Wish you were gay || Tododeku ||

11.

Era 31 de Octubre, todo estaba listo para la fiesta que tendría la clase.

Las chicas estuvieron de un lado a otro desde la mañana, algunos de los chicos desde hace dos días salieronjuntos a conseguir sus disfraces y otros simplemente pidieron a las chicas hacerse cargo de ello y después pagarles, como Todoroki.

— ¿En serio no sabes cuáles son las tallas de Todoroki? —preguntó sorprendida Uraraka a Camie, ambas salieron a conseguir disfraces.

— Bueno, tengo una idea de cuál es pero segura no estoy —se rascó la nuca, sintiéndose regañada por la castaña.

La castaña rodó sus ojos mientras ella le marcaba a su novio, no entendía como era la relación de la rubia, pero era obvio que estaba lejana a ser funcional.

No podía saber ni observar mucho sobre esa relación, pasaban todos los días juntos, eran como uña y mugre, aunque algo que notaron Uraraka y Midoriya era que Camie era muy apegada y melosa a él, lo contrario a Todoroki que siempre se mostraba indiferente y rara vez tomaba la iniciativa de darle algún beso.

La rubia colgó el celular y fue a pedir el disfraz con las tallas correspondientes de su novio.

— ¿Y Midoriya de qué se disfrazará?

— Fantasma o algo así —contestó algo insegura de su respuesta la castaña.

— Puedo... ¿Hablarte sobre algo? —antes de que Uraraka pudiera responder, le entregaron los disfraces y ella agradeció acompañada de su sonrisa.

— Claro, paguemos las cosas y vamos por un helado, ¿Te parece?

Camie asintió y se dirigieron a las cajas para hacer lo ya dicho por Ochaco, ambas pagaron sus respectivos disfraces y salieron de la tienda en busca de una heladería, la cual no fue difícil de encontrar ya que se encontraban en una plaza.
Al entrar al lugar, pidieron sus helados y al recibirlos se sentaron en unas de las mesitas que el local tenía.

Uraraka esperó a que la primera en hablar fuera Camie, esperaba que le contara sobre su relación, sobre sus problemas, o incluso si extrañaba a su familia ya que todos en la escuela al inicio lo hacían.

— Besé a Bakugo.

Esperaba todo, menos eso.

— T-Tu... ¿Qué? —respondió incrédula.

— Agh, lo sé soy horrible —dejó caer su cabeza en la mesa mientras musitaba cosas incomprensibles— Tengo novio y Bakugo igual, de hecho no me correspondió el beso y me apartó.

Uraraka acercó su mano a la cabeza de su amiga y le dio caricias, ella levantó la cabeza y volvió a tener una postura normal.

— No sé qué hacer, seguro le contó a Kirishima y él me querrá matar —comenzó a comer su helado mientras miraba un punto fijo a la mesa.

Uraraka quería decirle que si Bakugo no le hizo daño alguno, dudaba que Kirishima lo hiciera.

— ¿Cuándo fue eso? —la castaña no sabía aún qué decir sobre eso así que optó por indagar sobre el asunto.

— Ayer en la noche —suspiró y se metió una cucharada de helado a la boca antes de comenzar a narrar lo ocurrido—: Bajé por la cena ya que Shouto y yo veíamos una serie en su cuarto, Bakugo estaba en la cocina preparando algo que no recuerdo y le hablé, de hecho charlamos por unos minutos y cuando estaba por irme me despedí de él, uno normalmente se despide con un beso en la mejilla, ¿no? Pero yo se lo di en los labios.

— Pero seguro fue un piquito, ¿no?

— Lo fue y él sólo me gritó que no volviera a acercarme a él.