xx. CAPÍTULO SIETE, PARTE CUATRO. (6/6)

1.4K 110 54
                                    


CHAMELEON.
Capítulo siete, parte cuatro.

Capítulo siete, parte cuatro

Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.

Antes de todo.

La noche de la fiesta benéfica había llegado por fin. Polo le contó a Cayetana que yo también lo sabía y ella lo aceptó, con la condición de que no se lo dijera a nadie. ¿A mí qué me iba a contar ella? No me interesaba para nada hacerle la vida imposible, aunque no me agradaba que hubiera organizado toda esa mentira para recaudar dinero por mucho que lo necesitara. Aquello era prácticamente un delito y los estaba tomando a todos como tontos, por lo que me permití el lujo de mantenerme a raya y no involucrarme demasiado en el tema. Llegamos antes de tiempo para terminar de organizar las cosas y cuando comenzaron a entrar los invitados no sabía dónde meterme.

Tanta gente... vestida de tan alta costura, y yo ahí con un vestido azul marino típico de baile americano que había comprado hacía unos cuantos años y que por suerte todavía me quedaba bien. Lo bueno es que parecía recién comprado, nuevo, me atrevería a decir, y Lú no se acercó a quejarse por mi "falta de sentido de la moda", por lo que no debía estar tan, tan mal.

Cuando llegaron Begoña y Andrea, las madres de Polo, nos reunimos con Cayetana y ambas estaban más que encantadas.

—Esto es fantástico —le dijo Andrea a la muchacha rubia.

Caye parecía a punto de echarse a llorar de la emoción.

Polo me tomó por la cintura y ambos le dedicamos una dulce sonrisa a la muchacha, que nos la devolvió al momento. Mi novio me acercó un poco más a él.

—Esto es más que fantástico —volvió a mirar a nuestra compañera de clase—. Es magnífico.

—Polo...

A medida que llegaban más invitados todos nos comenzamos a dispersar por la fiesta.

Divisé a Rebeka en la barra, echándole whisky a su CocaCola sin que nadie la viera. Me acerqué a ella y me saludó con dos besos. Alzó la mirada hacia Polo y me miró de reojo, chistando, como si yo no estuviera ahí.

Sabía perfectamente lo que estaba haciendo. Intentaba hacerme ver que Polo era una mala influencia, pero me daba igual. Lo sabía, Dios si lo sabía, pero estábamos en las mismas. Me negaba a admitrilo hasta que no lo escuchara salir de sus propios labios. Para mí, Polo seguía siendo Polo hasta que se demostrara lo contrario, y ese contario debía venir de sí mismo.

No me valían pruebas inútiles.

—Tú no te enteras —me dijo, con su tono típico de chulita—. El notas ese te va a dar un bimbazo cuando te lo cuente que lo vas a flipar. Te estoy advirtiendo, Emilia, pero tú haz lo que te salga de toto. Total, es lo que estás haciendo ahora.

—Pues mira, yo también tengo que decirte un par de cositas —contesté, cambiando el tema—. ¿Te has enterado de lo del chaval que advirtió a Omar por lo del Samu? Una paliza le han pegado. A ver cómo justificas tú esa mierda, que mucho dices que no quieres que le pasa nada al Samu y ahí lo tienes todo el día, repartiendo mierda por todo el pueblo como si fuera una puta camioneta del Mercadona, nena.

𝐂𝐇𝐀𝐌𝐄𝐋𝐄𝐎𝐍 | ÉLITEHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin