Capitulo 18

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Sasuke se quitó las vendas, estaba aburrido y cansado de estar allí sin hacer nada. Orochimaru le advirtió que sería peligroso, pero ya había pasado más de una semana. Abrió los ojos, al principio vio algo borroso pero pronto las cosas comenzaron a tomar forma y lentamente distinguió todo en la habitación, incluido a Orochimaru, Madara, Pein y Kabuto.
-¿Y bien? ¿Cómo te sientes Sasuke-kun? –preguntó o, sería mejor decir, siseó Orochimaru.
-Perfecto.
-Eso está bien –el hombre sonrió de manera bastante escalofriante, no le dio mucha más importancia.
-Aún no uses el Sharingan, espera que tus ojos se acostumbren un poco más, Sasuke –le advirtió Madara. Asintió, no pensaba hacerlo, sabía que necesitaba un poco más de tiempo.
-Sasuke...
Una voz que nunca había escuchado habló a su espalda, se giró rápidamente, todos los presentes sin excepción se sorprendieron al ver un lince detrás del Uchiha. Estaba cómodamente sentado sobre su cama y lo miraba con calma.
-¿Qué...
-No hay tiempo para presentaciones, Sakura-hime me mandó a buscarte, me dijo que podría encontrarte aquí.
-¿Sakura?
-¿Cómo burló la seguridad? –preguntó ofendido Orochimaru. Madara se adelantó unos pasos si Sakura mandaba uno de esos felinos ninjas es porque algo grave había pasado.
-¿Qué sucede Lynx? –lo cuestionó el Maestro.
-Al parecer un ataque al castillo, Madara-sama, desconozco los detalles, pero Sakura-hime me informó que era una rebelión liderada por Zabuza.
-¿Rebelión? –Madara apretó los puños furioso y dando media vuelta miró a Pein- nos vamos ya.
-Yo también voy –dijo Sasuke.
-Aún no estás en condiciones para pelear Sasuke –contestó el Maestro, estaba más que enojado, se podía notar a kilómetros.
-Iré –no pensaba quedarse allí de brazos cruzados sabiendo que Sakura podía estar en problemas.
-Les aconsejo que se apresuren –continuó el animal- al parecer la vida de Sakura-hime corre peligro.
-Buen trabajo Lynx. Kabuto también deberás ir para allá por si se necesitan tus jutsus médicos, nos adelantaremos pero no pierdas demasiado tiempo aquí –Madara desapareció sin esperar una respuesta y lo mismo hizo Pein, Sasuke no se quedó atrás y fue a seguirlos.
Orochimaru y Kabuto se quedaron en la habitación, uno sonriendo ampliamente, el otro observando a su sensei algo confuso. ¿Qué estaría pasando por la mente de su maestro?, suponía que no lo averiguaría fácilmente por lo que mejor se disponía a partir.
.........
Naruto cayó al suelo de rodillas, tenía agujas clavadas en varias partes del cuerpo, su contrincante estaba completamente ileso y él sentía que sus fuerzas se iban.
-¿Qué... pasa? –se miró las manos, las sentía débiles.
De pronto se encontró dentro de su mente, Kurama estaba frente a él.
-Ha cortado tu flujo de chakra Naruto.
-Demonios...
-No te preocupes, puedo darte el mío y...
-¡No!, no podemos mostrar que me ayudas.
-¡Si no hacemos algo va a matarte!
-Si demuestro que te controlo estamos perdidos... Madara se enterará.
-Bien, entonces pierde el control...
-¿Cómo?
-Sólo déjame darte mucho chakra de golpe y muéstrate enloquecido...
-Bueno, eso no es un mal plan pero...
-Prepárate...
No le dio tiempo ni a pensar, Kurama se veía realmente preocupado por su bienestar. A pesar de todo Naruto agradecía tenerlo de amigo ahora. El chakra comenzó a rodearlo. Vio la cara sorprendida de Haku y sonrió levemente. Luego comenzó la actuación. Se colocó en cuatro patas y dejó que Kurama hiciera todo el resto. Las garras crecieron, sus ojos se hicieron rojos de pupila recta, el chakra lo invadió y comenzó a formar nueve colas. Gritó pero de su garganta no salió un grito humano, sino más bien un rugido feroz. Haku retrocedió, pero ya era tarde, en esa forma era más rápido y más fuerte.
Haku lanzó nuevas agujas, pero esta vez no lo tocaron, las golpeó con una de las colas y las lanzó lejos. No tenía tiempo para juegos, Sakura estaba en peligro. Volvió a rugir y comenzó a correr hacia él. Su enemigo logró esquivar la embestida por poco, pero no contaba con que una cola lo atraparía, lo envolvió con ella y lo lanzó contra una pared que terminó destrozada.
Haku se levantó escupiendo sangre. Nunca imaginó que ese chico poseyera tal poder. ¿Qué era? ¿Cómo es que su velocidad era mayor ahora?, nunca en su vida había conocido a alguien más rápido que él.
Naruto no perdió tiempo, abrió la boca y frente a él comenzó a formarse una bijuu-dama. No quería hacerlo, aunque Haku fuera un asesino nunca le pareció tan mala persona. Lo había visto dándole de comer a unas aves y acariciando una ardilla. Alguien que trataba con tanta delicadeza a los animales no podía ser un villano. Quizá fueran iguales, quizá sólo las circunstancias lo hicieron quien era ahora. Pero no había opción. Lanzó su ataque. La bola de energía negra arrasó con todo a su paso y chocó contra su enemigo que aunque intentó hacer un escudo de hielo no sirvió para nada. Atravesó otra pared y la destruyó por completo. Haku salió despedido por los aires y cayó al pasto afuera. No se movía. El rubio se acercó volviendo lentamente a su forma original. Las agujas ya no estaban clavadas en su cuerpo, seguramente el chakra las había destruido. Tampoco tenía marca alguna, Kurama podía recuperar su cuerpo rápidamente. Sus garras se volvieron uñas, comenzó a caminar con las dos piernas y pronto sus ojos volvieron a ser celestes. Observó el cuerpo de su enemigo con cierta lástima. Aún estaba vivo, se aferraba a la vida con fuerza.
-No moriré –escupió más sangre- Zabuza-san me ha pedido que... luche contra ti... que te entretenga... no... no voy a rendirme... -hizo un gran esfuerzo pero se levantó. El rubio lo observaba seriamente.
-Tus habilidades son grandiosas Haku-san, tenemos el mismo chakra viento, pero tú además posees el de agua y los has sabido combinar para poder hacer hielo. Es... impresionante... tampoco había visto esa velocidad, y menos pensé que se podían hacer sellos con una sola mano. Sin embargo has perdido. Tu chakra se ha reducido y ya no puedes moverte.
-Te... venceré... no puedo...
-No seguiré luchando contra ti Haku-san...
Naruto dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el castillo nuevamente. Aún quedaban muchos subordinados de Zabuza, sin contar con que Karin ya debía saber la ubicación exacta de Sakura. Iba pensando en qué hacer cuando una sombra se interpuso en su camino. Abrió los ojos sorprendido, no lo podía creer, sí que tenía una gran fuerza de voluntad.
-Haku-san...
............
Sakura golpeó a Karin y la tiró contra una pared ocasionando que una nube de polvo cegara a sus enemigos unos segundos, intentó escapar pero Deidara no perdió tiempo y apareció detrás de ella tomándola del pelo con fuerza. Zabuza se acercó. La mujer quiso soltarse pero Zabuza la golpeó en el estómago.
-Vas a quedarte quieta, ¿entendido?
La mujer aspiró una bocanada de aire intentando recuperar el perdido. Deidara aún la tenía agarrada del pelo, la aproximó hacia él y la tomó además de la cintura. Sakura lo miró de reojo con odio.
-Buenas, mi querida Sakura, si te portas bien, no sufrirás mucho daño...
-¿Qué van a darte por traicionar al Maestro maldito cerdo? –preguntó entre dientes la pelirrosa.
-A ti –le sonrió.
Sakura ocultó el rostro tras su pelo, se mantuvo quieta, no iba a resistirse, no era necesario. Esperaría. Esos tontos se confiarían que la tenían capturada cuando no era así, como le había pasado la vez anterior podía escaparse fácilmente. Zabuza la observaba con el ceño fruncido.
-No creo que esto sea tan fácil, la chica tiene un plan –dijo, ella no se movió.
-Le das demasiado crédito Zabuza, es una simple mujer.
-La entrenó Madara, no puede ser tan tonta.
-La entrenó por otras razones, ¿no me habías dicho?, no creo que fuera porque es fuerte.
Eso la alertó y levantó la vista confundida. ¿Otras razones? ¿A qué se referían?
-¿No sabes? –preguntó Zabuza tomándola del mentón- deberías investigar más a tu querido Maestro, quizá si te enteraras de su pasado no estarías de su lado.
-¿Por qué no me lo dices tú y vemos si no decido ayudarlos? –preguntó cada vez más furiosa, ¿qué sabían?
-No, me sirves más como rehén. Madara va a hacer lo que yo quiera, será divertido ver su rostro desesperado por primera vez. Átala Deidara, no quiero que haga nada raro. Desconfío de esta mujer.
-Está bien.
Se dejó atar y cuando estaban terminando apareció Karin, se tambaleaba bastante dolorida.
-Por fin apareces –Zabuza se cruzó de brazos, estaba un poco más tranquilo ya que la mayor parte de su plan andaba sobre ruedas.
-¡Esa bruja me ha roto algo!
-No quiero escuchar quejas, solo vigila que no haga nada raro, si sientes un leve cambio en su chakra me avisas.
-Conozco mi trabajo –respondió entre dientes la pelirroja sin apartar la mirada llena de rencor de Sakura.
..........
Corrían lo más rápido que les era posible, Sasuke no podía creer lo veloces que eran Pein y el Maestro, no lograba alcanzarlos y ¡él que siempre estuvo tan orgulloso de su velocidad! Observó a Madara, se veía preocupado, nunca lo había visto de esa forma.
-Maestro, ¿no sabía nada de esto? –preguntó Pein.
-Obviamente no... -eso parecía molestarle aún más, Sasuke notó que Pein estaba sonriendo levemente, frunció el entrecejo, definitivamente no era de confianza, no entendía cómo el Maestro lo tenía a su lado sin problemas- Zabuza debió actuar con mucha cautela si ni Itachi ni Zetsu pudieron enterarse de nada...
-¿Itachi? –preguntó confundido Sasuke, ¿qué tenía que ver su hermano en todo eso?
-Itachi es mi mejor informante, como sabrás es quien tiene la mente más aguda y además el que mejor juzga a las personas.
Sasuke pensó que Madara también le daba demasiado poder a su hermano, era obvio que lo detestaba, y muy probablemente no le diría nada aunque lo supiera.
-Te ves preocupado Madara... -Pein parecía estar de un humor inquebrantable, hasta se atrevía a tratar así al Maestro, ¿quién se creía?
-Si algo le sucede, tú pagarás las consecuencias Pein –dijo entre dientes el Uchiha mirándolo con su Sharingan activado y más furioso que antes.
-Tranquilo, se supone que la entrenaste para estas cosas, algo debe de haber aprendido, aunque no sea tan buena como otros...
-Eres tan iluso como todos si crees que Sakura no es buena... -respondió Madara, luego miró a Sasuke- supongo que podrás estrenar tus ojos, no quiero a ninguno de los traidores respirando al finalizar el día.
-Sí Maestro, no lo decepcionaré.
Pein volvió a sonreír, pero se cuidó de no seguir molestando al Uchiha, y era la decisión más correcta. Si habían llegado en una hora a paso tranquilo a esa extraña cueva subterránea, a esta velocidad no deberían tardar más de 15 minutos. "Cuídala mientras llego Naruto" pensó el morocho preocupado.
.................
Naruto resbaló por el suelo, volvía a tener algunas agujas clavadas, pero la velocidad de Haku ya no era la misma, por lo cual había esquivado la mayoría. El maldito era bastante cabeza dura y no pretendía perder. Respiraba con dificultad por la boca y cada movimiento parecía traerle un intenso dolor, sin embargo allí estaba frente a él dándole más pelea de lo que Naruto se imaginaba que podría dar.
El rubio realizó unos sellos y formó 50 clones, si quería morir entonces no tenía opción. Los clones se dispusieron en parejas y fueron haciendo un Rasengan cada uno. Haku lo observaba desde una distancia prudencial, la sangre le empapaba la ropa y parecía estar juntando fuerzas para un contraataque aunque ya casi no le quedaba nada que pudiera sorprender a su oponente.
