Capítulo 30

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-Jesse -dije.

-Dime -dijo.

-Quiero dejar de sentir esto.

-¿Sentir qué?

-Sentir que voy a arrepentirme en cualquier momento.

-¿Por qué?

-Porque no creo que pueda salir de esto.

-¿Salir de qué?

-De lo que siento por ti.

-¿Y qué sientes por mí?

-Siento algo extraño.

-¿Cómo qué?

-Como algo diferente, algo que nunca he sentido -dije.

-Yo también.

-¿Crees que esto es correcto? ¿Qué esto está bien?

-Yo creo que es perfecto.

-Y yo creo que es algo que me asusta.

-Te asustas porque tienes miedo de que te hiera. Pero créeme, que el único de los dos que tiene más posibilidades de herir, eres tú.

-Yo no voy a herirte -confesé.

-Lo sé.

-¿Cómo lo sabes?

-Porque si no, no estarías aquí conmigo.

-Lo sé.

-¿Cómo son mis ojos? -preguntó.

-Son extraños.

-¿Extraños en qué manera? -dijo.

-De una manera... extraña.

-Me encantan tus explicaciones.

-Te lo digo de verdad.

-Son blancos, ¿cierto?

-No, no tan blancos. Puedo ver el color de tus ojos detrás de ellos -confesé.

-No me mientas.

-No te miento. Tienes los ojos de color miel.

-Mierda.

-¿Me equivoco?

-No, no te equivocas.

-Entonces, sabes que no miento.

-No es bonito verme el rostro, ¿verdad?

-Algún día voy a matarte. Claro que es bonito verte el rostro, eres atractivo.

-Me encantaría estar de acuerdo contigo.

-De verdad. Eres un supermodelo.

-Pero ciego.

-Claro, pero supermodelo.

-¿Supermodelo de físico también?

-Tal vez.

-Yo creo que tú también eres una supermodelo.

-¿Cómo lo sabes?

-Yo puedo ver con las manos.

-Oh...

-Cuando toco las cosas, de alguna manera puedo sentirlas, puedo verlas -explicó-. Cuando eres ciego aprendes a ver con las manos, de verdad.

-Entonces me viste el rostro. ¿Soy atractiva, huh?

-Demasiado, maldita sea. ¿Qué haces aquí, por qué no estás con otro chico más guapo que yo y que es de tu altura?

-Porque prefiero estar contigo.

-Todavía no puedo creérmelo.

-Te prefiero a ti.

-¿Porque estoy ciego, verdad?

-Claro, y porque nunca sabrás que estoy bailando en tu rostro sin que te des cuenta.

-¡Hey, no te burles! ¿Has hecho eso?

-Tenía que intentarlo.

-Bien.

-¿Te enfadaste?

-Sí.

-¿Por qué?

-Porque me hubiera gustado verte bailar.

Cuando los ángeles merecen morirWhere stories live. Discover now