Capitulo 28

529 42 0
                                    

Itachi sonrió de lado, había perdido las esperanzas de encontrarse con ese ser a causa del pedido de su hermano menor, pero el destino estaba esta vez de su lado, la suerte, la casualidad o lo que sea los puso en el mismo camino y no iba a perder esa oportunidad. Sakura tendría que esperar un poco más o arreglárselas por su cuenta, tenía una deuda con Hidan y que su hermano lo perdonara, no iba a dejarla pasar.
-Aah el Uchiha prodigio... ¿por qué estás volviendo al castillo? Recién me despierto... se supone que están atacando Konoha ¿no?
Itachi sacó su katana y se preparó, Hidan sonrió mostrando todos los dientes y moviendo su guadaña.
-Lo has traicionado, ¡sabía que sucedería!, se lo dije al Maestro tantas veces, sabía que al final lo harías, todo por esa mujer insignificante...
No iba a perder el control con sus palabras, él no era ni Sasuke ni Naruto, lo que le dijera no lo forzaría a actuar de manera precipitada. Cerró los ojos con calma y respiró profundo. Oyó los pasos de Hidan, corría hacia él, lo esquivó con facilidad y así siguió sin problemas. La guadaña de Hidan era grande y cualquiera creería que lo hacía lento, pero no era su caso, era muy hábil. Kira se había enfrentado a él y no tuvo oportunidad alguna. Eso era obvio, no había comparación, Kira obtenía información por medio de la seducción, no era tan diestra en la lucha como para plantarle cara a alguien así. Alguien inmortal. Cortó la espalda de su enemigo que rio como si lo hubiese disfrutado. Cualquiera diría que Hidan era invencible, pero no, él tenía un as bajo la manga.
-Dame un poco de tu sangre Uchiha –le decía intentando cortarlo- con sólo un poco  te haré sentir el sufrimiento por el que ella pasó.
Su dolor... seguramente no había sido fácil. Kira sufrió por su culpa, ese asqueroso ser la torturó, lo sabía porque lo averiguó a penas la vio morir a manos de Madara. Y desde ese día se juró que sería él quien la vengaría. No podía contra Madara pero por lo menos se desharía del otro culpable, el que manchó su plateado cabello con sangre, el que le desfiguró el cuerpo entero, el que se atrevió a lastimarla.
Lo tomó del cuello, Hidan abrió los ojos sorprendido, nunca había visto al Uchiha fruncir el ceño, a pesar de sus intentos de controlarse, había terminado enfurecido. Moriría y sufriría, aunque se llamara a sí mismo un inmortal siempre había una  debilidad.
-La lastimaste... la hiciste sufrir... Madara te ordenó hacerlo y no dudaste ni por un segundo... tú la encontraste y tú la torturaste...
-Sí... fue muy divertido –respondió el aludido sin mostrar temor y sonriendo, se había quedado quieto, no le molestaba la situación, no podría hacerle nada y el dolor nunca le pareció tan terrible.
-Te lastimas a ti mismo cuando bebes la sangre de tus enemigos... de esa forma los haces sufrir...
-Si... tu pequeña zorrita gritaba mucho, y fue muy divertido, nunca perteneció a la Hermandad, era demasiado inútil, sólo servía para una cosa... creo que eso sí lo sabes bien ¿no?
Itachi volvió a cerrar los ojos y a respirar profundamente. Luego lo lanzó con fuerza lejos y haciendo sellos hizo una bola de fuego. Hidan cayó y el fuego lo alcanzó, rio nuevamente mientras se quemaba y salió observando sus manos chamuscadas que comenzaban a recuperarse.
-La parte de que soy inmortal no te quedó muy clara ¿no?, creí que de los dos hermanitos tú eras el inteligente. El prodigio...
-Todos tienen una debilidad...
-Yo no tengo ninguna.