Naruto pensaba minar por completo la fuerza de voluntad que mantenía aún parado a Haku, no era momento de juegos, odiaba matar, pero no le estaba dejando más opción. Ya debían haber pasado más de 10 minutos y no sabía nada de Sakura. Zabuza no había aparecido pero si estaban con Karín era más que obvio que ya habían encontrado a la pelirrosa. La puerta del taller de Sasori se veía fuerte, pero ¿cuánto podría resistir a un ataque de su antiguo sensei?
Los clones comenzaron a correr, él prefirió quedarse atrás, necesitaría toda su fuerza para luego ir por Zabuza por lo que era mejor ahorrarla. Cuando ya casi estaban por alcanzar su objetivo una ola gigantesca los barrió por completo convirtiéndolos en una nube de humo. El rubio miró asombrado.
-Parece que necesitas algo de ayuda Haku, Zabuza me envió para que te de una mano, era obvio que no podrías solo contra ese monstruo, el niño creció...
No era posible, Kisame estaba de su lado. El rubio sacó una de las katanas que Sakura le había dado. No sería nada fácil, la situación empeoraba a cada momento, ese hombre con aspecto de tiburón tenía mucho chakra, una fuerza y destreza descomunal y además poseía a Samehada, una espada que parecía tener voluntad propia y que era sumamente poderosa.
-Está bien Kisame, podía solo –respondió el aludido sin quitar la vista de Naruto.
-No se nota, a penas puedes mantenerte en pie, descansa un poco y déjame el resto a mí...
Kisame no esperó una respuesta de su compañero, se lanzó contra su enemigo velozmente, Naruto esquivó la espada y la patada que vino casi instantáneamente, saltó hacia atrás para poder mantener la distancia pero Kisame le pisaba los talones, parecía no querer que hiciera sellos, pero no se lo haría tan fácil. Guardó la espada y volvió a hacer unos clones que fueron destrozados por su atacante sin siquiera tocarlo. Kisame se frenó y haciendo unos rápidos sellos creó agua que golpeó a Naruto por completo, quien terminó en el suelo más herido de lo que pensaba.
-Naruto estás en clara desventaja si no usas mi poder...
-Déjame pensar un poco Kurama.
-¡Ni siquiera puedes concentrarte completamente pensando en el bienestar de esa mujer!
-¡No utilizaré tu poder, soy lo suficientemente fuerte solo, por algo me he entrenado tanto todo este tiempo!
-No alcanza chico... no contra Kisame...
-No me digas que todo mi esfuerzo de años ha sido en vano, no quiero oírte decir que toda mi fuerza, toda mi habilidad, todo lo que soy se debe a tú poder y no al mío.
-No me refiero a eso, estás peleando contra alguien que tiene el doble o triple del chakra que posee una persona normal. Un monstruo sólo puede ser derrotado por otro...
-¡Ni tú ni yo somos monstruos! No quiero oírte en lo que resta de la pelea, me las arreglaré solo.
El demonio no volvió a hablar en su interior y Naruto lo agradeció, sumamente adolorido se puso de pie. No perdería, no contra alguien como Kisame, si no le ganaba a él entonces no podía ni pensar ir contra el Maestro y eso era inaceptable, no tenían más años que perder, Sakura lo necesitaba, ella no soportaría mucho más tiempo en aquel lugar.
-Bueno, qué suerte que tengo de llegar en un momento así...
Naruto se dio vuelta al escuchar una nueva voz a su espalda. Suigetsu se encontraba de brazos cruzados sentado sobre unos escombros bebiendo de su dichoso vaso con agua.  ¿De qué lado estaba él? si también estaba con Zabuza...
-Sasuke me mataría si ve que no hago nada ante semejante desastre... déjame a Kisame a mí Naruto-kun, quiero esa espada.
Señaló a Samehada y su portador sonrió mostrando todos sus filosos dientes, los cuales eran iguales a los de Suigetsu: como los de un tiburón. Esos dos se detestaban desde hacía un buen tiempo, el rubio no entendía si era por la espada o por algo más que desconocía, pero debía admitir que había aparecido en un buen momento, al fin y al cabo, aunque le hubiese gustado ver si podría contra alguien como Kisame, debía pensar que aún tenía otra prioridad.
-Y no te preocupes por los que están haciendo desastres adentro, muchos te han visto y salieron al ataque con fuerzas renovadas, sin contar con que traje la ayuda extra de Juugo.
