quince

4.3K 287 11
                                    


"It was enough to smile to save my life"

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

"It was enough to smile to save my life"


113 Horas de Atraco


El griterío resonaba por mis oídos, pero mi respiración acelerada era lo que más captaba mi atención.

Muchas manos sobre el cuerpo desorbitado de Moscú, manos que rápidamente se manchaban de sangre.

Arrodillada junto a Denver, trato de ayudar a colocar el cuerpo del hombre de costado para buscar la herida de salida, pero mis manos no paran de temblar por lo que no logro más que rozarlo.

Un grito extremadamente doloroso sale de los labios de Moscú cuando logran colocarlo de lado, dejándonos ver que no hay agujero de salida, por lo que la bala sigue dentro de su cuerpo.

— Me cago en la puta —susurra Denver alzando la vista hacia mí, enseñándome sus ojos cristalizados— Se está desangrando.

Separo mis labios para tratar de formular una oración, pero las palabras se quedan atrapadas en mi garganta. Llevo mis manos a mi rostro y me lo refriego un par de veces.

Y una puta mierda.

— Tranquilo, yo tengo sangre a punta pala —murmura Moscú, tratando de aliviar la situación— ¿No ves que he comido muchas morcillas?

— No gastes energías —logro decir, aunque fue poco audible.

Cuando Nairobi se acerca con un botiquín en sus manos, tomo las mejillas de Moscú y coloco su cabeza en mi regazo.

Entre todos se coordina un improvisado trabajo; Rio comienza a buscar los insumos necesarios en el botiquín y Nairobi le inyecta un analgésico, mientras que entre Helsinki y Tokio se desesperan para abrirle de una vez por todas el mono rojo y Denver se quita su camiseta gris, supongo que para hacer presión en la herida.

Vuelvo a bajar la mirada hacia Moscú, su mirada perdida en el techo y su constante tos no son una buena señal. Llevo mi dedo pulgar a la esquina de su labio izquierdo para limpiar un poco de la sangre provocada, mientras que con mi otra mano acaricio su mejilla.

Crack.

Alzo la vista hacia su abdomen cuando finalmente el mono fue abierto, pero desearía no haberlo hecho. Solo se ve sangre.

Cubro mi boca con una de mis manos para ahogar un gemido, sintiendo un enorme nudo en mi estomago.

¿Cómo describir que el único ruido audible en la habitación era el silencio?

El abdomen de Moscú no tenía sólo una herida de bala. Debían ser mínimo unas tres o cuatro, pequeñas, pero mortales. La camiseta gris se encontraba ahora teñida de bordo por la cantidad de sangre que brotaba por los pequeños agujeros.

Mérida ||Denver||Where stories live. Discover now