Capitulo 10

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El rubio sonrió, soltó su mano, un contacto que ella extrañó al instante, y juntó sus manos para realizar un sello que Sakura reconoció al instante, creó cinco copias de sí mismo.
-Kage bunshin ¿eh? -preguntó el ninja de negro, a través de la máscara su voz se oía algo apagada y gruesa.
-No pienso dejarme atrapar, ya vivo en una jaula desde que nací, dos sería redundante, además tengo que proteger algo muy importante para mí -respondió el rubio sin borrar la sonrisa de sus labios, Sakura seguía pensando que estaba disfrutando la situación, se preguntó a qué se refería cuando decía "algo muy importante" pero era obvio que ese no era el momento para preguntas- Sakura te voy a pedir que te ocupes de los ninjas que quedan, éste es mío, prometo ayudarte en cuanto termine, diez minutos como máximo.
La mujer asintió sorprendida. ¿De verdad pensaba vencer a quien le había ganado a Sasuke en diez minutos?
-¿Diez minutos? Je, demasiado creído, adoro hacer caer a los que se creen tan buenos -respondió el ninja de la máscara.
-Pues no sucederá el día de hoy, tú no venciste a Sasuke. Sabían que era un Uchiha desde antes, él no se hubiese dejado vencer tan fácil, si hubieran visto el Sharingan de Sasuke ya estarían muertos, no... –el rubio miró a su amigo en el suelo, habían sido muy confiados- el postre tenía algo...
-¿Qué?
Sakura miró a Naruto y luego a Sasuke, podía ser cierto, el morocho no tenía ninguna herida visible. Y ella no había comido el postre por lo cual solo eso podría haberlo dormido.
-Jajaja, ven pequeño, te mostraré lo bueno que soy por si aún tienes dudas... -Naruto y sus clones corrieron hacia él. Sakura hizo lo mismo pero contra los demás ninjas.
La pelea comenzó, Makoto corrió a refugiarse lejos, el espacio reducido hacía que los enemigos de Sakura se vieran obligados a atacarla de a uno o como mucho de a dos, lo cual le dio la ventaja, los golpeaba con su tremenda fuerza y los dejaba inconscientes antes de que se percataran de qué les había sucedido.
Naruto extendió su mano, uno de los clones comenzó a hacer una bola de chakra que giraba vertiginosamente, se lanzó contra el ninja oscuro y lo golpeó con ella sin siquiera darle tiempo de reacción. Resbaló por el suelo unos metros pero luego se agarró de la pared y frenó. Miró al rubio con odio, en su estómago se podía ver la marca que le había dejado el Rasengan. Tres clones ya habían agarrado a Sasuke y lo llevaban un poco más adentro de las mazmorras, para alejarlo de la batalla. Trataban de despertarlo pero les era imposible.
-¡No despierta! -le gritaba uno al Naruto real.
-No importa, no necesito ayuda...
-Oh, yo creo que sí -respondió el hombre. Levantó el brazo y de él salieron una multitud de serpientes.
El rubio las esquivó y cortó, algunas alcanzaron a los dos clones que estaban con él y los hicieron desaparecer.
-Bien ya quedan cuatro -dijo sonriendo su enemigo.
Naruto lo miró furioso y volvió a atacar, su enemigo era ágil y rápido, las serpientes salían por cualquier parte de su cuerpo lo cual estaba exasperando al rubio. El lugar era pequeño, no podía hacer un jutsu más fuerte o terminarían enterrados. Escuchó a Sakura gritar. Más hombres habían llegado y ella seguía peleando pero le habían cortado en varias partes del cuerpo. La pelirrosa era buena luchando, pero en espacio reducido se complicaba. Su enemigo no podía atacarla de a muchos sin embargo no terminaban de aparecer. Vio que uno lanzaba un sello bomba. "¡No demonios!" gritó el rubio para sus adentros pero no pudo hacer nada, el sello explotó y parte del techo se desmoronó. El lugar ahora era inestable y por el polvo no podía ver qué había sucedido con Sakura.
