Capitulo 24

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Naruto cerró los ojos y se concentró nuevamente. Intentaba obtener algo de chakra del exterior pero le era imposible. No conocían esas habilidades de él pero al parecer el muro era extremadamente bueno y le impedía todo tipo de contacto. Toco la vieja cicatriz, que una vez le hizo Madara, de forma inconsciente. Estaba entre su hombro y su cuello. El corte había sido profundo y si hubiese seguido hasta mortal. Apretó los dientes sintiendo la furia recorrerlo.
-No dejes que viejos recuerdos te perturben, debes pensar en el presente Naruto.
-Ojalá fuera tan fácil...
Kurama se quedó en silencio nuevamente. Parecía haber preferido ese estado. Era obvio que no podían conversar como antes. Naruto estaba demasiado enojado.
Ese día había querido escapar, pero sólo tenía quince años. Decidió enfrentar a Madara. Había actuado de una forma tan precipitada como la última vez. Cansado de ser una simple marioneta que mataba sacó su katana y dejó que parte del chakra del zorro lo invadiera. Aún no lo controlaba a la perfección pero lo usaba con cuidado. Fue en vano. Madara había sonreído como siempre acusándolo de imprudente y estúpido. Cuando corrió hacia él desapareció de su vista y lo golpeó en la espalda haciéndolo trastabillar. Así comenzó su lenta derrota. Ese Uchiha no era alguien que permitía ese tipo de desobediencia así como así. Lo hizo sufrir, dejó que sintiera verdadera desesperación lo atacó sin descanso dejándolo casi muerto. La herida que le dejó una cicatriz fue casi al final. Cuando ya había dado todo por perdido y jugó su última carta. Hizo varios clones y corrió con ellos hacia Madara. Él lanzó kunais destruyendo a sus únicos aliados que se esfumaron en una nube de humo y luego infundió chakra en su katana clavándola entre el hombro y el cuello del rubio hundiéndola lo suficiente como para impedirle seguir moviéndose. Como su chakra era de fuego había sentido cómo lo quemaba, un completo infierno sumado a sus otras heridas que lentamente eran curadas por el chrakra del Kyuubi. Pero esa última fue demasiado costosa hasta para Kurama y acabó con esa cicatriz. Un recuerdo de su estupidez. Y ahí estaba de nuevo volviendo a cometer los mismos errores y con nuevas cicatrices aunque no visibles. Le dolía el corazón. Se sentía mal por la muerte de Miliana, por la masacre que tuvo que cometer y por Sakura. Sasuke le dio un leve respiro por así decirlo. Pero no era suficiente, no si no podía salir de allí. No la iban a lastimar porque estaba siendo cuidada por el morocho pero tampoco era feliz y eso lo enfurecía. Había hecho una promesa y cada día que pasaba sentía que era más imposible cumplirla.
.................
Sasuke salió de la habitación donde se encontraba la celda de Naruto luego de hablar con él y aclarar las cosas. Se apoyó contra una pared tapándose el rostro con una mano. Una parte de él se sentía aliviada por poder ser franco con Naruto y ordenar sus prioridades con respecto a qué quería hacer. Sí, lo más importante era mantener a salvo a Sakura, pero ¿cómo?, ¿qué iba a hacer?, ¿cómo cumplir su promesa? No tenía el poder para defenderla de Madara, necesitaba ayuda y no tenía mucha gente en la que confiar. Solo uno. Decidido caminó con paso rápido pero un tiempo después se detuvo recordando que podría necesitar apoyo de otras personas. Una vez le habían jurado lealtad debido a que los había ayudado. Se giró sobre sus talones y fue hasta la habitación de esos dos. Tocó y fue Suigetsu quien le abrió. Juugo también estaba allí dándole de comer a una de sus aves.
-Sasuke... qué extraña sorpresa. ¿Pasa algo?
-Sí necesito pedirles un favor –notó que ambos se extrañaban, él se sentía el más raro de todos pidiendo algo con tanta amabilidad, si es que así podía llamarse a no estar exigiendo que lo ayudaran. Se generó un silencio tenso por lo que Suigetsu lo cortó tratando de hablar con naturalidad.
-Dicen que serás el nuevo Maestro, ¡bien por ti!
Estaba de un excelente humor desde que había conseguido a la espada Samehada. Cuando Itachi mató a Kisame, él más tarde había tomado el arma y se la dejó a su extraño compañero, sabía que sería un favor importante que le debería por siempre. Sasuke solía ser así con ese tipo de cosas. Sus acciones siempre le tenían que reportar un beneficio, quizá por eso se sentía tan raro haciendo cosas cuando podía llegar a quedar con las manos vacías.
-Sí... -respondió el morocho dudando de hablar.
-¿Pasa algo? –preguntó Juugo observándolo con detenimiento. Era más propenso a presentir estados de ánimos.
-Sí, voy a necesitar algo de ustedes, puede que sea demasiado... -¿por qué dudaba tanto?, ¿qué le estaba pasando?
-Lo que sea, sabes que estamos a tu disposición –respondió Juugo con seguridad. Suigetsu asintió.
-Bien, necesito que cuiden de Sakura a toda costa... contra cualquier enemigo... llegado el caso... puede que ese enemigo sea el propio Maestro.
-¿Quieres que luchemos contra Madara? –preguntó sin vueltas Suigetsu, parecía bastante excitado por el pensamiento.
-Sólo llegado el caso y bajo mi orden.
-Haremos lo que desees Sasuke –contestó Juugo sin cambiar su expresión. Nada parecía importarle demasiado excepto sus aves.
-Bien... gracias...
Dio media vuelta y se fue dejando a sus dos compañeros con la boca abierta debido a su agradecimiento, algo que jamás habían escuchado en el orgulloso Uchiha.
Ahora Sasuke se dirigió hasta la habitación de su hermano. Entró sin tocar. Itachi levantó la vista de su libro, tenía la costumbre de siempre tener activado su Sharingan, ese día no era la excepción. Sus rojos ojos lo observaron con detenimiento. Los cerró y cuando volvió a abrirlos estaban negros, señal de que sólo bajaba sus defensas en su presencia.
-Sasuke...
-Itachi... necesito pedirte algo...
Su hermano mayor no habló, esperaba pacientemente como siempre. No era una persona propensa a hablar de más, él había adquirido su costumbre y ahora lo lamentaba, le gustaría poder expresarse mejor, hacerse entender. Sabía que Itachi estaba decepcionado y necesitaba su consejo, sus palabras, algo que le explicara qué le pasaba y qué debía hacer al respecto. Suspiró y se sentó sobre la cama, colocó sus codos sobre sus rodillas. Notó que Itachi levantaba una ceja, quizá una de las pocas expresiones que mostraba cuando estaba sumamente interesado por lo que iba a pasar.
-Necesito tu consejo.
-Siempre lo tendrás.
-¿Aunque estés decepcionado de mí?
-Son cosas diferentes.
No lo negó, por lo cual era cierto. Le dolió un poco, apreciaba mucho a su hermano, era su única familia y posiblemente su único aliado tomara el camino que tomara.
-Tengo mis dudas sobre el plan de Madara –esperó, pero no hubo ningún cambio en Itachi, seguramente esperaba más información- no quiero que lastime a Sakura... ni a Naruto...
Itachi casi deja escapar una sonrisa, pero prefirió mantener el rostro imperturbable. ¿Podía ser que lo hubiesen cambiado?, ¿había aún esperanzas?, ya casi las había perdido al ver que Madara le daba unos nuevos ojos a su hermano. Asintió para alentarlo a seguir hablando. Sasuke parecía esperar que dijera algo, pero no era el momento, él debía deducirlo todo solo o asumiría que lo estaba influenciando. Su hermano tenía una mente muy complicada y luego de tantos años juntos aún lo sorprendía.
-No sé qué me pasa... no quiero verlos lastimados... creo que... llegué a apreciarlos...
-Madara te dio esos ojos...
-Sí lo sé, pienso que debería estar agradecido, además me dejó a Sakura pero... no quiero que sea así... me gustaría poder conquistarla a mí modo, aunque ame a Naruto, luchar por ella por mi cuenta.
-¿Y si nunca te amara?