Volvió a correr hacia él, la guadaña pasaba cerca, pero nunca le pareció un peligro verdadero. Intentó no pensar, pero las palabras de Hidan lo habían afectado. Kira tenía muchas habilidades, sólo no estaba hecha para matar, obviamente no iba a pertenecer a la Hermandad. Madara se aprovechó de su belleza y él no tuvo la fuerza suficiente para protegerla, para sacarla de ese infierno como sí lo estaba haciendo Naruto y Sasuke con Sakura. Él había estado tan solo como el rubio y se había rendido, pensó que podría burlar a Madara, que no se daría cuenta de su relación. ¡Qué buena lección había aprendido ese día!
La guadaña pasó demasiado cerca de su rostro, estaba desconcentrado. Saltó hacia atrás y sacó un frasco de su bolsillo, su carta ganadora. Años estuvo investigando la forma de vencer a Hidan, lo observó durante los entrenamientos, hasta una vez lo siguió a una de sus misiones, conoció la forma en que vinculaba su cuerpo al de su oponente, lo vio convertirse en ese ser oscuro con marcas como huesos, lo vio matarse para acabar con el otro y volver a levantarse. Por mucho tiempo no consiguió nada hasta que se le ocurrió pedir ayuda a alguien que sabía tampoco estaba de acuerdo con Madara: Sasori. El pelirrojo era la clave. Él era muy bueno fabricando venenos y cosas por el estilo, él tenía que encontrar una forma. Sasori no se tomó a mal su pedido, no lo acusó con Madara (aunque poco le hubiera importado a esa altura), sólo le pidió tiempo. Fue más del que pensó, tres años tardó pero le había dado ese frasco junto con otro la última vez que lo vio, Itachi supo al instante de qué se trataba, no podía ser otra cosa.
Su katana frenó la guadaña, Hidan era fuerte, sin dudarlo sacó un kunai y lo clavó en el hombro de su enemigo. Éste ni siquiera gritó pero se alejó.
-Tus vanos intentos me están causando cosquillas Itachi, pensé que eras mejor... ¿por qué no me muestras a Susanoo o alguna de esas cosas locas que tienen los Uchiha?
-Lo siento... a pesar de que me gustaría hacerte más daño no tengo tiempo ni chakra para perder...
-Estás yendo al castillo... escuché una explosión cuando venía, por lo que vi sólo estaban Sakura y Pein... ¿encontraste una nueva mujer Itachi?, creo que esa estaba prohibida...
¿Una explosión? Itachi comenzó a preocuparse, no podía seguir allí, Sasuke le había pedido ayudar a Sakura. No había logrado salvar a Kira y pasó todos esos años sumido en la oscuridad e infelicidad, no quería eso para su hermano menor. Había comprendido que Sakura no sería suya pero también entendió que le importaba su felicidad y ésta estaba al lado del rubio. Todo ese cambio en Sasuke lo había hecho esa mujer, tenía que ayudarla porque le devolvió lo único que le quedaba y también las esperanzas de una vida mejor...
Hidan volvía a correr hacia él. Tiró el frasco al suelo una nube de humo se elevó al instante, Itachi retrocedió pero no pudo evitar inhalar un poco, no perdió tiempo y tomó el segundo frasco. Su enemigo salió tosiendo de la nube.
-¿Qué intentas hacer?, el humo sirve como distracción para huir, pero sigues aquí...
Su rostro cambió, se miró las manos la piel parecía estarse derritiendo. Cayó sentado al suelo sin entender nada. Eso había sido muy rápido. Itachi se acercó a él con calma.
-No era simple humo. Sasori tardó tres largos años en encontrar un veneno que se inhalara y que destruyera por completo a quien lo aspirara. Duele, eso es seguro, pero estás acostumbrado al dolor ¿no? –Hidan comenzó a gritar al sentir su rostro que también se derretía- es el veneno más horroroso que Sasori hizo, unos días antes de entregármelo me hizo prometer que sólo lo usaría contigo, que nadie más sufriría y sólo me dio un frasco, una oportunidad –Hidan no paraba de gritar desesperado- Kira era alguien importante para mí y tú la trataste como basura, era hora de que te devuelva eso, veremos qué tan inmortal eres cuando no exista ninguna parte de tu cuerpo para recuperar –comenzó a caminar tranquilamente alejándose de los gritos y de su enemigo.
