Capitulo 27

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Naruto observó todo con la mayor calma que pudo reunir. El camino hacia Konoha no era tan largo pero lo sintió así, llevaba una carga muy pesada sobre sus espaldas y no se trataba de algo físico. Sentía una gran ansiedad que no lo ayudaba. Mil pensamientos rodaban en su cabeza. Vio a Madara correr vestido con su armadura, listo para la mayor de las batallas que tendrían. Vio a Sasuke pasar por su lado sin siquiera hacer contacto visual. Le hubiese venido bien saber un poco más las cosas. Que le dijera que de verdad podía confiar en él, que ya no habían resentimientos. Los cinco que lo mantenían atado se movían con gran sincronía, normalmente eran cuatro, pero ese día uno se había separado de su hermano al cual estaba adherido para reforzar la vigilancia.
Cuando llegaron a Konoha el sol lo cegó por un momento, al acostumbrarse a la luz directa vio la Villa de la que tanto había oído hablar pero que no conocía. Era hermosa, desde el primer segundo le gustó, se notaba cálida, pacífica, a Sakura seguramente también le gustaría. Las caras de los que suponía eran los Hokages estaban talladas en la montaña que cubría la parte posterior, por lo cual sólo había una forma de ataque y era de frente, por la entrada que se veía como si los esperara y los quisiera recibir de brazos abiertos.
Se detuvo a mirar el rostro del cuarto Hokage, su padre... apretó los puños con fuerza, le habían robado la vida a él y a su familia, nunca debió vivir de esa manera, su pasado hubiese sido muy diferente de no haber aparecido Madara y su locura. Él sería un gran ninja que defendería a los inocentes, a los débiles, al mundo entero. Bueno, ya no podría borrar los crímenes que cometió pero por lo menos acabaría con la peor de las amenazas.
Notó que Madara lo miraba fijamente, frunció el ceño ya estaba cansado de fingir que estaba impasible, esa máscara no le servía.
-Fue el ninja más fuerte que conocí, vencerlo supuso el uso de casi toda mi fuerza, si quieres, puedes sentirte orgulloso -¿acaso le estaba dando permiso para sentir orgullo?
-Podrás ordenar en mis acciones, pero no en mis sentimientos, nunca vuelvas a hablarme como si manejaras cada aspecto de mi persona –contestó el rubio secamente.
-Jajajajaja, pero Naruto, así es...
El rubio quiso lanzarse sobre el Uchiha pero las cadenas se lo impidieron, sintió una poderosa descarga recorrerle el cuerpo entero y cayó de rodillas al suelo respirando por la boca con dificultad. Un dolor intenso mezclado con su propia furia. Hasta Kurama había sentido ese ataque provocado por esos cinco malditos, el zorro gruñó tan enojado como su poseedor.
Sasuke pasó a su lado, el rubio levantó la cabeza y el morocho lo observó de reojo con indiferencia por un segundo.
-Ya está todo listo, Maestro, Itachi dice que podemos atacar.
-¿Dónde está tu hermano Sasuke? Yo no lo vi, se supone que debía hablar conmigo directamente.
-Pensó que no sería necesario, ya que soy su sucesor...
-Es necesario, aún sigo siendo el líder, ¿intentan sacarme mi puesto antes de tiempo?
-Perdón si lo ofendí Maestro –Itachi apareció inmediatamente frente a Madara y se inclinó ante él en señal de sumisión completa.
-No eres el real... -los ojos de Madara eran demasiado buenos para burlarlo con un clon. Itachi sonrió de lado.
-Mi yo verdadero está del otro lado, vigilando como me ordenó, si no me dividía era imposible cubrir el lugar entero, Maestro.
-Avísale a tu yo verdadero que quiero verlo en la batalla a penas comience –respondió Madara visiblemente enojado y acercándose en un par de zancadas, clavó su katana en el pecho de Itachi.
Sasuke reaccionó levemente ante ese acto. Su cuerpo entero se tensó al ver la katana introducirse en el cuerpo de su hermano, lo vio sonreír de lado nuevamente antes de deshacerse en una nube de humo. El corazón le latía con fuerza, Madara podía darse cuenta en cualquier momento y aún tenía que alejar a los asesinos de allí o no podrían contra todos. Ahora todo dependía de él. Tragó saliva con fuerza, un poco más atrás, se encontraban Suigetsu y Juugo, sus dos únicos aliados en ese lugar, con las únicas personas que contaba para poder liberar a Naruto. El rubio no se veía bien y posiblemente necesitaría un poco más de tiempo luego de soltarlo para que junte fuerzas, tenía que pensar todo bien.