Naruto no tuvo tiempo de decir nada ya que Haku había vuelto a hacer aparición atacándolo con un kunai. Lo frenó justo a tiempo con la katana, agradeciendo sus reflejos. Sacó la otra y atacó, Haku lo esquivó y saltó hacia atrás, corrió hacia él pero un grito de alto lo detuvo.
-¡Ya basta Naruto!
Se giró furioso al reconocer la voz de su maestro y su ira aumentó aún más al ver que a su lado estaba Deidara llevando a Sakura. Le habían atado las manos y la tenía tomada del pelo y de la cintura. La mujer no parecía asustada, no se movía más que lo necesario para caminar y tampoco lo miró.
-¡Sakura! –gritó por mero instinto- ¡déjala ahora!
-Ya te dije que es necesaria, ¿crees que voy a soltar a mi pase para ser líder?
Todo a su alrededor que hasta hacía unos momentos era un caos de batallas, se había silenciado. Al no estar Madara, los hombres que aún le eran fiel no sabían cómo reaccionar, bien era sabido que ella era importante, pero ¿hasta qué punto? El rubio miró hacia donde estaba Itachi. No se había movido de su lugar y seguía observando sin inmutarse en absoluto. Era más que obvio que no podía contar con su ayuda. Karin también estaba allí, caminando lentamente detrás de Zabuza, se veía adolorida, quizá Sakura había logrado defenderse un poco, notó que lo miraba fijamente.
-Naruto... -Suigetsu lo llamó interrumpiendo sus pensamientos- ¿qué hacemos?
Se percató que el resto de los asesinos lo miraban a él, estaban esperando una orden de su parte, ¿desde cuándo lo consideraban alguien a quien seguir en caso de que el verdadero líder no estuviera? ¿Cuándo se había ganado su respeto?
-Quietos, el Maestro no querría que la dañaran...
Zabuza sonrió victorioso, pero su sonrisa no duró demasiado al ver que Madara aparecía detrás del rubio. Naruto tensó todo su cuerpo al sentirlo. Había sido tan rápido, Pein también había llegado y un segundo después, Sasuke.
-Buen trabajo Naruto –dijo el Uchiha colocando una mano sobre su hombro, situación que repugnó al rubio pero no dijo nada, vio en los ojos de Madara un gran odio que parecía no querer disimular bajo el manto de inmutabilidad típico de los Uchiha- me parece que deseas hablar conmigo, ¿no es así Zabuza?
-Por fin llegas Madara –después de superar la impresión había vuelto a adoptar una actitud sobradora, estaba seguro de que tenía todo bajo control.
Sakura levantó la mirada del suelo al escuchar la voz de Madara. El Uchiha sólo le dedicó una leve sonrisa.
-¿Qué quieres?
-Quiero el poder, diles a todos que el nuevo líder soy yo, vete  de aquí y te prometo que dejaré que esta mujer se vaya sin muchas heridas.
-¿Por qué crees que haría algo así?
-¡Deja de hacerte el desentendido Uchiha! No me hagas perder la paciencia, sé que esta chica es más importante para ti que cualquier otra cosa en el mundo.
-¡Ja! ¿de veras?, que bien informado estás Zabuza... -Madara miró a Itachi rápidamente, luego volvió a mirar a su oponente y sonrió abiertamente- y te agradezco que también seas tan estúpido –Zabuza se mostró visiblemente furioso con el comentario, iba a replicar pero Madara no se lo permitió, ya que siguió hablando- dime algo, tú que conoces lo cuidadoso y meticuloso que soy con todos los detalles, lo mucho que me gusta tener todo bajo control, dime la verdad Zabuza, ¿creíste alguna vez que dejaría algo que supuestamente aprecio tanto tan descuidado?, ¿nunca pensaste que yo podría imaginar que algo así era probable que sucediera y que tomara las medidas necesarias para que eso fuera imposible? –Madara se adelantó un paso y Zabuza junto con Deidara retrocedieron dos- ¿crees que atrapaste a esa mujer?