Por fin había vengado a la mujer que tanto amó, pero se dio cuenta que seguía vacío. Kira no estaba allí y eso no se la devolvería. Trató de reconfortarse con la idea de que ese asqueroso ser dejaría de torturar gente para su entretenimiento. Miró el cielo y suspiró. Sasori sí que había hecho el peor de sus venenos, ahora entendía su palidez cuando habló de ello y su penetrante mirada cuando le hizo jurar que sólo lo usaría con Hidan. Era un arma terrible, pero por suerte, sólo había un frasco y los ingredientes se los llevó a la tumba ya que no los quiso escribir en ningún lado.
-Lo intenté, por un momento quise acabar con él de otra forma, pero no había tiempo para estrategias complicadas... -susurró al bosque a su alrededor como si intentara disculparse. Luego sacudió la cabeza y comenzó a correr, tenía que concentrarse en su otro objetivo, ya habría tiempo para pagar por sus errores y crímenes.
..............
-¿Algún día podremos viajar? No quiero vivir siempre en el castillo papá.
-Claro que viajaremos, el mundo entero será nuestro y lo recorreremos juntos...
Sakura apretó la katana con fuerza, de chica quería viajar, conocer todo, divertirse, tener amigos... ahora sólo quería vivir un día más para verlo, sólo eso pedía, necesitaba verlo y abrazarlo sin temor a que nada le sucediera. No podía darse el lujo de perder, pero Pein tampoco parecía querer cambiar de opinión ni rendirse.
Lanzó un chorro de agua que ella esquivó, se escondió detrás de unos escombros, la lluvia no la ayudaba, Pein sabía dónde estaba gracias a ella, el agua era su enemiga ese día. Miró el cielo, si sólo conociera la forma de cambiar ese clima, si al menos tuviera alguna habilidad con un elemento...
-Deja de esconderte, dijiste que me vencerías, ¡ven y demuéstralo!
Más de la mitad del castillo aún estaba en pie, dentro tenía más oportunidades, tenía que llegar allí y conseguir otras armas, tenía que acabar pronto antes de que el agotamiento la matara. Comenzó a correr hacia allí pero una sombra se interpuso en su camino, se agachó justo a tiempo, la katana de Pein pasó a escasos centímetros de su cabeza, rodó a un lado y se paró de un salto, cuando miró a su enemigo  no estaba por ningún lado. Volvió a correr pero un muro de agua la detuvo esta vez, retrocedió impresionada, el agua era casi tan parte de él como le sucedía a Suigetsu, quizá lo único que no podía hacer Pein era convertir su cuerpo en agua, pero en todo lo demás eran iguales. La pared comenzó a desmoronarse, corrió hacia el lado opuesto pero el agua la alcanzó y la arrastró, logró agarrar una roca y se sostuvo a ella con fuerza, el agua no paraba, sentía que se ahogaba, expulsó todo el aire en la desesperación y no le quedó más remedio que soltarse. Cuando volvió a respirar aire tosió con fuerza y escupió el agua que había tragado. Sólo estaba jugando con ella, la estaba terminando de cansar y a ese paso lograría ganar sin casi esforzarse. Seguía lloviendo, seguía sabiendo perfectamente dónde estaba y cómo estaba pero allí no se encontraba. ¿Qué esperaba?
-¿Por eso te llaman Pein? ¿Porque primero torturas a las víctimas?
-No... -le  susurró al oído, Sakura abrió los ojos sorprendida y se alejó, no lo había escuchado- me puse ese nombre porque es lo que sentía desde que llegué a la hermandad, sólo dolor... tú eres la primer víctima a la que torturo, te lo tienes merecido, tú debiste morir, no Konan...
-No me hables como si yo fuera la culpable cuando fue tu mano la que la mató, ¡tú decisión! –gritó la pelirrosa furiosa lanzando una estocada hacia él, Pein se hizo agua- ¿un clon?
