"Me gustas" O como quieras llamarlo »Jungkook«

Capítulo 17

Quiero dejar en claro que no odio el deporte, lo que odio es hacer deporte. Cuando corro siento que tengo dos pies izquierdos y que mi cerebro no me deja respirar, trotar y pensar a la vez. Ocurren circuitos dentro de mi cabeza al momento de ejercitarme o participar en algún deporte.

—¡Min!– la firme voz de la profesora Seol me hace dar un salto y le exijo a mis piernas que se apresuren.—¿A eso le llamas correr?– me reprende.

Genial, haciendo el ridículo frente a dos clases.

Suelto un bufido e intento correr lo mejor que pueda. Cuando esto pasa no puedo pensar en nada más que en mi, cada vez que tengo que ejercitarme me siento como una obesa. Fijo mi vista al frente y veo como la mayoría ya me ha rebasado con una vuelta de diferencia. A mi parecer creo que hoy somos demasiados.

¡Demonios! ¿hasta cuando nos tendrá trotando? Siento que ya han pasado horas.

—¡Min! Si no aceleras el trote todos tendrán que dar dos vueltas más.– la cruel mujer continúa torturándome.

¿Que demonios? ¿Por que solo se fija en mi siempre? ¿Debería preocuparme?

Escucho como la mayoría de las chicas reprochan al pasar junto a mi y algunas me miran mal. Les devuelvo una mirada de ¿Que me ven? ¿Estas ridículas creen que lo hago a propósito? Como si para mi esto fuera divertido.

—Vamos, Mochi...tu puedes...—Una agitada Hyesun pasa a mi lado seguida de una frustrada Mari.

El silbato de la señorita Seol resuena en todo el gimnasio haciendo que quiera tirarme al suelo y dar gracias a cielo. Me detengo demasiado rápido haciendo que todo mi peso caiga en mi pierna derecha ocasionándole un horrible pinchazo en el fémur. Siseo por el dolor al intentar caminar, aligeró el peso en la pierna y apoyo mi mano en la zona dolorida.

—¿Estas bien?— la voz de Jungkook me sorprende.

—Eh...– busco su rostro y me mira un poco preocupado. —Si...si, solo creo que hice un mal movimiento y sentí un pinchazo en la pierna.

Seol vuelve a sonar el silbato y exige que nos acerquemos para darnos instrucciones.

—Deberías decirle a la profesora.–dice.

Lo miro nuevamente y el no aparta sus ojos de mi provocando que de repente siento ganas de abrazarlo. Creo que lo hecho de menos, quiero estar bien con él, hablar como desde el principio, que vayamos juntos a casa y vengamos juntos a clases. Se que soy un poco bipolar, pero ya no quiero hacerlo. Solo quiero decirle que me gusta y que el me diga que se siente igual. Quiero que Mi Na y cualquier chica que quiera acercarse a él desaparezcan. Yo solo...

—¡Min y Jeon! ¿que están esperando?— todo pensamiento se esfuma de mi mente como humo.

Bendito sea el día en que esta mujer vino al mundo, creció y se convirtió en un monstruo del deporte que me hace dudar de su feminidad.

Inhaló y cierro mis ojos para mantener la cordura, luego exhalo. La risa de Jungkook me hace abrir los ojos y lo miro con el ceño fruncido.

—Te ves adorable cuando te enfadas e intentas mantener la calma.–Su comentario me hace reír y decidimos caminar antes que a Seol se le ocurra ponerme a dar mas vueltas al gimnasio.

Mi pierna duele una vez mas y Jungkook se percata de eso al instante y me sostiene con su brazo al rededor de mi cintura. Eso me toma por sorpresa y lo miro de soslayo.

—Bien– comienza a hablar la instructora.—... Los chicos jugaran baloncesto y las chicas Dodgeball.–Una vez mas suena el silbato. —¡Vamos, formen grupos! Los veo lentos.

—¿Estas segura de que puedes hacerlo?.–Lo miro y asiento.—De acuerdo. Ten cuidado, por favor.–le sonrió y el me imita.

Me derrito.

Se aleja de mi y antes de que me de la vuelta para ir a mi grupo me llama.

—Min...–lo miro.

—¿Huh?

—¿Volvemos juntos a casa, hoy?

Al oír tales palabras mi organismos salta y cambian de posiciones de la emoción que siento. Una gran sonrisa se forma en mi rostro cual gato en Alicia y asiento.

—Ya que insistes.– bromeo y el niega riendo.

Creo que no puedo estar molesta con este hombre. Me encanta...su sonrisa. Giro para ir con las chicas chillando de emoción y me encuentro con la mirada de Young Mi Na. No esta sonriendo y noto como apreta los puños. Le doy una mirada aburrida y camino en dirección a mi equipo.

Si tengo suerte hoy golpearé algunos rostros bonitos con balones.

...

Jeon Jungkook

Me pongo ansioso al ver que el ultimo bloque no termina rápido. Estoy un poco preocupado por las chicas. Mas que todo por Min Soo, su pierna dolía antes de que se volviera a lastimar y solo espero que no sea nada grave.

Por enésima vez veo la hora en mi reloj y la comparo con la del reloj que cuelga sobre la pizarra. ¿Como es que tiene diez minutos atrasados? ¿Que nadie se ha fijado en eso? Nos dejan diez minutos demás en clases.

—¿Creen que las sancionen?– cuestiona en cuanto se sienta en el asiento libre tras nosotros.

—Espero que no.– no puedo evitar sonar preocupado y me sorprendo a mi mismo.

Me preocupo mucho ultimamente. Creo que desde que note indiferencia entre Min Soo y yo.

—¿Quien comenzó todo en primer lugar?– vuelve a preguntar Jimin.

—Aun no lo sabemos.– susurra Tae.

El juego de Dodgeball entre las chicas a la final termino siendo un caos total. No quiero juzgar a nadie sin saber bien que fue lo que paso, pero, mientras estábamos precalentando note a Ma Ri y Mi Na algo extrañas. Era como si se lanzaban explosivos con la mirada. Quise pensar que fue parte de mi imaginación, pero no creo que fuese así. El conflicto que surgió me dijo todo lo contrario.

Los chicos y yo eramos ajenos a lo que hacían las chicas mientras descansabamos de nuestro pequeño partido de Basquet hasta que los gritos de chicas llamaron nuestra atensión. El panorama era el siguiente:

Min Soo tirada en el suelo quejándose de un dolor en su pierna.

Ma Ri extremadamente furiosa abalanzándose sobre Mi Na.

Mi Na y Ma Ri golpeándose y tirando del cabello una de la otra.

Hyesun atónita.

Las amigas de Mi Na intentando ayudarla.

Todos apreciando el espectáculo.

La profesora ausente.

El presidente de la clase corriendo en busca de la profesora porque ladie podía separarlas y otras dos chicas que tenían problemas decidieron que era el mejor momento para arreglar sus asuntos a golpes y arañazos.

Creo que ahora los chicos no somos los únicos que hacemos esas cosas.