-No te olvides de mí niño -susurró su enemigo a su espalda.
-¡Ni en sueños!
Gritó Naruto y girando rápidamente lo golpeó en la cara, fue un movimiento casi reflejo, por el cual el ninja no lo esquivó y terminó cayendo al suelo. Naruto corrió hacia donde se encontraba Sakura, habían escombros por todas partes. Las mujeres de las celdas gritaban y pedían ayuda, sabían que pronto ese lugar terminaría destruido.
-Demonios... -juntó las manos de nuevo- Tajuu Kage bunshin no jutsu -recitó y más copias aparecieron, muchísimas, tantas que casi ocupaban todo el pasillo a lo largo, unas corrieron a socorrer a las mujeres de las celdas, otras se pusieron a sacar escombros, otras ya estaban haciendo una multitud de Rasengan para poder abrir una nueva abertura en la pared del otro lado, tenían que salir de ahí de inmediato y si la única salida estaba obstruida sólo quedaba hacer otra. El ninja se estaba levantando, la máscara se le había roto en pedazos que fueron cayendo al suelo. Tenía los ojos amarillos de pupila recta como si fueran de una serpiente, sacó una larga lengua y se lamió la sangre del rostro, Naruto casi vomita de sólo verlo.
-Eres impredecible Naruto Uzumaki, tu cuerpo sería muy bueno para mis experimentos -sabía su nombre, ese hombre estaba mejor informado de lo que creía.
-¿De qué hablas? Eres la persona más repugnante que vi en mi vida -escupió asqueado. Corrió hacia él, no tenía opción, debía apurarse, cambió su aspecto, los colmillos crecieron al igual que sus uñas que se volvieron filosas garras, sus ojos se volvieron rojos y de pupila recta, un chakra dorado comenzó a rodearlo, su corrida cambió de bípeda a cuadrúpeda aumentando la velocidad, saltó hacia una pared, vio los ojos asombrados y hasta asustados de su enemigo, seguramente se había dado cuenta, ese hombre sabía mucho y las colas que tenía detrás eran demasiado evidentes como para no prestarle atención, al tocar la pared ésta se hundió un poco bajo su peso, saltó a la otra, el hombre casi no podía seguir sus movimientos, cayó sobre él volviéndolo a tirar al suelo, saltó nuevamente y con una de sus colas lo tomó por la cintura y lo lanzó hacia el agujero que habían terminado de hacer sus clones en la pared.
Cuando estaba así no se sentía ni cansado, ni dolorido, la fuerza del chakra del Kyuubi corría por todo su cuerpo y lo envolvía, sus clones estaban normales, hacía un buen tiempo que había logrado controlar a la bestia y su chakra se distribuía como quería además de tomar la forma que deseaba y en ese momento necesitaba la del zorro. Los clones a su espalda habían terminado de apartar los escombros, sacaron a Sakura y la llevaron hasta él, los ninjas enemigos que habían quedado se fueron. Las mujeres encerradas ya estaban libres, sólo quedaba salir de ahí.
-¿Qué esperan? -preguntó a sus clones que estaban en la nueva entrada mirando.
-Es algo alto... -respondió uno mirando hacia abajo.
-Esto está por caerse, salgamos ya.
-¡El otro lado es más seguro! -gritó otro- ya corrimos los escombros...
-No no, en el otro lado está el enemigo reagrupándose, tenemos que salir por allá y ver qué hacer después, hay demasiados inocentes ahora.
-Demonios -se quejó uno y estirando los brazos se lanzó al vacío, otro lo atrapó y así fueron haciendo una escalera humana de "Narutos".
-A veces creo que un día de estos se van a rebelar... -dijo el rubio a una de las chicas que esperaba impaciente a su lado. La mujer lo miró con ojos llorosos y temblando. ¿Para qué se esforzaba? era obvio que esas mujeres no reirían en un buen tiempo- empiecen a bajar ¡rápido! -les ordenó, las mujeres no tuvieron más remedio que hacerle caso, los pocos niños que habían se vieron más envalentonados.
