente nuestro— Estabais a punto de hablarme del profesor.

— Estaría más guapa con el pelo corto, inspectora, así le queda como de madre —omite el tema Tokio, nuevamente— Es que me están entrando unas ganas de contárselo todo.

— Perfecto —le responde la inspectora con una sonrisa burlona, de la misma forma que la pelicorto en primer lugar. En cambio, para mí se me fue inevitable rodar los ojos por la conversación dada— Porque yo estoy aquí con los brazos abiertos esperando a que alguna lo haga.

— ¿Quieres saber cómo empezó todo? —inquiere mi compañera, lo que me hace mirarla intrigada— El profesor me recogió, con un Sear Ibiza rojo. Mientras la policía me estaba tendiendo una emboscada —fruncí el entrecejo ¿pero esta tía es estúpida o que mierda?— No, no, empezó antes. Un niño que se llamaba Miguel, me bajo las bragas delante de la clase —suspire relajada y la inspectora frustrada, si esta tía es estúpida— ¿Se puede creer que me expulsaran a mí en vez de a ese hijo de puta de seis años? —Tokio rio sarcástica— Ahí fue cuando empezó a torcerse todo.

La inspectora colocó sus codos sobre sus rodillas, lo que le permitió inclinarse sobre la silla para estar más cerca de Tokio y de mí. Más cerca de mí en realidad, ya que decidió ignorar el comentario de la pelicorto y enfocar toda su atención a mi rostro.

— ¿Tú no hablas? —interrumpió el silencio, causando que solamente alce mi ceja izquierda ante su mirada— Míralo por el lado bueno, Mérida, se acabo eso de vivir huyendo. Ahora te toca empezar de cero —se cruza de brazos— ¿No vas a decir nada? ¿O prefieres que te llame de otra forma, Irene?

No pude evitar echar mi cabeza hacia el respaldo de la silla cuando una fuerte carcajada salió por mi boca. Cuando pude controlar la risa, algo, fue mi turno de inclinarme hacia delante, aún con las manos esposadas en mi espalda.

— ¿Pero tú te crees que por que te sabes mi nombre me voy a sentir intimidada? Estas de coña —volví a reír— Te voy a decir solo una cosa, Raquel —dije con burla— Tengo tantas ganas como tú de darle un puñetero golpe a esta tía y no sé cómo lo estoy controlando.

Mérida ||Denver||Where stories live. Discover now