-Sasuke...
Asintió a Madara y sin decir nada más se puso al frente del gran grupo de asesinos de la Hermandad que esperaban tan ansiosos como él aunque por motivos diferentes. Comenzó a dar órdenes para los que más conocía y tenían habilidades que podían ser útiles en diversos lugares. Los hombres y mujeres asentían sin rechistar. Había activado su Sharingan para parecer más intimidante y eso parecía surtir el efecto deseado. Cuando terminó con las órdenes, los observó atentamente. Sin querer posó sus ojos en Naruto, éste lo miraba casi suplicante, ¿acaso seguía sin confiar en él? Debía admitir que le había dado muchas razones, pero él lo prometió y esa vez iba en serio. Para su suerte Madara estaba demasiado concentrado en su próximo objetivo como para notar la transparencia en la mirada del Uzumaki. Se giró hacia Konoha. Se veía gente caminando y todo parecía muy normal. Itachi les había avisado, si aún habían civiles allí no era su culpa. Levantó el brazo y lo bajó con decisión. Todos salieron saltando y corriendo hacia la Villa. No quedó nadie más que Naruto, sus guardias, Madara, Zetsu, él y sus dos compañeros.
Al instante se desató el caos, explosiones, tierra, fuego, agua, viento, electricidad, todos los elementos destruyendo. La gente que caminaba por la Villa de pronto se preparó para la batalla y respondieron el ataque. Sasuke sonrió de lado, no eran civiles, eran ninjas disfrazados. Pronto vio al famoso Jiraya montado en un sapo y hasta a la propia Hokage golpeando con su gran fuerza todo lo que se le cruzaba, en parte le recordó a Sakura.
Madara se adelantó furioso, tenía el ceño fruncido y la mano sobre su katana. Vio al morocho y sus ojos se abrieron al descubrir su expresión.
-¡¿Qué está pasando aquí?!
-Parece que no tendrás tan fácil esta victoria Madara, esta vez, la gente no morirá sin defenderse como les pasó a los de la Villa del Sonido... -respondió Sasuke mirándolo de reojo.
-¡¿Tú también?! –gritó furioso y sacó su katana rápidamente.
Sasuke esquivó el ataque por poco. Juugo y Suigetsu fueron contra los que mantenían a Naruto atado. Zetsu se lanzó contra Sasuke.
Naruto vio sorprendido la escena y se alegró de que por fin las cosas resultaran bien, la sorpresa había sido tan grande para Madara que no terminaba de reaccionar del todo.
El Uchiha furioso creó un Susanoo de cuerpo entero que fue a atacar a Sasuke. Juugo y Suigetsu embistieron a dos de los guardianes de Naruto. Al desestabilizarlos perdieron la concentración y el sello se quebró. Naruto sólo necesito eso, el zorro en su interior sonrió tanto como su portador al verse por fin libres. Aún seguía en el suelo, por lo que se levantó lentamente, las fuerzas volvían a él. El Kyuubi rugía en su interior juntando todo su chakra para poder brindárselo a su amigo, no había tiempo que perder. Ahora se daba cuenta lo errado que había estado todo ese tiempo al pensar que podría ganar esa guerra solo, necesitaba ayuda y por suerte la tenía, por fin la balanza comenzaba a inclinarse para su lado, aunque fuera un poco solo eso necesitaba.
Madara al ver que el rubio había sido liberado fue hacia él, dejando a Zetsu con Sasuke. Naruto también dirigió sus ojos a él. Acabaría de una vez por todas con la Hermandad, el sufrimiento y el dolor disminuirían con la desaparición de Madara.
-Esta vez no volveré a estar a tus pies –dijo caminando hacia el Uchiha.
-Supongo que será hora de que me demuestres si eres capaz de cumplir la promesa que me hiciste hace dos días –respondió su contrincante.
Naruto se detuvo y lo miró confundido, luego lo recordó...
-Sólo voy a hacerte esta promesa Madara si le haces daño no habrá nada en este mundo que detenga mi ira contra ti, no me importa lo que tenga que hacer, no me importa nada más que ella...
Le había prometido que acabaría con él si le pasaba algo a Sakura. Eso sólo quería decir una cosa. Retrocedió unos pasos. El dolor lo invadió. ¿Qué había hecho?