-No sé, supongo que me iría lejos... detesto pensar que sería de él, pero tampoco siento que deba culparlo o luchar contra él... no sé... a veces me genera odio... y a veces recuerdo que fue la primer persona que se acercó a mí cuando llegamos...
-¿A quién deseas proteger, Sasuke?
-A Sakura, Naruto no me necesita.
-Creo que ella tendría muchas cosas que decirte respecto a tu actitud machista, pero dejando eso de lado... si quieres protegerla sólo tienes que hacer lo que Madara quiere, él también desea lo mismo que tú.
-¡La lastimó! –gritó exasperado levantándose de un salto y comenzando a caminar por la habitación- yo también creí que deseaba eso pero ahora... no lo sé... ¡aplicó un genjutsu sobre ella, la golpeó!, estuvo dos días inconsciente... -Itachi notaba su desesperación, eso podía impulsarlo a cambiar pero también podía hacer que hiciera algo estúpido.
-Madara sólo quiere probar a Naruto, no la lastimará seriamente.
-¿Quieres que siga con su plan?
-Quiero que pienses tus próximos movimientos Sasuke. Madara siempre ha ido un paso adelante en todo. No le ganarás poniéndote furioso y gritando.
-¿Qué hago Itachi?
-Elige con tu corazón el camino que vas a seguir y luego síguelo con tu cabeza.
-¿Vas a ayudarme no importa qué camino elija?
Itachi recordó a su pequeño hermanito, el que se llevó corriendo ese día cuando huyó de los gritos, la sangre, la muerte. Como si hubiese pasado el día anterior, sentía el temor, su corazón latiendo velozmente, los ruidos por todos lados, la pequeña mano de su hermano sostenida por la suya con fuerza. Lo único que le quedaba en el mundo. No lo perdería jamás. Juró no abandonarlo y no pensaba hacerlo.
-Yo siempre estaré a tu lado Sasuke, no debes dudarlo.
-¿Por qué entonces siento que no me ayudas?
-Pretendo aclarar tus ideas. Viniste hecho un caos, estás inestable desde hace días, te debates entre seguir al hombre que piensas que te cuidó y te dio un objetivo o a tus amigos que están sufriendo a causa de ese mismo hombre que no quieres abandonar. ¿Con quién está tu corazón? Tienes que volver a equilibrar tu mente para poder pensar con claridad y ganar. La decisión que tomes decidirá el futuro de muchas personas, no sólo él tuyo.
Sasuke se tapó el rostro. Bien, Itachi tenía razón, tenía que pensar. Quería salvarla, para ello era sumamente necesario alejarla de Madara, estaba loco y puede que terminara lastimándola en serio a pesar de todo lo que dijo sobre su madre. Pero ¿cómo alejarla?, ella no querría irse sin Naruto. ¿Podría salvarlos a los dos y dejarlos ir?, ¿qué haría él luego? No le quedaría nada.
-¿Qué gano salvándolos? –como siempre volvía a poner todo en términos de "costo-beneficio". "Nunca haces nada sin pensar" la voz de Sakura resonó en su cabeza.
-Nada tangible, simplemente paz interior. No estás bien y lo sabes.
Paz interior. ¿Le servía eso? No sabía a qué se refería.
-¿Y la venganza? Nuestro Clan...
-Está muerto, nada lo revivirá.
-Pero, ¿no te parece injusto que los culpables sigan viviendo felices?
-Madara mató al culpable hace años: Danzou ya no existe. Los otros fueron simples peones al igual que tú y yo siendo parte de la Hermandad. Si vamos al caso tú también has destruido familias enteras. ¿No crees que mereces una nueva oportunidad si cambias de parecer?
Recordó al hombre inocente que Sakura intentó salvar en su primera misión juntos. Sintió tanta furia al verla actuar de esa forma. Ahora le daba asco pensar en la persona que había sido matando al pobre hombre frente a su esposa sin siquiera pestañear.
-Hay veces, Sasuke, que vale la pena perdonar...
-¿Tú ya lo has hecho?, ¿perdonaste a los que nos quitaron a nuestros padres, a nuestros amigos?
-Sí, hace años. Cuando me di cuenta en lo que me había convertido por querer vengar mi Clan. No valió la pena y perdí demasiado en el camino.
-Pero deseas eliminar a Madara.