Sakura volvió a intentarlo, corrió lo más rápido que podía, esquió varios chorros de agua que cortaron rocas a su alrededor, si alguno la tocaba la cortaría al medio. Saltó nuevamente y se aferró a una saliencia que estaba alta y subió, tenía techo sobre su cabeza, por lo menos ya la lluvia no la tocaba. Vio hacia el campo, habían escombros, árboles caídos, agua por todos lados pero no estaba el pelinaranja.
-¿Me buscabas? –preguntó a su espalda.
Sólo llegó a cubrirse, la patada la lanzó nuevamente afuera. Desde el suelo tosió y miró el cielo entrecerrando los ojos. No podía, le era imposible ganar, era más rápido y mucho más fuerte. Si sólo pudiera llegar al interior del castillo...
Recordó su sueño, el que tenía con tanta frecuencia, se ahogaba y alguien siempre la salvaba, al principio era Sasori, luego fue  Naruto, pero ellos no estaban allí, estaba sola. Nadie la salvaría... esta vez tenía que arreglárselas. Apretó los puños, Pein caminaba tranquilamente hacia ella. Se levantó aún tenía su katana, nunca la había soltado, se preparó. Pein se detuvo y sonrió.
-¿De verdad vas a enfrentarme con tu espada? Sabes que soy el mejor en eso también, dudo que hasta Sasuke o Naruto pudieran ganarme en ello...
-Tendremos que ponerte a prueba entonces...
.......................
-¿Por qué lo haces Sasuke? ¿Qué consigues traicionándome?
El morocho lanzaba una estocada tras otra pero Madara lo repelía con facilidad. Naruto estaba sentado a un lado protegido por su Susanoo, le había pedido tiempo para recuperar totalmente su chakra y él se lo daría.
-¿No ves lo inútil de tu esfuerzo? ¿Qué ganarías? –Sasuke sonrió de lado.
-Paz interior... -contestó con simpleza y continuó su ataque, tenía que tener un hueco, algo que le hiciera ver una debilidad.
-Sakura no va a quedarse de tu lado, lo sabes, tú la escuchaste, sabes que lo ama...
-Por supuesto que lo sé, desde antes de que te lo dijera, no quería creerlo pero es así –miró al rubio un segundo, "ella jamás me mirará como lo mira a él" pensó con cierta nostalgia.
-¿Y entonces?
-Supongo que es hora de que deje de ver las cosas en modo costo/beneficio.
-¿Así que simplemente estás siendo caritativo? ¡¿Crees que eso te redimirá?! ¡¿Crees que la gente de Konoha te dejará libre con todos los crímenes que cometiste?!
-No... no lo creo... siempre lo supe, sabía que si tomaba este camino, no sería libre en cuerpo, pero mi mente sí lo sería, me sacrificaré por los que quiero, ese es mi lugar.
-¡Eres un completo iluso, siempre lo fuiste y morirás por ello!
Le lanzó una bola de fuego, casi no había visto los sellos, pero previó el movimiento gracias al Sharingan, con lo cual lo esquivó de un salto, al caer las piernas le fallaron y terminó de rodillas en el suelo. Se estaba agotando rápido, el uso del Sharingan y el Susanoo al mismo tiempo era mucho, ¿cómo podía hacerlo Madara sin siquiera agitarse? Suponía que era porque llevaba muchos años más entrenando.
-¡Te di ojos nuevos, te di mi confianza!
-A veces se hacen malas apuestas –respondió el morocho levantándose de nuevo, lo necesitaban, no pensaba rendirse. Sakura podía llegar en cualquier momento, en cuanto la viera, Madara iría por ella, estaba seguro, tenía que protegerla por si Naruto aún no estaba listo.
-Te di mi más preciado tesoro... -musitó con odio Madara.
-¡No la llames así cuando lo que quieres es verla muerta!
Gritó el morocho y abriendo los ojos creó  fuego negro, Madara lo esquivó así que hizo que lo siguiera, pero no lograba alcanzarlo y el ojo comenzó a sangrar, gritando de dolor lo cerró.