-Tenías razón, no la amaba, sólo amé a una persona y ya no está, mi corazón dejó de existir junto con ella. Sakura era un simple recuerdo, una ilusión que me creé a mí mismo. Ordenar su muerte no dolió tanto como creí.
Madara veía complacido cómo el rostro del rubio se deformaba por el dolor. En su interior, muy en el fondo él también sufría, pero aprendió a enterrar esas cosas, tanto tiempo se esforzó por dejar de sentir que había terminado por hacerlo realidad, era un ser sin corazón y con la muerte de Sakura se vería liberado de la única debilidad que aún poseía.
-No... no... ella no está muerta...
-Pein fue el encargado de cumplir la sentencia, es buena, yo mismo la entrené, pero no tiene comparación con el poder de mi guardián.
Naruto sentía un gran dolor en el pecho, le faltaba el aire, oía a Kurama, algo le decía pero ya no entendía las palabras. La vista se le nubló. Sin ella no le quedaba nada. Alzó la cabeza y miró al cielo mientras gritaba con fuerza. El chakra que lo rodeaba aumentó su intensidad.
Madara sonrió, fuera de control sería más fácil vencer al rubio. Vio que Juugo había acabado ya con la mujer de los cinco que lo mantenían en control, mínimo necesitaban tres. Suigetsu peleaba con Ukon y Sakon y el pelinaranja ahora se dirigía hacia Jirobo; no podría contar con ellos. El único que le quedaba estaba paralizado del terror.
-No podemos controlarlo en este estado Madara-sama, su chakra es demasiado inestable... -le dijo Kidomaru.
Eso era obvio, ya no le importaba usarlo, Naruto Uzumaki iba a morir ese día en las puertas de la Villa que lo vio nacer, de la misma forma patética en que murió su padre, tratando de proteger algo que ya no existía. ¡Cuántas vidas se perdían por amor!, definitivamente tenía que ser algo malo.
-Voy a matarte Madara –la voz del rubio sonó más profunda y ronca sus ojos estaban rojos, tenía garras y colmillos. A pesar de estar aliado con el Kyuubi había perdido completamente la consciencia. Perfecto- ¡¡Te matareee!! ¡¡Devuélvemela, tráela de vueltaaa!!
-Aquí estoy, ven niño –respondió de brazos cruzados, delante de él se colocó Susanoo.
Sasuke cayó al suelo de espaldas y detuvo la katana de Zetsu cerca de su rostro. ¿Cómo demonios ese ser era tan fuerte? Y lo peor, sus ojos no tenían efecto sobre él, parecía que Madara lo había entrenado también, los genjutsu no lo afectaban. Escuchó un grito, con esfuerzo miró de reojo hacia donde se encontraba Naruto. Se había convertido en la bestia, pero no la que él había visto una vez, no parecía controlar ese chakra que fluía ferozmente de su cuerpo, se había puesto en cuatro patas y hablaba con una voz profunda como de ultratumba.
-¡¡Te matareee!! ¡¡Devuélvemela, tráela de vueltaaa!!
Liberó una gran cantidad de chakra con ese último grito a todos lados, luego comenzó a atacar, pero el Susanoo de Madara detenía todos y cada uno de sus golpes sin ningún problema. El morocho comprendió a qué se refería, estaba hablando de Sakura. Abrió los ojos y miró a Zetsu, su contrincante sonreía, aún seguía encima suyo haciendo fuerza para llegar a cortarlo y él se estaba defendiendo de la misma forma.
-Ya lo captaste ¿verdad? Madara dejó a Pein para que acabara con ella. Un cabo suelto menos...
Usando toda su fuerza se lo sacó de encima y lanzó una gran bola de fuego a continuación. Las piernas comenzaron a temblarle, el corazón le dolía, ¿Sakura estaba muerta? Ya había asumido que no estaría a su lado, pero una parte de su ser estaba tranquilo al saber que por lo menos Naruto la cuidaría, que sería feliz, posiblemente tendrían hijos... pero ahora... ¿Muerta?