-No lo considero venganza, sino justicia. No deseo que muera por lo que me hizo sino por todo lo que va a hacer...
-La mujer que amabas... ¿cómo supiste que la amabas?
-Me di cuenta cuando noté que ya no me importaba nada más.
-Sin embargo me elegiste a mí en vez de a ella. Preferiste no actuar cuando...
-Tú siempre fuiste importante para mí, desde el primer momento en que te vi me juré a mí mismo protegerte hasta la muerte. Ella me recordó esa promesa.
-Lo siento Itachi, creo que ahora sé en parte lo que sentiste... si la perdiera para siempre... -"una parte de mí moriría" pensó pero prefirió no decirlo.
-Hay distintas formas de perder a alguien. Si ella ama a Naruto, no puedes culparla y no sería una pérdida en realidad, porque debes pensar que sería feliz y eso es lo único que debe importarte. No es un objeto Sasuke, intenta conquistarla, pero si no lo logras, déjala ir...
-No sé si tenga la capacidad de ser tan bueno. No soy Naruto.
-Por supuesto que no, eres Sasuke, no debes pretender ser otro y debes formar tu propio camino. Naruto tampoco es un santo, tiene su lado egoísta también, todos lo tenemos y debemos vivir con nuestras acciones y sus consecuencias por siempre. Piensa y aclara bien tu cabeza antes de hacer cualquier cosa.
-Sí. Debo ir a hablar con Madara ahora para avisarle que Sakura despertó, ya esperé demasiado... no tengo ningún deseo de enfrentarlo en estos momentos.
-Te entiendo, no es fácil, pero no estás solo hermanito.
-Por ahora, seguiré su plan a ver cómo va... mientras decido... si tengo que irme por alguna razón, ¿la cuidarías por mí?
-Por supuesto. ¿Podrás afrontar las tareas que te de Madara?
-No tengo opción. Temo por su vida y por ahora es lo único que me importa.
.........................
Sakura abrió los ojos lentamente. Se sentía algo perdida. Trató de recordar qué había sucedido ese día y lo único que le venía a la mente eran algunas imágenes fragmentadas. Naruto encerrado. Madara golpeándola. Sasuke tomando su mano. Se levantó de un salto de la cama ante la sucesión de recuerdos que vinieron a continuación, cuando todo se ordenó en su cabeza. No era momento para estar durmiendo. Tenía que pensar, idear algún plan. Se apretó la frente con fuerza. Aún le dolía la cabeza. Casi grita al notar que había alguien sentado en el sillón de la habitación. Retrocedió en la cama visiblemente asustada al ver que se trataba de Uchiha Itachi.
-Tranquila, vine a pedido de mi hermano. Quería que te vigilara y consideré que estando aquí haría mi trabajo a la perfección –dijo con su habitual calma aún sentado y dejando el libro que leía de lado.
-¿Por qué? –se levantó para sentirse un poco más segura pero no había ninguna seguridad al lado de ese hombre, lo sabía muy bien, sólo otro Uchiha la asustaba más que Itachi y ese era Madara. ¿Cómo pudo enfrentarlo una vez?, ahora no lo sabía, el Sharingan le daba demasiado temor y el hermano mayor de Sasuke siempre lo tenía activado.
-Porque teme por tu seguridad obviamente.
-¿Y tú me protegerías?
-Claro, eres importante para Sasuke, por mucho que me moleste –las últimas palabras hicieron que sintiera un leve escalofrío recorrer su espalda.
-Dudo que sea tan importante –trató de controlar su respiración agitada y su corazón galopante, seguro él veía su temor y se regocijaba de ello. No le daría esa satisfacción a nadie.
-Oh, sí lo eres Sakura. Mi hermano te ama, aunque su forma de demostrarlo sea extraña, quizá sea porque él mismo está conociendo este nuevo sentimiento.
En parte le dolía saber eso, no quería hacer sufrir a nadie y menos a Sasuke. Lo seguía apreciando a pesar de todo. Él no la había tocado aunque Madara se lo había ordenado y estuvo a su lado cuidándola cuando la atacó. Pero no le correspondía, sólo amaba a Naruto.
-¿Dónde está?
-Se fue con Madara hace unas horas.
-¿Cuánto dormí... desde que me dejó en esta habitación?
-Ese día y su noche, es de mañana.
-Demonios... -fue casi un murmullo pero el Uchiha lo escuchó y sonrió levemente.
-Te haré un regalo porque considero que es posible que salves a mi hermano o por lo menos en parte ya lo has hecho... arreglaste mi error, creo que mereces algo a cambio...
Sakura lo miró intrigada y temerosa.
-¿Qué podrías darme tú?
-En su momento Sasori te regaló tiempo, con una serie de acciones retrasó casi un año el plan de Madara, destruyendo algunas de sus guaridas y demás, los detalles no importan ahora ya que con los nuevos acontecimientos parece que igual piensa llevar a cabo todo lo que planeó. Yo también te daré tiempo, pero es tiempo con el ser que amas... considero que ambos lo necesitan...
-¿Naruto?, ¿cómo?
-No están ni Madara, ni Sasuke, ni Zetsu. Pein no va a esforzarse tanto por vigilarte, cree que conmigo es suficiente y además hay mucho que debe pensar ahora.
Se levantó, ella retrocedió más hasta llegar a la pared. Itachi se acercó e hizo unos sellos, luego tocó la muñeca de Sakura quien vio cómo se formaba una especie de sello que la rodeaba como si fuera una pulsera.
-¿Qué es esto?
-Es un sello para poder entrar a la celda de Naruto, sólo podrás usarlo una vez, hay que hacerlo cada vez que se desea pasar la barrera. Así es como le dan comida sin que él salga.
-¿Cómo sabes hacerlo?
-Pensé que podría serme útil y decidí copiarlo con mi Sharingan cuando uno de esos guardias lo hacía. El tener siempre activado estos ojos tiene sus ventajas...
-Esto... ¡podría ayudarnos!, es la respuesta a lo que estaba buscando. Sólo necesito hacérselo a Naruto y...
-Necesitas más aliados para ello. Madara no es fácil de vencer como ya sabrás y liberando a Naruto solamente volverás a obtener el resultado anterior. Convence a mi hermano de unirse a su causa y lo tendrán a él y a mí con ustedes.
-¿Nos ayudarías?
-Por supuesto, hace años que detesto a Madara, sólo que no puedo hacer nada por mi hermano.
-Dudo poder convencer a Sasuke –dijo sintiéndose mal, no podría seducirlo, le sonaba demasiado bajo y sería herirlo aún más, ¿penetrarían las palabras la coraza que él se había construido entre ellos?
-Sakura –apoyó una mano sobre su hombro y la miró con seriedad- tú eres la única que podría hacer eso, sólo encuentra la forma.
-Dijiste –Sakura observaba el sello- que me dabas esto por salvar a sasuke, pero dudo poder hacer eso, ni siquiera puedo salvar a Naruto o a mí misma...
-Ya lo cambiaste, eso es más que suficiente para mí. Ahora ven.
Sakura lo siguió sin entender muy bien sus palabras pero agradecida por poder ver aunque sea unos minutos a Naruto. Poder tocarlo, necesitaba abrazarlo. Entraron al salón donde estaba. Ukon apareció de inmediato.
-Itachi... el Maestro... -se quedó en silencio. Sakura miró a Itachi. Por supuesto, le había puesto un genjutsu al único hombre que vigilaba en ese momento.
-Estaré atento por si madara vuelve, usa bien tu tiempo.
Sólo eso dijo, luego desapareció. Sakura caminó hacia la celda. Naruto estaba sentado como si meditara con los ojos cerrados. Parecía sumamente concentrado. La mujer apoyó una mano sobre el muro de un dorado transparente y lo atravesó. Casi llora de la emoción, tan fácil. Entró y ahí fue cuando su querido rubio abrió los ojos que tanto amaba, sorprendido se levantó y lo único que hizo fue ir hacia ella y abrazarla.
-Si esto es un sueño o un genjutsu no me importa... -le dijo atrayéndola más hacia él.
-Es real Naruto...
-¿Cómo...
-Itachi me ayudó, me hizo un sello para poder entrar un rato, lamentablemente desaparece cuando salga...
-Nunca voy a entender a ese Uchiha.
