6.

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Flashback.

Todoroki no entendía porqué la gente llegaba a ser tan mala con los que no podían defenderse, si tanto querían meterse en líos, al menos deberían hacerlo con gente de su tamaño.

Él era malísimo para recordar los nombres de sus compañeros, pero recordaba bien el nombre de ese pequeño de cabello negro; Kirishima. Siempre le molestaban, ¿la razón? Era muy tímido y callado, un blanco fácil para los busca problemas.
Incluso cuando Kirishima estaba en su banca, sin hacer nada, le aventaban bolas de papel e incluso lápices.

Esta vez, ambos caminaban por el pasillo, cuando los chicos llegaron a empujar a Kirishima, tirandolo.

- No entiendo como alguien tan genial como Todoroki puede estar contigo -dijo con tono autoritario un brabucón.

Una patada.

Dos patadas.

Cinco patadas, una de cada brabucón.

Todoroki estaba estático, ¿Qué podía hacer? Eran cinco niños, él era sólo uno que defendería a su amigo, estaba tan asustado de no saber como ayudar a su amigo que sin darse cuenta una maestra ya había llegado a auxiliar a Kirishima. En cuanto la voz de la maestra enojada sonó en el pasillo, los brabucones corrieron, la maestra decidió perseguirlos después de decirle a Todoroki que llevara a su amigo a enfermería.

Al llegar, de inmediato la doctora revisó a Kirishima, nada grave pasó, pero sí estaba bastante herido emocionalmente, estaba harto, siempre le molestaban, pero ¿Golpes? ¿Por qué?

- Debemos hablar a tu casa -la doctora habló de manera serena.

- N-No, no hay nadie en mi casa. Mis padres trabajan hasta tarde -dijo cabizbajo el pelinegro, sollozando aún.

- De acuerdo, el asunto por ahora lo verás con la directora y la maestra que intervino -Kirishima asintió- ¿Cómo te sientes? Si sientes molestias aún, puedes quedarte en la camilla.

- Estoy bien... -sorbió su nariz roja, su amigo Todoroki le tendió papel para que se limpiase.

- De acuerdo, les traeré unas paletas, permítanme-la doctora sonrió y se levantó, dirigiendose hacia el pequeño cubículo en la enfermería.

Todoroki subió con dificultad a la camilla alta donde se hallaba su amigo, tomó asiento a su lado y Kirishima de inmediato dejó caer su cabeza en el hombro de su amigo buscando consuelo.

- No te preocupes, yo les daré una lección -el pequeño Shouto trataba de calmarlo mientras le acariciaba su cabello.

- N-No es necesario, no te metas en problemas p-por mí -titibuteaba mientras secaba sus lágrimas.

Todoroki asintió, aunque sabía que no dejaría las cosas como estaban. Cuando llegó la doctora les dio una paleta de dulce a ambos, a Todoroki por no dejar solo a su amigo y a Kirishima por ser tan fuerte.

Al llegar al salón, las miradas fueron puestas en ellos, en especial a Kirishima que se escondía detrás de su amigo.

En la salida, Kirishima siguió caminando al lado de Todoroki, en cuanto Kirishima divisó a su madre no dudó en correr hacia sus brazos después de haberse despedido correctamente de su amigo, en cuanto se fue de su lado Todoroki hizo lo prometido.

Era conciente de que en la salida había profesores, maestras y padres de familia, incluso los padres de los brabucones, pero se arriesgó. Al parecer los busca problemas aún no se iban, eran cinco y él estaba solo, pero eso no lo frenaba a darles una lección, de algo debió de haber servido todas las clases a las que su padre lo metía, ¿No? Probará si las lecciones de tae kwon do y boxeo dieron frutos.

Wish you were gay || Tododeku || Where stories live. Discover now