No hubo tiempo de una respuesta, la Sakura que tenía Deidara desapareció en una nube de humo, ambos enemigos observaron sorprendidos la situación. Zabuza iba a replicarle a Karin cómo la había burlado de esa forma, era obvio que la pelirroja tenía que sentir que habían atrapado a un clon, pero mayor fue su sorpresa al ver que la supuestamente herida mujer que hasta hacía unos momentos parecía doblada del dolor se erguía con una leve sonrisa de lado, su cabello se acortaba y se volvía rosa, su rostro cambió y ante él apareció la verdadera Sakura, que juntó chakra en su puño y golpeó el suelo con fuerza, éste cedió y al existir un subsuelo, Zabuza junto con Deidara cayeron al piso inferior. Madara miró a Pein que se lanzó contra Zabuza sin pensarlo dos veces.
-Sasuke –sólo eso dijo y fue como si activara al aludido que corrió hacia los demás seguidores de Zabuza cortándolos con su katana al pasar y matándolos en el acto- Itachi...
Itachi saltó del primer piso y con una velocidad increíble fue contra Kisame. Naruto quiso ir por Sakura, pero Madara lo tomó de la muñeca deteniéndolo, lo miró confundido.
-Acaba lo que empezaste... -le ordenó. Naruto sabía a qué se refería, miró hacia Haku, tenía que matarlo. Asintió sin poder hacer nada más y fue a por él.
Haku se había dejado caer de rodillas, estaba agotado, al ver cómo Pein atacaba a Zabuza quiso ir a ayudarlo pero se encontró de frente con Naruto, lo miraba con tristeza, en su mano llevaba una katana, la apretaba con fuerza haciendo que le temblara la mano, o quizá le temblaba por otra razón. Había notado cómo era, su corazón no era cruel, él no era un asesino, o mejor era decir, no quería serlo.
-Si tardas demasiado me das el tiempo que necesito para recuperarme y contraatacar, supongo que no quieres seguir perdiendo tiempo, acaba de una vez, mejor tú que otro...
El rubio seguía mirándolo fijamente, estaba dudando, se dio vuelta y observó a Madara, el Uchiha estaba de brazos cruzados mirando las nuevas batallas que se estaban produciendo alrededor, él jamás hacía nada, sólo ordenaba. Su rostro se contrajo por el odio y cerró aún más la mano alrededor de la katana.
-Naruto –al escucharlo volvió a fijar sus ojos en él- no es momento de dudar, una vida más no hace la diferencia.
-Sí para mí... en especial cuando he decidido dejar de hacerlo... no seguiré siendo su marioneta...
-Se nota que no eres como todos, Zabuza-san me habló mucho de ti, me contó cómo es tu naturaleza, lo que él vio como una debilidad de carácter en realidad es todo lo contrario, eres demasiado amable, no deseas hacer sacrificios, pero ahora no tienes opción. De todas formas ya estamos muertos, desde el principio había sido una mala idea. Prefiero que sea tu mano la que acabe con mi vida, pronto Zabuza-san se reunirá conmigo, he fallado en protegerlo...
Naruto volvió a mirar hacia atrás, Zabuza era bueno pero no tenía oportunidad contra Pein quien estaba atacando sin cuartel. Miró la mano que sostenía la katana, estaba temblando, no quería hacerlo, hacía sólo unos minutos estaba dispuesto a matarlo por Sakura, pero ahora que ella no corría peligro no le parecía necesario, ¿qué haría?
Sakura dio un salto hacia atrás, Deidara la observaba desde el suelo impresionado. La mujer se acercó mirándolo furiosa.
-¿Así que una simple mujer? Debiste ser más cuidadoso Deidara, me has subestimado toda la vida...
El rubio se levantó de un salto y fue hacia ella. Obviamente no se lo haría fácil, pero Sakura conocía sus habilidades. De un rápido movimiento esquivó a su contrincante colocándose a un lado de éste, luego lo tomó de la muñeca y juntando fuerzas se la quebró. El rubio gritó de dolor y furia y le lanzó con la otra mano una serie de aves hechas de arcilla explosiva, Sakura no tenía tiempo de esquivarlas, se cubrió pero aunque las explosiones sonaron  no sintió nada, miró y vio una gran mano transparente delante de ella, sorprendida siguió el brazo y vio que provenía de Sasuke. El morocho tenía activado el Sharingan, pero era diferente ahora, ya no tenía tres aspas como antes, sino era una especie de elipses que se cruzaban. Así que eso le iban a hacer, le cambiaron los ojos, se los mejoraron y ahora podía hacer ese monstruo que sólo había visto una vez realizado por Madara.