-Sólo le preocupa su hermano, no deberíamos juzgarlo ya que nosotros estamos en la misma situación...
Naruto se quedó callado al pensar que lo había odiado por matar a Miliana, pero era posible que no tuviera otra opción, al igual que él mismo cuando atacó la Villa del Sonido.
-Demonios te extraño mucho...
Las palabras se le atragantaron a causa de la emoción. Sin poder impedirlo comenzó a llorar. Sakura lo abrazó con más fuerza y juntos terminaron en el suelo. Ella sentada y él aún abrazándola por la cintura derramando silenciosas lágrimas mientras era consolado por la mujer que amaba.
-Los maté a todos... no lo soporto Sakura, no puedo hacer esto... nunca en mi vida sentí tanto miedo, temo perderte, temo perderme a mí mismo... cuando Madara te atacó casi pierdo la cabeza, sentí tanto odio, tanta frustración...
La mujer evitaba que sus propias lágrimas salieran para poder ser fuerte por ambos. Acariciaba su pelo con dulzura tratando de calmarlo.
-Nos sacaré de aquí, esta vez confía en mí Naruto, obtendré nuestra libertad.
-Pero ¿cómo?, lo intento pero no logro capturar chakra de afuera, esta celda me impide cualquier contacto con el exterior, tengo chrakra suficiente para vivir, Kurama no puede ayudarme aunque hace rato que lo intenta. Hemos buscado hasta el cansancio.
-Ese es el problema, no has descansado nada, tienes que estar fuerte, duerme un poco, tienes ojeras Naruto, te ves débil, ¿has comido algo?
-No quiero dormir –la miró con ojos asustados, nunca lo había visto así- cuando cierro los ojos, los veo, a todos, y la comida sabe a arena en mi boca, me lo merezco, he sido el peor...
Iban a matarlo lentamente, Sakura sintió más miedo, debía actuar rápido, el dolor lo estaba debilitando día a día. Acercó su rostro al de él.
-Recuerda quién eres y por qué luchas.
Habló con firmeza mirándolo fijamente a los ojos. Luego se acercó y lo besó. Necesitaba su contacto, necesitaba volver a sentirlo y ella también juntar fuerzas. Primero fue un simple roce de sus labios, luego el colocó una mano sobre la nuca de ella atrayéndola más, abrió la boca al igual que ella uniéndose más. Un sabor que ya conocían pero con nuevos sentimientos. Más fuertes, sólidos, sinceros. Su primer beso desde que ella sabía lo que sentía. Cuando se separaron él sonrió levemente, allí estaba un poco del hombre que había aprendido a admirar, el que le robó el corazón sin aviso. Volvió a abrazarla.
-Soy Naruto Uzumaki, hijo del cuarto Hokage de Konoha Minato Namikaze y de Kushina Uzumaki, poseedor del demonio de nueve colas y uno de mis mejores amigos: Kurama. Lucho por Sakura y por nuestra libertad.
-No lo olvides, yo tampoco olvido quién soy y porqué lucho.
-Tengo algunos aliados de Konoha que podrían ayudarnos, sólo debo contactarme con ellos cuando esté fuera. Sólo confían en mí, y no quiero que tú los busques por si Madara te vigila...
-Eso ya es algo supongo, así que es por ellos que conoces sobre tus padres...
-Sí, me contaron todo, y me han ayudado bastante durante años, a entrenar y a fingir algunos de mis asesinatos. Supongo que Madara habría sospechado algo y por eso me metió en un grupo con ustedes. Para eso y para torturarme –le acarició el rostro con delicadeza mirándola con gran intensidad, pareciera que quisiera memorizar cada parte de su cara- ¿Podemos contar con Itachi?
-Necesitamos poner de nuestro lado a Sasuke para eso...
El cuerpo entero de Naruto se tensó al escucharla. Recordaba perfectamente qué quería Sasuke y también que amaba a la misma mujer que él. Aunque prometió protegerla, quizá sí había esperanzas de que los ayudara.
-¿Cómo lo harás?
-No lo sé aún, supongo que hablaré con él... espero que funcione....
-Sólo necesito estar libre de nuevo, no dejaré que me vuelvan a capturar con esas cadenas, aunque debo saber que tú estarás a salvo.