Cayó de rodillas sintiendo los ojos arder, luego lágrimas, hacía tanto que no derraba lágrimas de dolor, quizá la última vez fuera cuando era pequeño y mataron a sus padres frente a él. Cerró los ojos con fuerza. Seguía escuchando los gritos de Naruto, su furia y cuando miró vio que Madara sonreía. Por supuesto, no temía a ese estado del rubio. Sin pensar, totalmente descontrolado era más fácil de vencer, se cansaría en algún momento por tanta liberación de chakra, aunque fuera del zorro, Naruto seguía siendo humano, pronto su cuerpo le diría basta, terminaría por quebrarse solo y Madara obtendría la victoria quizá sin mover un solo dedo. Trató de levantarse pero le dolía demasiado todo. Se lo había prometido a ella, le prometió que lo cuidaría y ayudaría.
-Sasuke... necesito pedirte esto... sé que es difícil, pero por favor, no nos abandones, no permitas que lo dañe, no dejes que Madara gane...
Pero ¿para qué hacer todo eso si ella ya no estaba? Su amigo, su mejor amigo lo necesitaba, pero las fuerzas que hasta hacía un rato tenía en grandes cantidades se habían evaporado.
-Madara dijo que debería quedarme, pero me las ingeniaré para ir con ustedes, Konoha no queda lejos, tardaré un poco pero los ayudaré.
-Mañana cuídate, sólo eso voy a pedirte.
-No te preocupes, no moriré sin haber probado un poco de verdadera libertad...
Ella no pensaba morir, no se dejaría matar, lo prometió...
-Suerte, nos vemos pronto...
Abrió los ojos, dijo que iría y confiaba en su palabra tanto como ella confió en la de él sin dudarlo. No, no era tan débil como para morir, aunque fuera contra Pein encontraría la forma, resistiría, además tenía otra carta. ¡Qué tonto! ¡Cómo iba a caer en algo así! Tenía que hacer entrar en razón a Naruto pero algo hizo que su cuerpo entero se tensara. Alguien a su espalda, lo había olvidado, Zetsu no iba a morir tan fácil... todo se volvió lento y rápido a la vez, su cuerpo se movió lentamente, no llegaría a esquivar la katana que bajaba hacia él con gran velocidad para atravesarlo. Su vida terminaría así, de una forma tan estúpida y sin poder volver a ver su rostro una última vez...
Kakashi vio comenzar el ataque, desde su posición pudo observar cómo había llegado la gente de Madara, vio al joven Uchiha impartir órdenes y luego lo vio pelear contra Madara y su guardián. También vio cómo los dos acompañantes del joven atacaban a los hombres que tenían atado a Naruto y lo liberaban.
Había decidido esperar un poco más, la paciencia siempre había sido su fuerte, pero en ese momento no lo era. Frente a él estaba el hijo de su sensei, ya hecho hombre y luchando por su libertad. También se encontraba la persona que había acabado con la vida de Minato, su último allegado, luego de eso se mantuvo distante de todo el mundo, su familia, sus compañeros, su maestro, todos muertos y él vivo, a veces se preguntaba ¿por qué? En esos momentos se daba cuenta la razón, aún tenía algo por hacer en esa vida y era eso. Vio al rubio estallar de ira, tenía al demonio de nueve colas en su interior, sabía que Jiraya lo había ayudado a dominarlo, sin embargo no parecía estar controlándolo. Era hora de actuar. Miró hacia la Villa, los ninjas de Konoha estaban luchando con valor, no lo necesitaban, allí tenían a su Hokage y al propio Jiraya entre mucha gente excepcional como los nuevos jóvenes que habían heredado la voluntad de fuego. Él siempre se consideró alejado de todo el mundo y ahora volvía a estarlo, pero sólo para ayudar a otros jóvenes que habían perdido su camino pero querían encontrarlo. No era rival para Uchiha Madara, pero sabía que Naruto sí, sin embargo necesitaba ayuda y esa ayuda se encontraba en Uchiha Sasuke, Itachi había vuelto a hablarle antes de desaparecer hacía muy poco tiempo...
-Mi hermano está entre el grupo de Madara, es un Uchiha obviamente y está como yo de su lado, cuida que nadie de los tuyos lo dañe confundiéndolo con el enemigo por favor, es lo único que voy a pedirte, su destino está atado al de Naruto y al de Sakura, ellos serán los que venzan a Madara o mueran junto a él.
-¿A dónde vas? Pensé que ayudarías.
-Mi batalla no está aquí, debo cuidar de alguien o mi hermanito no me lo perdonaría...
