i. CAPÍTULO UNO, PARTE UNO.

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CHAMELEON.
Capítulo 1, parte 1.

23 horas desaparecido

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23 horas desaparecido.

—Em, espera un segundo, por favor. Necesito hablar contigo.

La inspectora me mira y asiente, así que me dispongo a ir a hablar con Carla. Ella me espera en una esquina del pasillo, con las manos entrelazadas entre sí y sus ojos verdes llenos de lágrimas. Aprieta los labios al verme y comienza a negar seguidamente hasta que consigo tranquilizarla.

Estamos todos igual de preocupados.

—¿Qué pasa? —le digo, y ella intenta articular con gestos, aunque solo consigue empeorarlo todo y se pasa las manos por su sedoso cabello largo.

—Quiero que vengas conmigo esta noche a la búsqueda. Necesito que estés conmigo —susurra, preocupada—. A Christian le pasó lo mismo, y ahora él... no quiero que te pase algo a ti también por estar metida en todo este lío. Em... por favor.

Suspiro. Joder, Carla.

—No puedo ir. Sabes que no puedo.

—Sé que él es importante para ti —comienza, y creo que sé por dónde van los tiros, aunque realmente no quiero creérmelo—, porque lo sé... no había otro motivo por el que...

—Carla, escúchame. No puedo ir porque tengo trabajo que hacer. La inspectora y yo debemos mirar por otros lados. Tú sabes que tenemos que hacerlo —le digo—, pero si pudiese ir te acompañaría sin pensármelo dos veces.

Le sonrío ampliamente y ella me devuelve la sonrisa como un acto tímido.

—Porque para eso están las amigas —coloco una mano en su hombro y ella suspira.

—Sí. Amigas...

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Antes de todo.

Cuando Nano me metió en este lío supe que había algo chungo de por medio. Nano nunca me llamaba para trabajos fáciles y mucho menos cuando estaba en el talego. Sabía que debía de haber pasado algo muy gordo cuando su hermano pequeño vino llamando a mi puerta como un cachorro perdido y hambriento. No veía a Samuel desde que éramos críos, y me dio la sensación de que era la última persona que se esperaba ver por el nombre de Camaleón. Supuse que esperaba a una tía macarra de barrio bajo con jeringuillas hasta en el culo, y sin embargo me vio a mí, con mi pelo por la cintura baja y mi ropa de niña pija. Samuel estaba petrificado, y me hizo sentir muy incómoda.

𝐂𝐇𝐀𝐌𝐄𝐋𝐄𝐎𝐍 | ÉLITEWo Geschichten leben. Entdecke jetzt