-Cuando llegue el momento, confía en que podré defenderme, no pienses en mí, sólo en vencer a nuestros enemigos. Yo haré lo mismo.
-Bien.
-¿Puedes hacer el sello para entrar?
-Itachi sólo se lo enseñará a Sasuke, supongo que quiere asegurarse de que nos ayudará. Es lo único que le queda.
-Sí...
-¿Qué hay de tu amiga?, ¿la contacto?
-La mataron...
Sakura se quedó callada y lo abrazó con más fuerza nuevamente. Sabía que la apreciaba mucho y seguramente Madara lo había hecho para demostrarle que podía matar a cualquiera y para que se sintiera completamente solo. ¿La mataría a ella también?
-Lo siento mucho Naruto...
-Sakura, los controla a todos. Pein mató a Konan por lo que me dijeron... -otra sorpresa, habían pasado muchas cosas sin que ella se enterara- manipula a la gente, estoy seguro que fue él, los puso en contra para que llegaran a esa instancia... tienes que tener cuidado, sus palabras lastiman tanto como sus genjutsus...
-Lo sé... conozco bastante bien el poder de lo que Madara dice...
Pensó en su madre y en las cosas que Sasuke le había dicho también, quizá era una habilidad más de los Uchiha, manipular la mente en todos los sentidos, hacer pensar que lo que está mal es lo correcto. Tal vez su madre vivió engañada pensando que amaba a una persona buena, lo más probable es que no exista nada de bondad en Uchiha Madara.
-De... -se separó y la miró a los ojos fijamente- ¿de verdad me amas?
Ella le mantuvo la mirada y sonrió con sinceridad. ¿Cómo no hacerlo?, ¿es que no se daba cuenta de lo que era, lo que representaba? Era el ser más maravilloso que conocía, la hacía sentir otra persona, una mejor, una que merecía vivir y ser feliz.
-Sí... lo descubrí tarde pero sí...
-Por lo menos lo hiciste –apoyó su frente sobre la de ella y acarició su rostro con ternura- a pesar de todo me siento feliz. Gracias Sakura.
-Yo debería ser la que te agradece, tú me sacaste de esa oscuridad en la que vivía.
-Fue mutuo...
Cerró los ojos disfrutando aunque sea por un momento de su contacto. La calidez de su cuerpo, su mano acariciándola. Adoraba su voz también, nunca lo había pensado pero la calmaba. Sus lágrimas del principio casi le rompen el corazón pero al mismo tiempo la endurecieron. No permitiría que destruyeran alguien como él. No dejaría que le quitaran la luz. Encontraría la forma de convencer a Sasuke, tenía una nueva oportunidad y pensaba tomarla costara lo que costara.
Itachi apareció, Naruto lo miró con cierto rencor y la abrazó con fuerza, no quería que se la quitaran, no quería volver a dejarla. No la separarían de su lado.
-Es hora de que salgas Sakura, pronto volverá el Maestro.
-Sí –respondió ella y con delicadeza tomó el rostro de su amado- confía en mí. Te amo...
Él la miró sintiendo un poco de desesperación. Volvería a estar allí solo, no, no quería que se fuera, podía rogarle, quizá si la abrazaba con fuerza no se podría ir. Le tomó la mano rápidamente.
-Naruto recuerda...
Lo miró seriamente a los ojos. Él volvió a la realidad, no podía, no era momento para ser débil. Ella lo sacaría de allí y cuando eso sucediera sería su turno de atacar, esta vez no perdería. Asintió y la soltó. Ella le depositó un beso en los labios.
-Ey Kurama, cuídalo por mí un tiempo más ¿sí? –dijo sonriendo, nunca la había visto de humor tan positivo. El zorro sonrió de lado y gruñó en respuesta.
Cuando se fueron Ukon pareció volver en sí, sacudió la cabeza y miró a todos lados, luego elevó los hombros como si nada y volvió a su asiento. Naruto nuevamente estaba en la misma posición que había adoptado esos días, el odio se había ido reemplazado por una nueva esperanza. Paciente, sólo debía ser eso, era lo único que le quedaba.

AsesinosWhere stories live. Discover now