Naruto no se había percatado de cambiar de aspecto nuevamente por lo cual cuando Sakura abrió los ojos casi grita al verlo.
-¡¿Qué?!
-Eeeeh... después te explico, debemos salir ahora Sakura...
-Pero el objetivo...
-Huyó hace un buen rato.
Uno de los clones la llevaba a ella y otro a Sasuke, sólo ellos quedaban cuando la entrada comenzó a desmoronarse.
-¡Corramos! -gritó Naruto a sus clones. Los dos le hicieron caso y bajaron corriendo por la "escalera", él se lanzó haciendo que uno de sus clones lo atrapara antes de caer.
Cuando tocó el suelo respiró profundo, desaparecieron sus clones junto con su chakra dorado.
-Aún no estamos a salvo -dijo Sakura.
-No... -respondió el rubio. Estaban en el patio de la fortaleza del lado de adentro de las altas murallas que la protegían.
Sasuke se despertó en ese momento tomándose la cabeza. La pelirrosa se agachó para poder verlo.
-¿Estás bien? -le preguntó preocupada.
-¡¿Qué demonios pasó?! -se quejó el morocho al ver a Sakura herida y a Naruto agitado y se levantó de un salto, no sin lamentarlo internamente porque sentía que la cabeza le iba a estallar del dolor.
-Es algo largo, en esencia caímos en una trampa y ahora tenemos que escapar.
-¿Y el objetivo? –preguntó el morocho intentando recuperar un poco las fuerzas.
-¡Al diablo con ese Makoto! En otro momento lo atrapamos, tenemos que sacar a esta gente de aquí, y ustedes tienen que curarse... aunque no veo que tú estés herido... -Naruto sonrió algo tentado de la risa con la cara furiosa del Uchiha.
-Me drogaron.
-Por eso no hay que aceptar caramelos de extraños. ¿Estuvo linda la siesta? Tuvimos que hacer todo el trabajo, creo que pediré que te paguen menos jajaja.
Sasuke estuvo a punto de lanzarse sobre el rubio pero Sakura lo interrumpió.
-¿Dónde está ese ninja raro de negro?
-Lo lancé lejos. Seguramente murió en la caída.
-Es raro no ver el cuerpo aquí ¿no crees? -le respondió la chica.
-Es cierto...
-Podemos seguir discutiendo sobre muertos vivos o podemos pensar en un plan, los hombres de Makoto deben estar por llegar y el objetivo aún sigue vivo -el morocho se tomó la cabeza y se agachó para poder recuperarse del momentáneo mareo que había sufrido.
-¿Sasuke te sientes bien? -Sakura volvió a acercarse.
-¡Claro que sí! -contestó el aludido alejándose.
-Bien, ¿qué propones Uchiha? -Naruto sonreía, le estaba enfermando que sonriera así, seguramente seguía contento por haber podido besarla, ¡qué perdedor!
-Creí que tú eras el maestro de los planes, ¡resultó bárbaro el último!
-Y yo creí que tú tenías buenos informantes, todo esto fue una trampa planeada por quién sabe. Ni siquiera Makoto parecía del todo enterado.
-Alguien nos quiere muertos... esta es la segunda vez que nos pasa algo así... -dijo la pelirrosa- es raro sentirme presa.
-Una mujer como tú no debería ser cazador jamás -contestó Sasuke despectivo.
Vio que el rostro de Sakura, para su satisfacción, se transformaba en una mueca de odio, iba a replicarle algo cuando aparecieron los ninjas, salieron de todas partes, los rodeaban y parecían más de cien.
-¿Cuántos hombres tiene ese maldito? -preguntó Naruto.
-Pues tiene todo un ejército... ya entiendo por qué nadie lo había tocado antes -Sasuke miró a su alrededor, ninjas y samurais se acercaban con cautela pero sin cesar.
Las mujeres que habían rescatado comenzaron a abrazarse entre sí y algunas hasta lloraban. ¿Qué iban a hacer? No podían dejar a esa gente en el medio de la batalla. ¡Que el demonio se lo llevara! ¡Se estaba preocupando por esa turba de desconocidos! Malditos sean Sakura y Naruto por hacerlo pensar igual que ellos. Se mordió un dedo y realizó unos sellos, golpeó el suelo, un águila gigante apareció frente a ellos.