Y así fue como lo vio irse, le molestó un poco la situación porque esperaba contar con su poder, pero suponía que alguien con su inteligencia sabía lo que hacía. Comenzó a correr, no hacia Naruto, sino hacia Sasuke. El rubio gritaba y se notaba que estaba sufriendo por algo que le habría dicho Madara ya que no tenía heridas en su cuerpo, o por lo menos eso suponía ya que era imposible saberlo a ciencia cierta, el chakra del Kyuubi lo cubría por completo y se liberaba de forma caótica. Sasuke lanzó una bola de fuego y después se dejó caer, ¿qué le sucedía? Quizá también se había enterado de lo mismo que Naruto, ¿tendría algo que ver con la mujer que al parecer ambos amaban? Por supuesto que se había dado cuenta de los sentimientos de los dos, él conocía lo que se sentía y sabía el dolor que acarreaba perder a quien amas. Se negó a dejar que el dolor del recuerdo de Rin lo inundara en ese momento.
Corrió más rápido, Sasuke Uchiha... lo había enfrentado una vez hacía tres años, estuvo a punto de acabarlo pero no lo logró y ese endemoniado chico le robó su técnica usando el Sharingan. Hasta lo había acusado de ladrón por tener un ojo que pertenecía a su Clan. Ahora iba a salvarlo, al parecer Naruto había logrado hacerlo cambiar de parecer ¿o habría sido la chica? Sasuke no parecía reaccionar y su enemigo estaba a su espalda a punto de dar el golpe final. Casi le grita pero vio que el morocho comenzaba a darse vuelta, sin embargo era tarde no llegaría. Maldiciendo la situación aumentó la velocidad, sacó un kunai y lo infundió con su chakra de tipo rayo. Justo a tiempo cortó la katana y salvó al chico, sólo esperaba no arrepentirse de haber elegido a ese en vez de a Naruto.
Algo detuvo el arma de su enemigo, un kunai electrificado cortó la katana de Zetsu y salvó a Sasuke. Cuando el morocho miró se trataba de Hatake Kakashi.
-Sasuke Uchiha, volvemos a encontrarnos después de tantos años –dijo mientras comenzaba a pelear contra Zesu- vi que estás del lado de Naruto, por lo tanto del nuestro, así que dale una mano, yo me encargaré de éste.
Asintió agradecido y se levantó con fuerzas renovadas, miró con decisión hacia Naruto y Madara, bien era su turno, esta vez cumpliría su palabra, cuidaría de su amigo y lo ayudaría a ser feliz. Cerró los ojos y cuando los abrió su Sharingan había cambiado. Frente a él comenzó a formarse su propio Susanoo, ahora lo controlaba más tiempo y era más poderoso, estaba seguro de que sería un buen rival, llevaba un arco por lo que hizo que apuntara hacia el Susanoo de Madara. Era hora de probar la defensa del Uchiha más fuerte de todos los tiempos.
Kakashi vio partir al chico hacia Madara y formar su propio Susanoo, así que era fuerte de verdad, sonrió, le hubiera gustado tenerlos de alumnos, habría sido interesante.
Naruto estaba acostado, había agua a su alrededor. Sentía el sonido de una gota cayendo, pero no quería abrir los ojos. Prefería estar así, para siempre, morir lentamente por no poder cumplir su palabra. Se merecía todo el mal y el dolor del mundo. Tanto sacrificio y había sido en vano. La había perdido. Lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, se los tapó con un brazo.
"El demonio amarillo" ¿ese sería su apodo por siempre?, ¿si alguien lo recordaba en el futuro sería con ese nombre?, ella también lo llamó así, la última vez que la vio. Cuando se fueron no quiso ni siquiera mirar hacia atrás, no quería dejarla, había tenido un mal presentimiento, pero esto era demasiado.
"La única forma de salir es muerto" Madara les decía eso y tenía razón, sólo existía una solución para ser libre, ¿podría ser libre con ella si moría?
-A todos les llega su día –susurró a la nada que lo rodeaba- ¿es este el mío?, ¿puedo hacer algo contra este dolor?, Sakura te necesito... no puedes dejarme... no puedes estar muerta...
-Recuerda quién eres y por qué luchas...
Su voz... se levantó y miró hacia todos lados, nada, no había nadie. Comenzó a correr, interminables pasillos vacíos. Pero estaba seguro la había escuchado.
-¡Sakuraaa!, ¡¡Sakuraaaa!!
Se frenó en seco. Por supuesto. Estaba dentro de su propia mente. Sólo eran recuerdos...
-¿Por qué lucho?, luchaba por ti... -dijo cayendo de rodillas- si estás muerta de qué vale todo mi esfuerzo...
-Puedes liberar a más gente... no sólo a mí... levántate mi querido amor, es hora de luchar, no bajes los brazos aún podemos estar juntos, no estás solo...
-¡¡Narutooo!! –la voz de Sasuke se escuchaba lejana- ¡tienes que reaccionar Naruto, no le creas, no puede estar muerta, me prometió que se cuidaría, vendrá a nosotros, ya lo verás, sólo mantente en pie y espera!
Pestañeó y se encontró con Sasuke frente a él. Todo a su alrededor era ruido, explosiones, gritos. Madara se encontraba un poco más alejado, no tenía un solo rasguño, su Susanoo luchaba contra otro, el de Sasuke, parecía una batalla de titanes.
-¿Qué... -trató de decir algo confundido.
-Demonios Naruto, no puedo solo, tienes que darme una mano...
-Te dejaste llevar, mi chakra inundó tu ser y perdiste la consciencia, también perdiste la pelea con Madara, si no fuera por Sasuke estarías muerto. Levántate Naruto, tenemos una segunda oportunidad, la guerra aún no está definida, no estás solo.
"No estoy solo" se repitió a sí mismo. Ella se lo había dicho mientras estuvo inconsciente, él lo pensó al comenzar todo y ahora se lo decía también el zorro. Por primera vez en su vida había perdido el miedo, se sentía más fuerte que nunca. Tenían razón, ahora tenía compañeros que estaban a su lado. Sakura seguramente estaba también luchando y sobreviviría porque aún tenían muchos años para estar juntos, no podía abandonarlo aún.
-Kurama... sí, lo siento... y gracias...
Se levantó y se colocó al lado de su mejor amigo. Sasuke lo miró con una sonrisa de lado.
-¿Estuvo buena la siesta? –estaba herido en varios lados, pero no parecía nada grave por suerte. Naruto le devolvió la sonrisa.
-Los héroes aparecen justo en el momento preciso con una entrada extraordinaria –contestó.
-No está muerta –el morocho se había puesto serio y lo mismo hizo el rubio.
-Lo sé, ahora me doy cuenta.
-Bien, entonces cumplamos nuestra parte en todo esto para que podamos ser libres.
-Pensé que eso de la libertad no te importaba...
-"Todo el mundo desea la libertad, casi tanto como la felicidad, y uno no puede existir sin lo otro" me dijiste una vez, tenías razón.
-Debe haberte afectado un golpe no es normal que me des la razón.
-Je, no te acostumbres...
.............
Sakura sintió una voz lejana, ¿de quién era? ¿Qué pasaba? ¿Dónde estaba?
-Sakura te necesito... no puedes dejarme... no puedes estar muerta...
¿Era Naruto?, ¿dónde estaba?
-Recuerda quién eres y por qué luchas... -musitó al vacío en donde se encontraba.
-¡Sakuraaa!, ¡¡Sakuraaaa!!
Ahora la llamaba a gritos. ¿Estaba bien?, ¿por qué la llamaba? No podía estar bien si la llamaba así. Tenía que levantarse, tenía que ir con él, la necesitaba, su voz sonaba tan angustiada. Pero se sentía tan pesada, no podía mover un solo músculo.
-¿Por qué lucho?, luchaba por ti... si estás muerta de qué vale todo mi esfuerzo...
¿Estaba muerta? Qué raro se sentía estar muerta si era así. Siempre pensó que no habría dolor. No tenía que pensar en eso ahora, Naruto la necesitaba, tenía que decirle... tenía que darle esperanzas.
-Puedes liberar a más gente... no sólo a mí... levántate mi querido amor, es hora de luchar, no bajes los brazos aún podemos estar juntos, no estás solo...
Sus propias palabras también le dieron fuerza. Si él estaba angustiado no podía abandonarlo, tenía que ir a su lado, lo había prometido.
Ahora recordaba Madara ordenó su muerte... Pein iba a matarla... ella... ella le lanzó un fuerte golpe luego hizo explotar los sellos bombas que había colocado a su alrededor antes de que Pein llegara, todo se derrumbó y cayó...