-Porque prefiero verla muerta antes que tener que presenciar de nuevo cómo se va con un inepto que no sabrá cuidarla... antes de tener que encontrarla agonizando por confiar en alguien que no es de nuestro Clan, no dejaré que la historia se repita... –señaló a Naruto- él no la cuidará, no posee el poder y el zorro ese que tiene en su interior terminará por consumirlo y la dañará.
-Naruto es más fuerte que todos nosotros...
-¡No! Y tú tampoco eres digno, estás agotando tus opciones de manera desesperada y errática... no vas a ganarme con trucos Uchiha, ¡yo soy el creador de la mayoría!
-Tienes razón, debería usar otros trucos –juntó sus manos formando un sello- kage bunshin...
Diez copias aparecieron y corrieron hacia su contrincante. Sasuke se mantuvo alejado observando todos los movimientos que hacía para vencer a los clones. Nada, Madara era más que excelente en la batalla, por algo había logrado mantener un grupo de gente tan dispar. Tragó con fuerza, tenía miedo, no lo iba a negar, ganarle a ese hombre era una tarea casi imposible, se necesitaba más gente. A lo lejos vio que Kakashi seguía peleando contra Zetsu, no encontró cerca a ninguno de sus dos compañeros y ahora que lo pensaba no los había visto en un buen tiempo. ¿Estarían bien? ¿Su hermano habría llegado a  tiempo? ¡Tenía que concentrarse!
Abrió los ojos sorprendido al ver a Madara frente a él con su katana, saltó justo a tiempo, si no fuera por sus ojos estaría muerto, un segundo de distracción casi le cuesta la vida. Fuego de nuevo, Madara no pensaba darle cuartel, él haría lo mismo, electrificó su katana y cortó la de su enemigo en dos, pero éste ni se inmutó, lo esquivó y cuando fue a atacarlo se cubrió con Susanoo. Pasmado retrocedió, era imposible, miró hacia donde estaba Naruto, estaba protegiéndolo de otro Susanoo de Madara. ¿Podía hacer más de uno? Ese hombre era un monstruo...
-¿Sorprendido? No soy un novato como tú, yo soy un verdadero Uchiha, ¡el más fuerte de ellos! –extendió los brazos a los lados- no puedes vencerme niño...
No lo estaba atacando en serio, seguramente podía vencer a su Susanoo y matar a Naruto. Estaban perdidos. Retrocedió unos pasos.
"Se lo prometiste, no puedes rendirte" se dijo a sí mismo. Apretó con fuerza la katana, el cuerpo entero le temblaba. Gritó mientras juntaba todo su chakra, no iba a perder frente a su rival y mejor amigo. Volvió a embestir a su enemigo, ahora la pelea era contra Susanoo, su fuerza estaba algo equilibrada debido a su katana electrificada, pero tropezó en un momento, el monstruo lo agarró. Perdió su arma y estaba aprisionado, sintió que hacía presión, iba a aplastarlo. Trató de zafarse pero lo único que lograba era que apretara más. Vio que Madara sonreía, lo disfrutaba, era un simple juego, estaba peleando con unos tontos aficionados según él. Sintió más presión y no pudo evitar un grito de dolor, los huesos empezaban a crujir, lo estaba matando lentamente.
-Te iba a dar todo... tú ibas a protegerla, pero mírate, ni siquiera puedes protegerte a ti mismo, entrené a un completo inútil, que gran pérdida de tiempo. Tu traición la mató Sasuke Uchiha, muere sabiendo eso.
-Ella... no está... ¡no está muerta!
-Sakura no podrá contra Pein...
-La subestimas, ¡como nos subestimas a todos!
Lanzó una fuerte descarga eléctrica que afectó al Susanoo provocando que abriera la mano. Cayó al suelo apoyando una rodilla y una mano y cuando miró a su enemigo susurró:
-Amateratsu...
El fuego negro envolvió a Susanoo consumiéndolo. Madara fue el que retrocedió impresionado esta vez. Pero luego frunció el ceño.
-¿Quieres ver lo que soy en realidad? Bien, despídete de tu amigo Sasuke Uchiha, me cansé de jugar con ustedes.