-Suban sobre él, los llevara al otro lado, luego corran a sus hogares -les dijo con un tono más elevado del que le gustaba usar, la gente se miró entre sí dudosa- ¡demonios muévanse! -Naruto no lo dudó un instante y comenzó a ayudarlos a subir, al igual que Sakura. Sasuke se levantó la manga de la camisa, tenía unas inscripciones en el brazo, realizó más sellos y de ellas salió su katana. Jamás la dejaba, simplemente la guardaba, un pergamino no era seguro así que escribía los sellos en su cuerpo. Se preparó mientras sus compañeros terminaban de subir a las personas, si alguien llegaba lo acabaría- ¡Sakura! Ve con ellos.
-¡¿Qué?!
-¡Estás herida! No nos sirves así, Naruto y yo podemos con estos soldaditos, aún no acabamos la misión.
-¡No me iré sin ustedes! -gritó tercamente la mujer. Por alguna razón le gustaba que fuera así y que lo enfrentara de esa forma, pero no había tiempo que perder.
-¡No te lo estoy proponiendo! ¡Te lo estoy ordenando!
-Tú no me... -Sakura calló al sentir la mano de Naruto, le había tomado el brazo. Su rostro estaba sumamente serio.
-Por favor, Sakura...
-Pero... ustedes... –su voluntad siempre se veía debilitada cuando era Naruto el que le pedía las cosas.
-Estaremos bien, prometo que volveremos. Alguien debe cuidar a esta gente, quizá Makoto los persiga...
-Está bien...
-Gracias -el rubio le sonrió, ella en un movimiento impulsivo tomó la mano que él tenía en su brazo y la apretó con fuerza, el asintió, luego la mujer subió al ave y salieron de allí.
Sasuke no apartó sus ojos de ellos hasta que se perdieron tras las nubes, al bajar la vista se encontró con la mirada de Naruto. Otra vez volvían a ser compañeros, ¿aún recordaría los viejos entrenamientos?, el rubio se colocó a su lado.
-¿No tendrás otra de esas metida entre la ropa? -le preguntó señalando su katana.
-Lo siento, pero no –se le escapó decir, luego se odió a sí mismo, ¿por qué se disculpaba?
-Te perdono -rió el rubio, lo cual le molestó aún más, nunca se le escapaba nada a ese idiota.
-Pareces feliz.
-La segunda persona que me dice eso... sí, Uchiha, trato siempre de ser feliz.
-¿Aunque tu vida sea miserable?, ¿aunque hagas esto que sé que odias hacer?
-Porque mi vida es miserable es la razón por la cual intento ser día a día feliz.
Era la cosa más ridícula que había escuchado en su vida, pero no pudo seguir con la charla. Los hombres llegaron, primero fueron los samurais, Naruto se hizo de un par de katanas en poco tiempo y con ellas comenzó a luchar como mejor sabía, saltando de un lado a otro, esquivando, cortando. Seguía sin matar, pero quien se enfrentaba a él era seguro que no podría volver a blandir una espada. Sasuke no se preocupaba tanto por dejarlos vivos, mataba sin piedad y rápido, eran demasiados para ponerse a jugar.
-Esto no acaba nunca... -le dijo a Naruto luego de media hora de batallar incansablemente. Los hombres no dejaban de aparecer- y no deberías dejarlos vivos, ya vieron tu rostro y el mío.
-Es cierto... pero resulta que me gusta ser piadoso con mis enemigos...
-Un día aprenderás que eso es un gran error.
-Puede ser, ahora terminemos con esto, cuida mis espaldas ¿sí?
-¿Qué vas a hacer?
-¡Sólo intenta que no me toquen!