Abrió los ojos tomando una gran bocanada de aire. Pestañeando miró a su alrededor. Sentía un gran dolor en el pecho. Estaba oscuro. Tanteó y sintió que el dolor era provocado por una gran roca que le había caído encima. Volvió a respirar con fuerza. Dolía demasiado así que intentó hacerlo más calmada. Tenía que salir de allí. "Vamos Sakura, saca fuerzas y mueve esta cosa". Gritó mientras empujaba el peso a un lado y luego volvió a respirar más aliviada. Pero aún sentía mucho dolor, demasiado. Tosió y escupió algo, estaba segura que sería sangre. ¿Iba a morir así? ¿Dónde estaba Pein? No podía morir, tenía que ir con Naruto y Sasuke. Clavó las uñas en el suelo y se dio vuelta, se arrastraría si era necesario. Volvió a toser, más sangre, ahora podía sentir el gusto en su boca claramente. Lágrimas de furia y dolor se mezclaron. No, esto no podía terminar así. Juntó chakra en su mano y comenzó a curarse el pecho. Más dolor, pero tenía que resistir, no podía darse el lujo de volver a desmayarse. Naruto... lo había sentido tan real, ¿estaría bien?, ¿fue él o era un simple sueño producto de su desvanecimiento? Mientras con una mano se curaba con la otra seguía arrastrándose, ya se estaba acostumbrando a la poca luz, aunque lo único que veía eran formas, todas parecían partes del castillo que habían caído. ¿Dónde estaría la salida? Volvió a clavar las uñas en el suelo para impulsarse de nuevo cuando un pie le pisó la mano. No pudo reprimir un grito de dolor.
-Eres una gran tramposa como lo fue tu maestro y el Uchiha a quien llamabas padre...
Miró hacia arriba, tenía la vista borrosa de nuevo producto del dolor, aunque cada vez era menor el del pecho a causa de su curación, no le quedaba tanto, ¿por qué tuvo que encontrarlo antes de recuperarse del todo? Sin embargo Pein tampoco se veía muy bien. Su respiración se escuchaba algo anormal. La tomó del pelo y la obligó a pararse. Sakura casi no sentía fuerzas volvió a gritar de dolor y más lágrimas cayeron. Comenzó a arrastrarla hacia afuera y cuando estuvieron allí la lanzó contra el suelo nuevamente. Llovía, seguramente era su lluvia, razón por la cual resbaló con el barro y su cuerpo se deslizó sin mucho esfuerzo un metro. Tosió de nuevo, una mezcla de agua, sangre y barro. No iba a rendirse, en ningún momento dejó de curarse y ya sentía algo mejor el pecho, sólo un poco más...
-Vas a sufrir por haberme hecho esto... eres la segunda persona que hace que sangre, no me gusta sangrar. La primera murió a causa de eso.
-A puesto que sé quién fue... -apoyó la mano libre en el suelo y comenzó a levantarse, dolía mucho pero ella podía, lo miró de reojo- debes sentirte bastante patético al saber que ambas personas eran mujeres... -las pupilas de Pein se contrajeron a causa de la ira- no te preocupes... guardaré tu secreto... aunque va a ser difícil ocultar el hecho de que te venció una mujer –se terminó de levantar y lo miró de frente, su contrincante no tenía mejor estado que ella, simplemente resistía porque era más fuerte, pero sangraba bastante- saber que mataste a Konan por una razón tan estúpida hace que ya no tenga lástima de ti...
-¡No necesito tu lástima miserable mujer! ¡No maté a Konan por haberme lastimado, fue porque tu querido padre la puso en mi contra!
-¡Entonces por qué sigues sus órdenes!
-Porque dentro mío deseaba cumplir esta orden, quitarle lo único que le quedaba de la misma forma que él hizo conmigo.
-¿No te parece que ya no significo nada para él?, ¡mandó matarme!
-Sólo porque sabe que eres su debilidad. Una parte de su ser morirá contigo y yo terminaré con el resto.
-Tu objetivo no es distinto del nuestro... Pein... tienes que entrar en razón, esto es una estupidez... una vez fuiste otra persona, un chico bueno... Yahiko... ¿recuerdas?
-Nunca fui bueno, yo deseé que muriera mi mejor amigo, yo maté a la mujer que amaba... te equivocas conmigo mujer si crees que podrás convencerme. No me importa que también estén contra Madara, no vivirás más porque detesto saber que sigues respirando y Konan no...
Sakura dejó de curarse, ya no podía darse el lujo de seguir gastando chakra. Si Pein quería pelea entonces la tendría y que el universo lo ayudara porque no iba a perder

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