xviii. CAPÍTULO SIETE, PARTE DOS. (4/6)

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CHAMELEON.
Capítulo siete, parte dos.

Capítulo siete, parte dos

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84 horas desaparecido.

Guzmán llega a los pocos minutos de que salga de la clase y me coge por el brazo antes de llevarme a otro sitio mucho más alejado del que estamos.

No nos llevamos estupendamente, pero esto es mucho más que lo que teníamos antes.

—Hoy, a las seis en punto —me dice, serio—, en mi casa, ¿te enteras? En punto. Como llegues un minuto más tarde, me voy solo.

—En punto, en punto. Lo tengo muy claro.

Me mira y su rostro muestra compasión.

—¿Cómo lo llevas?

Sonrío.

—Esa pregunta te la tendría que hacer yo a ti.

_______ ○ _______

Antes de todo.

Polo me besó en el cuello antes de que lo separara de mí. Me miró extrañado.

—¿Pasa algo? Estás rara últimamente... —me dijo, preocupado. Negué y le mostré una pequeña sonrisa.

—Yo no estoy rara, el que está raro eres tú, que no haces más que pensar en sexo —repliqué.

Polo negó con la cabeza y se incorporó, poniéndose derecho y mirándome directamente a los ojos. Normalmente era buena fingiendo, pero esos días me estaba costando más que nada.

Puso su mano en mi mejilla y se inclinó para darme un beso en la cabeza.

—Si no quieres, no haré nada.

Me sentía como la mierda. En ese momento se me vino una idea a la cabeza. Me incliné hacia él ahora y me senté, rodeando su cintura con mis piernas. Él parecía confundido, y yo tomé aire por la nariz antes de lanzarme.

—Tengo que preguntarte algo.

—¿Es... es necesario...? —carraspeó, nervioso—. ¿Qué estés así... colocada?

—¿No te gusta?

—Emilia, por favor... no puedes decirme que no quieres nada y ahora hacerme esto.

—Es para que te relajes.

—¡Pues créeme que ahora estoy de todo menos relajado! A lo tonto me estoy empalmando, ¿sabes?

Sonreí.

—Pues mejor.

Él apretó los labios y echó la vista hacia arriba. Se estaba empalmando, y no era para nada a lo tonto.

—¿Por qué estuviste escuchando mi conversación con Guzmán sobre Marina y mi tía? —cuestioné—. Porque no me digas que no escuchaste.

—Yo... ah... ¡no pude evitarlo! Hablas muy fuerte —me miró a los ojos y fruncí el ceño.

𝐂𝐇𝐀𝐌𝐄𝐋𝐄𝐎𝐍 | ÉLITEWhere stories live. Discover now