Sasuke frunció el ceño, pero obedeció, no era momento para discutir sobre quién debía dar órdenes a quién. Cinco se aproximaron a ellos, supo que no podría sólo con su katana así que hizo unos sellos y formó un Chidori en su mano, uno de los mejores jutsus que tenía y que había robado de ese Kakashi de Konoha. Naruto se había sentado en el suelo y tenía las manos juntas como si meditara, ¿qué hacía? Golpeó con el Chidori a los cinco hombres y los hizo volar lejos.
-¡Chidori Nagashi! -gritó al notar que un ninja lo atrapaba por la espalda intentando ahorcarlo con su brazo. La electricidad recorrió su cuerpo expulsando a su enemigo.
Siguió luchando, lanzó una serie de bolas de fuego, volvió a electrocutar a otros, tenía buena resistencia pero comenzaba a cansarse.
-Bien, ya estoy -dijo el rubio a su espalda. Sasuke lo miró. Su compañero parecía estar rodeado de un fuego dorado, unas marcas recorrían su cuerpo partiendo desde el centro de su estómago hasta sus hombros, sus ojos brillaban como nunca- te aconsejaría que te apartes Sasuke, déjame el resto a mí y descansa.
Se corrió en el momento justo, Naruto pasó a su lado a una velocidad impresionante, casi no pudo verlo aunque hacía rato que había activado su Sharingan, lo observó con detenimiento, dos chakras se mezclaban en su interior, uno rojo que salía de la marca de su estómago y otro azul que salía del centro de su pecho. Casi no pudo dar crédito a sus ojos. El rubio se movía a tanta velocidad que le parecía imposible, no era propio de alguien común... aunque se suponía que Naruto no era un hombre común y corriente tampoco, su hermano se lo advirtió, llevaba en su interior un demonio, el Kyuubi, ¿podía ser que pudiera controlarlo? ¿Había llegado el rubio a dominar a la bestia? Si eso era cierto, le parecía imposible que lo haya logrado solo. Un odio fue creciendo en su interior, odio alimentado por la envidia que sentía. Se suponía que él era el mejor, un Uchiha no podía ser vencido por un cualquiera. Naruto no era especial, no tenía un linaje de sangre que él supiera, era un don nadie, no podía ser cierto esto. Lo vio gritar expulsando su chakra en todas direcciones alejando a su enemigo, ni siquiera sabía que se podía hacer eso. No pasó mucho más tiempo hasta que no había más nadie en pie. Se acercó al rubio, respiraba por la boca, sus piernas cedieron y cayó de rodillas. El "fuego" desapareció, volvía a ser el mismo de antes.
-Debemos encontrar a Makoto -sólo pudo decir el morocho, no iba a esperar que le agradeciera o se mostrara asombrado.
-Ya sé dónde está.
Se levantó algo tambaleante, su compañero no dio señales de querer ayudarlo, lo miraba impasible sin mostrarse sorprendido ni nada. Por supuesto, no podía esperar menos del orgulloso Sasuke Uchiha, aunque a su niño interior le hubiese gustado que lo felicitara o diera alguna muestra de admiración. "Toda mi vida, desde que te conozco Sasuke he querido poder ser un rival digno para ti, siempre quise merecer tu respeto, que me consideraras tu igual, y ahora cuando estoy seguro de que te he alcanzado no vas a decirme nada..."
-¿Cómo lo sabes?
-Antes de... emm... usar... lo... usé el modo sennin para encontrarlo.
-¿Modo sennin? -bueno por lo menos se estaba mostrando algo intrigado.
-Sí puedo sentir los chakras de todas las cosas vivas con él...
-¿Dónde aprendiste eso?
-He viajado mucho...
-El modo sennin sólo es usado por dos personas en este mundo hasta donde se sabe, ya que el tercero desapareció sin dejar rastro. Sólo de uno de ellos pudiste aprenderlo...
-... -Naruto no respondió ni dio muestras de querer hacerlo.
-No lo entiendo... sé que no te gusta este trabajo, se te nota, sin embargo sigues haciéndolo, tuviste la oportunidad de escapar ya que no contaste con un compañero durante mucho tiempo y no lo hiciste... ¿por qué? -no era momento para preguntar eso pero la intriga lo estaba carcomiendo por dentro.
