Wish you were gay || Tododeku ||

28

— ¿Cómo... Cómo estás? —Izuku sonrió de manera apenada hacia su novio que se encontraba recostado en el sillón de su casa.

Todoroki miró serio a su novio y después volvió a dirigir su mirada hacia el té que yacía en sus manos.

Había pasado un semana desde la desastroza fiesta de Todoroki, había recibido daños en su cuerpo y dolores que sólo los analgésicos le calmaban por lo que le mandaron resposo de una a dos semanas y hasta a penas ese día Izuku había aparecido en su hogar.

— Mejor.

Su voz era tranquila aunque indiferente hacia el pecoso. O al menos eso sentía.

— Shouto —Fuyumi apareció en la sala junto a Natsuo y un par de maletas junto a ellos.

— ¿Ya se van? —Midoriya se levantó y fue junto a los hermanos mayores de Shouto.

— El trabajo y la escuela nos llaman —respondió Fuyumi y se acercó a Izuku para sujetarle las manos— Confiamos que cuidarás de nuestro hermano.

— El mocoso es algo testarudo a veces pero contigo no, así que es tarea fácil.

Midoriya sonrió ligeramente a las palabras de Natsuo. El menor se excusó yendo a la cocina para dejar a los hermanos despedirse.

— Ya nos vamos —Todoroki asintió a su hermana y ella suspiró pesadamente y se sentó junto a él y Natsuo junto a sus pies— Izuku tuvo sus razones para a penas venir a verte, deja de ser tan duro con él.

— Pudo mandarme mensaje.

— Mocoso, mocoso, mocoso... Izuku es un solecito así que deja de comportarte como una estúpida nube gris que intenta taparlo —Todoroki rodó los ojos aunque su hermano tuviera toda la razón.

— ¿Qué haré ahora con Dabi?

— Por el bien de todos, sólo hay que alejarnos y fingir que...

— Olvida todo con él, ¿Sí? Nos ahorrará muchos problemas en el futuro —Natsuo interrumpió a Fuyumi.

Shouto asintió aunque no muy convencido.

En el fondo le dolió todo lo que había pasado con él.

Para él Dabi seguiría siendo su hermano, seguiría siendo Touya. Aunque su reencuentro no fue como lo planeaba ni esperaba desde hace años, le alegraba un poco saber que seguía vivo y eso estaba bien, le bastaba por el momento.

— Lo entiendo.

Fuyumi abrazó a Shouto y Natsuo igual a pesar de que no les correspondiera sus abrazos.

— Tengan cuidado, buen viaje.

— Espero que a la próxima que volvamos ya no hables como un robot.

— ¡Natsuo! Pero sí tienes razón un poco... Gracias, Shouto —Fuyumi sonrió y ambos se dieron media vuelta y se fueron de la casa.

Midoriya regresó con un plato de soba fría para Shouto, se lo extendió y sostuvo el té que tenía antes.

— Gracias.

Comenzó a comer su soba en silencio, estaba deliciosa, podría asegurar que su novio la preparó y eso le provocó una pequeña alegría por dentro.

— Entiendo que estés enojado conmigo pero estos días tampoco han sido fáciles, ¿Sabes? Ni siquiera me atrevía a enviarte mensajes, mucho menos estaba listo para verte a la cara... El hecho de que tu cumpleaños haya terminado así, fue mi culpa —habló Midoriya en cuanto notó una pequeña sonrisa en su novio al probar la comida hecha por él. Bien, era un poco chantajista recurrir a la soba, pero extrañaba tener esos pequeños detalles con él después de algún tiempo.