-Esto es... –dijo aún sorprendida.
-Sí, es Susanoo –respondió el morocho.
Se veía agitado, era seguro que hacerlo le había requerido mucho chakra al no estar acostumbrado a él. ¿Cómo había podido hacer algo así de una vez y sin haber usado jamás ese Sharingan? Definitivamente su compañero era un genio en muchos sentidos.
Deidara no perdió tiempo y fue nuevamente hacia ella, pero el morocho volvió a impedir que la alcanzara, ahora no era sólo un brazo, se estaba terminando de formar, era una gigantesca figura que llevaba un arco y una flecha con la cual apuntó al rubio.
-Los traidores no pueden vivir –dijo con una voz profunda y siniestra Sasuke.
Sakura corrió lo más lejos que pudo pero aún así cuando la flecha golpeó su objetivo la onda expansiva generada por la explosión la tiró al suelo. Se levantó tosiendo y al mirar hacia arriba se encontró con Sasuke. Retrocedió gateando sumamente asustada. Sus ojos eran impresionantes, llenos de crueldad, dolor, y odio. El morocho pareció algo dolido por su actitud y desactivó su Sharingan. Luego cayó de rodillas. Estaba agotado, Susanoo consumía mucho chakra, debería entrenar más con él para poder dominarlo mejor y no gastar innecesaria energía.
-¿Estás... bien...? –preguntó casi en un susurro.
Aunque a su alrededor seguía habiendo batallas por doquier, ellos parecían estar en otro mundo paralelo. Sakura se acercó nuevamente.
-Sí... gracias Sasuke...
Sakura miró hacia atrás, ya casi estaba terminando todo. ¿Dónde estaba Naruto?, vio que se encontraba parado con una katana en la mano frente a Haku, notó que dudaba. "Oh Dios, no pierdas tiempo ahora, Madara lo notará" pensó angustiada.
Sasuke vio que la pelirrosa miraba hacia Naruto y sintió más odio. Se levantó con algo de esfuerzo. Aún quedaban traidores.
-Sakura –ella lo miró- ¿dónde está Karín?
-¿Por qué lo preguntas?
-Es una traidora como el resto, debe morir.
-No voy a decirte dónde está entonces.
-Serás igual de traidora que el resto.
-Déjala ir...
-No, es demasiado peligrosa. ¿Dónde está?
Una nueva explosión los interrumpió. Zabuza cayó al suelo nuevamente, Pein había ganado y pensaba dar el golpe final. Tenía un kunai en la mano que levantó, y justo antes de que llegara a su destino otra persona se interpuso y recibió el golpe. Sakura abrió los ojos asombrada, era imposible, Haku había llegado a una velocidad increíble y se había interpuesto en el camino. escupió sangre y vio el kunai clavado en su pecho.
-¡¡Haku!! –el grito de Naruto fue aún más llamativo, especialmente para Madara.
Al rubio no le importó lo que pensaran y corrió hacia ellos, sus movimientos fueron tan precipitados que Pein no vio venir el golpe que le propinó y terminó en el suelo unos metros más atrás. Naruto sostuvo a Haku antes de que cayera al suelo.
-¿Por qué?
-Todos tenemos algo importante qué proteger... suerte Naruto Uzumaki...
Murió en sus brazos, sin nada que pudiera hacer, por una persona que no lo valía para él, pero sí para Haku. Posó sus ojos en su antiguo sensei que seguía en el suelo casi tan sorprendido como el resto de los presentes.
-Naruto... -la voz de Madara hizo que todo se silenciara. Sakura sintió mucho miedo, la cara del Maestro no era buena- ¿qué hiciste?
Pein se levantó detrás del rubio, también estaba furioso, especialmente porque ni siquiera había visto ese ataque, ese chico era más fuerte de lo que imaginaba.
-Hice... -Naruto dejó lentamente el cuerpo de Haku en el suelo- hice lo que creía correcto.
-Te ordené que lo mataras, no lo hiciste y además te atreves a golpear a uno de los míos, ¿por qué?
-Porque no permitiré que maten más gente –respondió el rubio irguiéndose, ya era hora de que decidiera su destino y tomara un camino. Sakura abrió los ojos sorprendida y aún más asustada. Miró rápidamente a Sasuke. El morocho estaba también de pie con el ceño fruncido y la mano sobre su katana.

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