-Porque por mucho que corriera, Madara siempre me encontraría, je -colocó una mano sobre su estómago- tengo algo que quiere y que no dejará ir. Nunca podría vivir tranquilo... además él tiene algo que yo quiero.
"Sakura" Sasuke sabía la respuesta. Siempre la amó, desde el primer momento que la vio llegar, él no se había fijado demasiado hasta hacía poco en ella. No le pareció muy distinta a las demás asesinas de la Hermandad, ¿qué podía tener de especial? Sin embargo allí estaba el idiota de Naruto olvidando su libertad por ella. Y debía admitir que no era alguien que podías quitarte de la cabeza fácilmente luego de conocerla un poco.
Naruto observó a su compañero, sabía que conocía la respuesta, era bastante obvia para alguien que había sido su amigo por mucho tiempo, aunque quizá le hubiese creído cuando le dijo que ya no le importaba. Era lo mismo, aunque Sakura era importante también tenía otra misión, así no pudiera escapar y llevársela a ella, no dejaría el mundo a merced de alguien como Madara, no... preferiría estar allí, averiguar sus planes, y si estaba en sus límites, lo detendría o moriría en el intento.
-Bien, vamos por Makoto y destruyamos este lugar horrible, me repugna mirarlo -dijo Sasuke. Naruto sonrió.
-Pienso lo mismo, vamos.
..........
Sakura ayudó a bajar al último niño y luego se giró a ver a las personas que auxilió. Se sentía bien, esto era para ella, no matar... salvar... muchas se acercaron a agradecerle. Shane fue la última, se veía muy mal, sumamente infeliz, su mirada estaba perdida aún cuando le hablaba.
-Supongo que debo decirte gracias.
-No es necesario si no lo sientes así...
-Cuídate chica, no sé cómo te dieron ese trabajo pero mi hermano no es buena persona, él me envió allí, es obvio que pretendían ponerles una trampa... desconozco la razón pero deberías cuidarte mucho...
-No te preocupes, sé hacerlo –sonrió la pelirrosa.
-Lo noté... dile al rubio que gracias... supongo que él también te cuidará, se nota que le importas...
La pelirrosa se sorprendió, Naruto había tenido varias actitudes demostrando que le interesaba su bienestar. ¿Sería real?, ¿y si mentía?, de todas maneras no podía acercarse a él, seguramente terminaría igual que Sasori.
-Le diré, vete ya, y tú también cuídate, trata de rehacer tu vida...
-Eso haré.
La mujer se fue junto con el resto y Sakura se dio vuelta mirando hacia donde estaba la fortaleza. No lo dejaría allí peleando, no estaba solo, pero Sasuke tampoco estaba en óptimas condiciones. Los ayudaría como ellos habían hecho con ella y de paso vengaría a esas mujeres. Apretó los puños recordando la mirada vacía de todas. Nada les quitaría los horribles recuerdos que ese infeliz les había dejado, así que ella se encargaría de dejarle uno igual de terrible a Makoto antes de su muerte. Se acercó a la gran águila que aún esperaba allí pacientemente.
-Tengo que volver con los chicos, ¿podrías llevarme?
-Sasuke-sama le ordenó mantenerse apartada y que se recuperara -respondió el gigantesco animal con una voz muy profunda.
-Sí, lo sé, pero resulta que él no es mi jefe, no me puede ordenar nada, la gente está a salvo, llévame por favor, tardaría demasiado yendo por mi cuenta.
-Usted no me invocó... Sasuke-sama dio una orden... sin embargo, no veo por qué no puede regresar a ayudarlos.
-Gracias.
Se subió nuevamente a su lomo y partieron hacia la fortaleza.
...................
Naruto y Sasuke seguían luchando con los hombres que le quedaban a Makoto, el repugnante esclavista había vuelto a escapar, corrió hacia la salida antes de que pudieran atraparlo, estaban rodeados y cansados, pero no los vencerían. Naruto sentía la adrenalina en su interior, volver a luchar junto a Sasuke era una sensación que había olvidado, era su mejor amigo, el único vínculo que logró forjar en la Hermandad, y a pesar de la distancia, el tiempo y el desprecio del morocho, seguía considerándolo de la misma forma que cuando eran niños.
