|7|

5.5K 598 197
                                    

La herida de Sasuke habia sanado por completo luego de tres semanas en cama y muchos mimos de Sarada, el azabache sospechaba que la verdadera cura habia sido gracias a lo segundo. Pero habia otro hecho que lo habia impulsado a mejorar con rapidez: la cita con Naruto.

Una vez que la herida cicatrizó, llamó al rubio y le pidió una cita. Cada vez que recuerda el tartamudeo nervioso del de ojos azules un sentimiento cálido nace en su pecho, sonrie cada vez que pasa. Sin embargo, antes de permitirse un descanso, tenía que ocuparse de los problemas que lo habian llevado a herirse en primer lugar.

Fue a su oficina, donde su padre lo esperaba; fijó su vista en sus acompañantes, parientes lejanos que solo habia visto en fotografias cuando era adolecente, los ignoró.
Se dirigió a su escritorio y se sentó en su silla, Juugo estaba a su lado y Suigetsu cuidaba la puerta, su ojo morado e hinchado llamó la atencion de Fugaku.

-¿Qué le pasó a tu chico?

Sasuke lo miró y Suigetsu bajó la vista -Tube que castigarlo por algo.

Y claro que lo hizo, el idiota perdió de vista a Sarada cuando las calles estaban en plena guerra de yakuzas. Apenas Sasuke se recuperó, lo primero que hizo fue ir a golpear a Suigetsu.

-¿Y por qué rayos no lo hiciste cortarse el dedo? -reclamó su padre -es lo que debería haber hecho.

Lo pensó, vaya que lo pensó; pero habian sido mejores amigos desde niños, sabia que Suigetsu era idiota desde hace mucho tiempo, fue por eso que sentía que tenía parte de la culpa tambien. No deberia haber dejado a Sarada a su cargo, y jamás volvería a hacerlo.

El Uchiha menor aclaró su garganta, cambiando de tema -Dejemos eso de lado, vayamos a lo importante.

Fugaku suspiró y se sentó en una de las sillas del otro lado del escritorio de su hijo, enfrentandolo -Bien. Tenemos buenas y malas noticias. La mala es que hemos perdido algunos hombres, por lo que tendré que pedirte que me prestes unos pares.

-No son cosas padre, los que quieran ir contigo lo harán.

Sonrió de lado -Sabes que tus muchachos no son mis fans. Te harán caso, pídeles a unos cinco que vengan conmigo.

Suspiró hastiado -Si nadie quiere ir contigo, le pediré a tres que te acompañen.

-Cinco.

-Tres.

-Cuatro.

-Tres.

-Hecho -le tendió la mano a uno de sus acompañantes y este le dio una carpeta con papeles a lo que Sasuke, instintivamente, gruñó -Por otro lado, la buena noticia es que nos hemos deshecho de muchos de los hombres de Akatsuki, aunque la mayoria solo eran seguidores.

Sasuke levantó una ceja -Sigo esperando la parte en la que me explicas que es eso -apuntó con su vista hacia la carpeta.

-Ya tranquilo -alzó la carpeta y la miró en el aire como si fuera oro en bruto -Uno de los sujetos que matamos era uno de los peces gordos.

-¿Quién?

-Su contador, Kakuzu.

Abrió los ojos de par en par y miró sorprendido la carpeta -¿Entonces eso es...?

Fugaku sonrió -Son todos sus numeros, el desgraciado dio su vida por esto.

Esto era grande, muy grande. Con los registros de las inversiones y ganancias de Akatsuki, podrian saber exactamente lo que planean con respecto a su territorio, cuales eran sus planes al invadirlos tantas veces en un mes; y cuando sepan lo que planean lo sabotearán y, si hay suerte, podrán deshacerse de Akatsuki de una vez por todas.

Sentimientos Peligrosos [NaruSasu]Where stories live. Discover now