Sasuke abrió los ojos y miró hacia el rubio, se habían alejado más pero pudo ver perfectamente como el Susanoo de Madara destruía el suyo con su espada y ahora la dirigía hacia Naruto.
-No...
..................
Un corte en la mejilla, no se había movido lo suficientemente rápido y había recibido un nuevo corte, puso su mano sobre él y vio sangre. Su cuerpo  entero temblaba por el esfuerzo, estaba agotada no le quedaba demasiado chakra. Pein la atacó y ella se defendió, corrió y corrió hasta encontrar el salón de entrenamiento. Aún estaba en pie como había calculado, abrió las puertas y entró mirando hacia la entrada, caminando para atrás lentamente. Su enemigo la siguió pero se detuvo en la puerta, lo vio dudar.
Pein miró a la pelirrosa y la vio convertirse en Konan, empapada en sangre, lloraba. Dio un paso atrás. En ese lugar la había matado. Pestañeó y sacudió la cabeza volviendo a la realidad. Konan estaba muerta, Sakura era su enemiga y debía exterminarla. Lo había conducido allí a propósito.
-Tú y tu querido padre lo planearon –dijo con un tono de voz extraño, el pelo le tapaba los ojos y caminaba lentamente hacia ella- la volvieron loca, la obligaron a atacarme, seguramente usó esos ojos malditos para obligarla... Konan no era agresiva... fueron ustedes dos...
-¡Te dije que no tengo nada que ver! ¡Estamos del mismo lado! ¡Pein tienes que detenerte antes de que sea demasiado tarde! ¡Por favor!
-¿Crees que no lo veía?, recuerdo perfectamente cuando de niña corrías hacia él, lo abrazabas y le decías "papá". ¿Piensas que voy a arrepentirme de matarte?
Sakura siguió retrocediendo hasta la pared donde se encontraba el arco y las flechas. Lo tomó y apuntó.
-No me obligues a hacerlo.
-Primero tendrás que acertar –la miró, sus ojos estaban oscuros, parecía completamente fuera de sí, extendió los brazos- ¡vamos tira!
Sakura apuntó mejor, temblaba pero eso no la detendría, no quería matar más pero no le dio otra opción, las lágrimas se acumularon en sus ojos.
-Lo siento...
Soltó la flecha pero ésta rozó el hombro de Pein hiriéndolo sólo con un leve corte.
-¿Esto es todo lo que puede hacer la favorita del Maestro? ¡Qué decepción! Y pensar que me estabas asombrando con la batalla. Bien ahora en mi turno.
Corrió hacia ella y la tomó del cuello levantándola. Sakura soltó el arco y trató de zafarse pero no podía, las fuerzas no le daban y la falta de aire no ayudaba.
-No te quebraré el cuello... no... te asfixiarás, lentamente, quiero ver cómo mueres, te prometo que lo disfrutaré. Él quería que fuera rápido, no lo será.
Sakura comenzaba a ver borroso, dejó de intentar, los brazos cayeron flácidos a cada lado de su cuerpo, más lágrimas resbalaron por su rostro.
Pein también derraba lágrimas, los recuerdos lo atormentaban, seguía sufriendo. Comenzó a perder las fuerzas, un temblor lo recorrió entero, la soltó, la mujer cayó al suelo tosiendo. Un dolor agudo en el hombro. Cayó de rodillas frente a ella. Sakura lo miró con tristeza.
-No necesitaba darte en un punto vital... -más lágrimas, ¿por qué seguía llorando?- envenené la flecha...
Pein abrió los ojos sorprendido, se miró el hombro, unas venitas violáceas estaban surgiendo rápidamente de la herida y se extendían hacia el resto de su cuerpo. Las fuerzas lo seguían abandonando, la mujer se levantó, él la observó. ¿Lo había planeado todo?
-Sabía que me quedaba, Madara me lo dijo, por eso coloqué los sellos bomba y si eso no te detenía puse veneno a algunas armas de aquí anoche... mientras todos dormían... eres fuerte Pein... no... Yahiko, lo siento... no deseaba ganar así, pero no puedo morir, me están esperando, al igual que te esperan a ti tus amigos.
