ix. CAPÍTULO TRES, PARTE TRES.

1.1K 89 50
                                    


CAMOUFLAGE.
Capítulo tres, parte tres.

—Emily, venga ya, por favor, no me jodas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


—Emily, venga ya, por favor, no me jodas.

—¿Estás saliendo con Samuel? ¿Samuel García? —ella, desde la otra línea, se quedó callada—. Macho, ni dos semanas has tardado en lanzarte. Joder, con la regla número uno entre las amigas.

—¿Y qué quieres que te diga, nena? Ya sabías que me gustaba.

Ladeé la cabeza, aunque ella no podía verme.

—Mira, lo siento, ¿vale? —murmuró—. No quiero joder nuestra amistad. Eres mi mejor amiga, tía. Sabes que te quiero más que nadie, coño.

Eran las diez de la noche, o así, no me acuerdo muy bien. Había llegado a casa tras pasear con Valerio y mi tía me había recibido con un cuscús casero que estaba para chuparse los dedos (bueno, ella decía que era casero, pero mi tía solamente valía para ser inspectora, y la cena había estado demasiado rica como para haberla cocinado ella). Estaba en mi habitación con el pijama ya puesto y tomándome un yogur antes de irme a dormir, porque la verdad es que Valerio se tomaba muy en serio el término "dar un paseo" y habíamos acabado recorriéndonos el maldito pueblo de arribabajo.

Muy gracioso todo, sí, efectivamente.

Me estiré en la cama y suspiré.

—No me importa, Rebe —dije, y noté cómo soltaba aire con alivio—. Espero que duréis mucho.

Ella rió, con sarcasmo.

—Ya. La típica frase que le dices a tu meja cuando sale con tu ex, ¿no? —preguntó, e inspiró aire—. Escúchame, Em, que lo siento mucho, por cómo te están tratando. Que no te lo mereces. Veo lógico que Guzmán esté encañonado porque era su hermana y todo eso, pero, joder, lo de esta tarde ha sido un poco fuerte —añadió—. Pero ten claro que el Samu es el primero que salió a defenderte cuando os fuisteis.

Miré al techo. No sabía si creérmelo o no. Ya no sabía qué aceptar o rechazar, ni siquiera sabía si podía confiar en Rebeka o si le contaba cosas a Samuel para que se las contara a Guzmán. Era todo demasiado... Sucio.

—Bueno, y el Ander también —volvió a hablar—. Que ha estado muy callado por lo que sea que estéis teniendo entre manos pero luego le ha cantado las cuarenta al Guzmán que no veas. Y decía que era para adentro, el notas... Te voy a decir una cosa, nena —oí que se incorporaba en la cama—. El niño ese te quiere de verdad y quiere arreglar las cosas aunque le dé vergüenza decírtelo, porque los tíos son unos orgullosos todos, que de eso sé bastante. Habla con el Ander, por favor. Lo digo muy en serio.

—Lo haré, Rebe —contesté—. Sabes que yo tampoco quiero que estemos así.

—Mujer, pero créeme que no es lo mismo —había bajado el tono de voz—. Bueno, te dejo, que la mama me llama para cenar.

𝐂𝐇𝐀𝐌𝐄𝐋𝐄𝐎𝐍 | ÉLITEWhere stories live. Discover now