Sasuke miró de reojo a Naruto, asintió al ver la mirada del rubio y una leve sonrisa en su rostro. De chicos habían practicado un ataque juntos y era hora de volver a hacerlo.
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Orochimaru caminó tambaleante por el bosque, lentamente su cuerpo se recuperaba de los golpes recibidos. Zetsu surgió de un árbol a su derecha. El antiguo sennin lo miró con calma.
-¿Pudiste averiguar algo?
-Son buenos, ganarán...
-Sabes a qué me refiero con mi pregunta Orochimaru...
-Sí, lo sé...
Orochimaru observó con detenimiento al fiel sirviente de Madara. Estar junto a ese Uchiha le había traído grandes beneficios con respecto a sus investigaciones. Estaba en deuda con él, sin embargo, no era el tipo de personas que dejaba de dormir por ello. Madara quería que averiguara si Naruto había tenido algún tipo de mejora con respecto al uso del Kyuubi. Habían investigado mucho al respecto. El Clan Uzumaki siempre había sido bueno para ese tipo de cosas, aunque ningún miembro había logrado jamás domar a tan poderoso demonio, sí podían usar su chakra a voluntad. Naruto lo hacía y no solo eso, estaba completamente seguro de que controlaba a la bestia. Había cambiado su forma a voluntad, usó su chakra para escapar de la celda y también para luchar contra él. Eso no era un simple préstamo de chakra, más bien era un uso compartido, el Kyuubi le daba su poder voluntariamente.
Ahora se encontraba en una disyuntiva, decirle o no a Madara sobre sus descubrimientos. Sonrió de lado a su viejo compañero de la Hermandad.
-El niño sigue siendo un niño, dile a Madara que hace lo mismo que sus antecesores, robar chakra. Espero que le sirva, porque dudo que ese tonto pueda alguna vez hacer algo más.
Zetsu lo observó por un momento con desconfianza. Pero luego asintió.
-Bien, le avisaré, de todas maneras seguro querrá hablar contigo personalmente para que le cuentes todo en detalle.
-Lo sé, voy para allá. Va a estar muy complacido con su pequeña Sakura, es una excelente guerrera...
-Recuerda no aparecerte por la Hermandad con tu aspecto original.
-Lo sé.
Zetsu desapareció y el Sannin decidió sentarse un rato a descansar. Se curaba rápidamente, gracias a sus tantos experimentos había logrado tener un cuerpo que cualquiera llamaría inmortal, pero eso costaba chakra. Se observó el estómago, ese ataque lo había visto en otra persona. Un viejo amigo al que abandonó hacía tantos años. Naruto no podía haberlo copiado, eso era imposible, la única forma era que se lo enseñaran directamente. O sea que ese pequeño niño tenía más secretos de lo que imaginaba. Tonto de su parte haber realizado justo ese jutsu frente a él que tan bien lo conocía.
-Así que has hablado con él Jiraya, excelente...
Sonrió aún más. Jiraya seguramente era quien le había enseñado ese jutsu, quizá también el modo sennin y a controlar el Kyuubi, por lo tanto ese niño era más interesante que antes. Alguien muy poderoso del cual Madara no sabía ni la mitad. Mal de su parte. Aunque Madara no era el tipo de personas que dejaban nada al azar, seguro tenía un as en la manga, algo con qué retener al chico y controlarlo en caso de que decidiera cambiar de bando. Porque eso era obvio, si había hablado con Jiraya y éste le enseñó tanto, sólo cabía una posibilidad y esa era que Naruto estaba de parte de Konoha.  Por ahora no hablaría y seguiría el juego de Madara y el de Naruto muy de cerca. Él tenía sus propios planes e intenciones, no era de los que soportaban seguir órdenes, por algo había dejado Konoha y a sus compañeros de equipo sin dejar rastro.

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