-No... -sentía cómo el cuerpo se le iba paralizando, puso una mano en el suelo- nadie... si hay algo más... yo no iré... allí...
-Yo creo que sí, porque tienes bondad aún en tu interior, el dolor te consumió pero aún queda algo...
"Aún hay bondad en ti Madara" su madre tenía razón, todos tenían algo bueno, quizá sólo podían verlo las personas que amaban de verdad a esos hombres pero aún así existía, el dolor transforma pero siempre hay esperanzas.
-Konan te amaba, estoy segura que al final no pudo matarte por esa razón y murió para que pudieras abrir los ojos. Ella te espera...
Itachi apareció justo en ese momento. Se veía algo cansado. Se acercó a ellos y observó la situación bastante asombrado.
-Aaah, el otro Uchiha... me hubiera gustado tener una pelea contigo... -dijo Pein y se dejó caer de espaldas, Itachi se acercó a él y se arrodilló a su lado- pero debo admitir que la última fue buena... tienes mis respetos Sakura Haruno, ojalá puedas conseguir tu objetivo... -Sakura asintió agradecida.
-¿No tienes el antídoto? –Preguntó Itachi, Sakura no se sorprendió que hubiese sido tan rápido al comprender todo, al fin y al cabo, Itachi era una de las personas más inteligentes  que conocía.
-Ese veneno no lo tiene, es demasiado rápido... -respondió algo apenada- debía hacerlo...
-Está bien... no deseo seguir viviendo... estoy demasiado cansado... Itachi...
-¿Si?
-¿Puedo verlos una vez más?
-Claro...
Pein observó los ojos rojos y negros del Uchiha y se perdió en ellos. Frente a él apareció un campo, llovía como siempre, pero no le importaba porque se sentía feliz. Konan y Nagato estaban corriendo empapados, reían y se tiraban bolas de barro.
-¡¿Qué esperas Yahiko?! ¡Ven ayúdame a derrotarlo! –gritó Konan mientras recibía una bola de barro en la frente.
Yahiko juntó un poco de barro y corrió hacia ellos riendo de nuevo...
Sakura salió al exterior, ya no llovía, cayó de rodillas no podía detener las lágrimas, seguía matando, ¿era imposible cambiar su destino? ¿Siempre sería así? Miró el cielo y gritó con fuerza, detestaba quien era, detestaba en qué la habían convertido, pero lo terminaría, para bien o para mal ese día daría fin a todo eso.
Itachi apareció detrás de ella.
-¿Para qué viniste?
-Mi hermano me pidió que te cuidara... veo que no fue necesario...
-Estás cansado...
-Me encontré con Hidan en el camino.
Sakura lo miró sorprendida.
-Está muerto, tu sensei te enseñó bien a utilizar los venenos, el día de hoy ambos nos salvamos gracias a su conocimiento.
-Tengo que ir... -se levantó pero volvió a caer, estaba al límite de sus fuerzas, Itachi se acercó y puso una mano sobre su hombro.
-Ya no puedes seguir Sakura...
-Tengo que hacerlo –lo miró decidida, el morocho asintió.
Volvió a levantarse y se mordió un dedo, haciendo unos sellos apoyó una mano sobre el suelo. Un gran tigre dientes de sable apareció frente a ambos, era el doble de Itachi. Sakura respiraba agitada por la boca pero se esforzó para hablar.
-Sé que nunca merecí tu respeto y por ello no lo tengo ahora, pero te necesito... tengo que ir con ellos y eres el único que puede llevarme a la velocidad necesaria.
-En ese estado no podrás hacer nada –respondió el animal con voz profunda.
-No tengo otra opción, no puedo abandonarlos.
-Tu corazón ha cambiado... ya no eres la misma de antes y por ello voy a ayudarte, primero recuperaremos tus heridas, luego irás, ese es el trato Sakura-hime.
-Acepto –contestó asintiendo.

AsesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora