Capitulo 30

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Ninguno de los tres le daba un respiro, sin embargo, Madara no parecía necesitarlo, los esquivaba con facilidad y de vez en cuando les devolvía el ataque, a la única que en ningún momento se le ocurrió dañar era a Sakura. Por alguna razón sólo la evadía y la mujer no podía terminar de concentrarse en la pelea. No sólo tenía miedo, tenía dudas, quería dejar de matar pero para hacerlo ¿tendría que matar a Madara? Le iba a fallar a su madre...
Sus movimientos se combinaban y, como hacía tanto tiempo Sasuke le había dicho, Naruto no necesitaba verlos para estar a la par y moverse en conjunto. Sakura lanzó un fuerte golpe que Madara esquivó, el suelo se partió al medio. Naruto lanzó un Rasen Shuriken que tampoco tocó a su enemigo, mientras que Sasuke formó un Chidori y corrió hacia el Uchiha, pero éste detuvo su brazo y lo lanzó contra el rubio. Sakura se colocó frente a los dos para protegerlos de Madara mientras se levantaban, y fue una buena decisión, ya que éste había ido hacia ellos con su katana. La mujer lo detuvo con la suya. Madara tenía gran fuerza pero ella en eso lo superaba, lo empujó haciéndolo retroceder. Naruto y Sasuke se colocaron a su lado, agitados se miraron entre sí y a su enemigo que se decidió a esperarlos.
-Esto no está funcionando, el taijutsu no sirve contra él, sus ojos se adelantan a todo lo que vamos a hacer –dijo Naruto frunciendo el ceño.
-Lo sé –respondió Sasuke. Luego miró a Sakura- toma... -extendió la mano y le dio un sello bomba, ella lo tomó sin dudar- cuando te diga lanza un flecha con él.
-¿A dónde?
-Ya lo sabrás. Naruto... -el rubio no quitaba la vista de su enemigo. Sasuke mostró el sello de su muñeca en donde tenía guardada siempre su katana- esta vez traje una para ti –lo tocó y sacó una nueva espada. Él ya había estado usando a Chokuto, pero necesitaba que Naruto lo ayudara también.
-Genial –respondió el rubio sonriendo y tomando el arma, la balanceó un poco- es buena...
-Tú te encargarás de distraerlo, que no se fije en mí Naruto...
-¡¡Ook!! –no esperó más y se lanzó al ataque.
-Quédate aquí y observa con atención, sólo tendrás una oportunidad –le dijo a la pelirrosa.
-Sí –respondió la mujer decidida.
Sasuke corrió hacia los alrededores. Sakura miraba atentamente a Naruto, Sasuke había desaparecido de su vista. Madara y el rubio entrechocaban sus katanas con furia, se notaba el odio que sentía el Uchiha por ese ser que consideraba inferior. Naruto utilizaba también el chakra del zorro, haciéndolo extenderse a partir de su cuerpo y golpeando a su oponente. Sakura pudo notar que en realidad peleaba más tranquilo y con toda su capacidad cuando estaba solo, con ellos a su alrededor se cuidaba y nunca usaba a Kurama. El Uchiha estaba retrocediendo, el lugar a su alrededor estaba devastado, los árboles que al parecer habían ya no existían, pero Naruto lo estaba empujando hacia el bosque de nuevo. En el interior de la Villa aún se oían los ruidos de la batalla, la pelirrosa esperaba que la fama de los ninjas de Konoha fuera real porque la de los asesinos de la Hermandad sí lo era. Esperó un poco impaciente. ¿Qué estaba intentando Sasuke? No importaba, confiaría en él, siempre era el mejor ideando estrategias.
Naruto creó varios clones y los lanzó contra Madara quien los hizo desaparecer uno por uno, al final saltó él, detuvo su katana y lo pateó, resbaló por el suelo unos metros y se levantó de un salto pero cuando miró su oponente no estaba en donde lo dejó. Frunció el ceño y miró hacia todos lados.
-¿Quieres que usemos clones?, bien Naruto, usaremos clones.
Diez clones de Madara aparecieron a su alrededor. Naruto sonrió de lado, esa debía ser la primera vez que estaba disfrutando una batalla, quizá fuera por el hecho de que la había elegido. Apretó los puños y tomó con fuerza su katana que infundió con su chakra de viento.
-Vengan... -susurró manteniéndose quieto y con la vista en el suelo.
Atacaron juntos, pero el rubio, al igual que había hecho su oponente con sus clones, los fue eliminando uno a uno. Sasuke apareció y corrió hacia el Madara real, Naruto se alejó de ellos de un salto. El Uchiha enemigo tomó al morocho por el cuello y lo tiró contra el suelo. Lo miró intrigado.
-¿Qué intentas hacer Sasuke?
-Distraerte... ¡ahora!
Madara abrió los ojos y luego vio a Sakura apuntando una flecha hacia él. La mujer soltó la cuerda, el proyectil recorrió el espacio a gran velocidad, soltó a Sasuke y se alejó de un salto pero la flecha no lo apuntaba a él, sino a algo detrás suyo. Madara se giró al ver que pasaba a su lado y se clavaba sobre un árbol. Tenía un sello bomba que ya se estaba incendiando y explotó. Se produjo una serie de explosiones encadenadas a causa de los sellos bomba que Sasuke había estado colocando por todo el bosque al cual Naruto lo había llevado como si hubiera leído la mente de su compañero.
Sasuke no perdió tiempo y además lanzó una serie de shurikens que llevaban cable atado, hizo unos sellos y los prendió fuego. Naruto y Sakura aparecieron a su lado. Estaba cansado, le dolía el cuerpo entero por el esfuerzo y tenía poco chakra pero intentó no demostrarlo demasiado. Esperaron en silencio a que las llamas se apagaran. Entre el humo una sombra se movió. Madara se levantó, su armadura estaba destrozada y tenía algunas partes del cuerpo quemadas, pero no era un daño demasiado grande como esperaban. Los tres compañeros retrocedieron al mismo tiempo un paso, era invencible.
-¿Cuánto chakra te queda Sasuke?, ¿agotaste todo? –dijo Madara sacándose la parte superior de la armadura que ya le resultaba inservible- dije que ibas a ser el primero y cumpliré.
Los tres abrieron los ojos al presentir algo a su espalda pero no reaccionaron con la suficiente velocidad y un clon de Madara atravesó con su katana el estómago de Sasuke. El morocho escupió sangre unos segundos después. Sakura y Naruto se quedaron congelados pero luego actuaron. El rubio destruyó la copia y Sakura atrapó a Sasuke antes de que cayera al suelo.
-Sálvalo –le dijo el Uzumaki a la mujer.
-Por supuesto –contestó ella con seguridad.
Naruto volvió a realizar unas copias, dos se quedaron al lado de sus compañeros tres fueron hacia su enemigo que sonreía satisfecho.
Sakura comenzó a curarlo. El morocho intentaba hablar pero el dolor parecía hacer que no pudiera conseguirlo.
-Tranquilo, no es mucho, podría haber sido peor... -le dijo con calma ella.
-Está bien... Sakura... no tienes... que hacer esto...
-Ahórrate las críticas para después, no puedo creer que haya hecho ese clon, ¿en qué momento? Lo vigilé todo el tiempo y Naruto destruyó todas las copias...
-Es... rápido... es... invencible... tienes... tienen que huir... yo puedo... distraerlo... -trató de levantarse.
-¡No seas tonto Uchiha! –Sakura lo sostuvo y continuó la curación- los tres seremos libres o ninguno lo será –dijo con firmeza.
-Aaagg –se quejó.
-Tranquilo...
Comenzó a temblar, quería llorar, pero años practicando para ocultar su dolor y encerrarlo en su interior le sirvieron para no dejar que ni una sola lágrima saliera de su rostro. Escuchó una nueva explosión y miró asustada hacia donde estaban Naruto y Madara. Dos de sus clones aún estaban con ella, así que el rubio tenía que estar bien.
Sasuke vio la preocupación reflejada en los ojos de la mujer que amaba y odió no ser más fuerte para poder ir con Naruto a ayudarlo. Tenían que acabar con su enemigo o ella nunca sería feliz.
-Naruto necesito que me ayudes con el chakra, entre los dos será más rápido.
Uno de los clones se arrodilló a su lado. Sakura lo observó por un segundo, era idéntico a su amado rubio, pero algo le faltaba, no era él por completo, podía sentirlo.
-Claro, toma lo que necesites, Kurama puede ayudar también.
-Coloca tus manos sobre las mías y concentra tu chakra en ellas.
-Ok...
Sasuke no apartaba sus ojos de ella, por lo menos si moría esperaba que la única mujer que amó fuera lo último que viera. El dolor iba menguando lentamente, pero aún así se sentía débil y su visión se estaba volviendo borrosa. ¿Así iba a ser?, ¿moriría como un asesino esclavizado? Hubiese preferido como un asesino arrepentido libre. Se arrepentía de muchas cosas. Estiró una mano y tocó el brazo de la pelirrosa, qué cálida se sentía. Al menos al final hizo lo correcto. Todo se puso negro.
...........
Kakashi cayó de rodillas al suelo. Había acabado con ese ser pero ya no le quedaban ni fuerzas ni chakra. Si pudiera ir a ayudar a esos chicos... pero sólo sería una molestia. Miró hacia la villa. Veía explosiones y gente luchando por todas partes. Habían organizado bien la defensa, no podrían perder. Cerró los ojos y se dejó caer hacia atrás pero alguien lo sostuvo. Al mirar vio cabello naranja.
-¿Quién...
-Tranquilo... estamos del lado de Sasuke, por lo tanto de su lado. Mi nombre es Juugo...
-Ayuden...
-Mi compañero está yendo hacia allá, yo me quedaré a cuidarlo, no tengo demasiadas fuerzas de todas formas para ir contra Madara, y Sasuke nos ordenó proteger a la gente de Konoha.
-Gracias...
Definitivamente eran buenos chicos, el problema sería si llegaban a ganar, ¿cómo iba a convencer a Tsunada de que los dejara libres?
....................
-¡Sasuke!, ¡vamos despierta! –gritó ella.
-¡Ey, Uchiha arrogante, no puedes morir aún, estamos aquí a tu lado! –gritó él. ¡Qué molestos que resultaban a veces!, pero los apreciaba.
Abrió los ojos. Sus dos amigos estaban allí y le sonreían.
-Bienvenido al mundo de los vivos Uchiha –sonrió Naruto.
-Casi te perdemos... -respondió ella visiblemente más preocupada.
-Pero eres demasiado terco para ser vencido tan fácilmente, ¿no?
-¿Y Madara? –preguntó levantándose, se miró el vientre, no tenía nada. Ella lo había curado por completo.
-Aún seguimos luchando –contestó Naruto mirando hacia el campo de batalla. Claro, estaba hablando con un clon...
-Es hora del contraataque entonces.
-Sasuke tu chakra está casi al límite, mejor descansa.
-Ni hablar, iré a pelear, no me voy a quedar aquí y...
-Tú me diste tiempo, yo también te lo daré, aunque sea unos minutos más –Sasuke frunció el ceño pero asintió a regañadientes y volvió su mirada hacia la batalla.
Naruto esquivó un ataque de fuego y extendiendo una mano hizo un nuevo Rasen Shuriken, con ayuda de las colas de Kurama, que lanzó apenas estuvo listo. Un Susanoo más grande que los anteriores apareció y tomó el ataque con una mano destruyéndolo. El rubio abrió los ojos sorprendido.
-¿Qué demon...
-Aún no has visto nada Uzumaki Naruto, te arrepentirás por haber osado atacarme y por...
Madara dejó de hablar al ver algo que lo sorprendió, como estuvo distraído luchando contra Naruto no se había percatado que estaban ayudando a Sasuke y ahora lo veía allí parado mirando hacia ellos. ¿Cómo podía estar vivo? Lanzó el Susanoo contra Naruto y desapareció para ir hacia los otros dos que estaban siendo cuidados por dos clones más del rubio a los cuales eliminó con facilidad.
-Estás vivo... pero yo...
Sakura se adelantó, Sasuke ya se había preparado pero ella lo detuvo.
-Aprendí curación...
-¿Tú? ¿Cuándo?
-Sasori me dejaba leer en nuestras misiones y practiqué, así podía curarlo cuando se dañaba y porque deseaba poder hacerlo...
Madara la miraba sorprendido. ¿Acaso nunca había comprendido nada de esa chica?, ¿se había equivocado tanto? Mebuki nunca se interesó por la curación, pero el que sí tenía algunos conocimientos básicos era Kisashi, cada vez veía más a ese hombre en la mujer que tenía frente a sí. No había nada de Mebuki más que su color de pelo. Apretó los dientes con fuerza, nada le quedaba de ella, todo absolutamente todo lo perdió. Pero por alguna razón su odio no se dirigía a Sakura sino a sus compañeros, a las personas que la ayudaron, a Sasori, Sasuke y más que a nadie a Naruto.
-¿Cuántas personas vas a culpar por la muerte de mi madre? –le dijo ella, la observó, ¿otra vez insistía en hablar? No había nada que lo hiciera cambiar de parecer- ¡¿Matarás a todos para que sientan lo mismo que tú?! ¿Acaso no ves que ella me entregó a ti para que cambiaras tu modo de vida?, para... para que encontraras la felicidad... Madara tienes que detener esta locura...
-Yo nunca seré feliz en un mundo sin ella...
-¡Entonces ya decidiste tu muerte hace mucho tiempo! Porque nadie que vive infeliz está vivo de verdad.
-Exacto Sakura, hace mucho tiempo que estoy muerto y esto que quedó de mí simplemente vive para la venganza.
Levantó la mano para alcanzarla pero alguien se interpuso. Era Naruto de nuevo, ¿cómo había logrado escapar de su Susanoo? El rubio detuvo su brazo tomándolo y luego lo lanzó con fuerza hacia atrás. Se arrastró un poco por el suelo, pero luego puso una mano y frenó. Miró hacia donde había dejado a su Susanoo con Naruto, seguía allí, peleando contra clones de Naruto. Miró al rubio, por supuesto, no iba a enviar a un clon para protegerla. Frunció el ceño, lo odiaba, él no iba a ser el que la cuidara, se levantó y haciendo unos sellos lanzó una bola de fuego hacia los tres, pero un chorro de agua la apagó.
Los tres compañeros se sorprendieron al ver a Suigetsu frente a ellos deteniendo el ataque de fuego. No se veía muy bien pero parecía muy decidido, ya no mostraba una de sus típicas sonrisas.
-Más rebeldes... -dijo entre dientes Madara.
-¿Sasuke estás bien?
-Por supuesto, ¿por qué tardaste tanto? ¿Dónde está Juugo?
-Se quedó con ese tal Kakashi para protegerlo por si aparecían más de la Hermandad. Nos ordenaste que cuidáramos a los de Konoha ¿no?
Naruto y Sakura miraron a Sasuke sonriendo, siempre trataba de mostrarse malo pero tenía su lado bondadoso cuando quería, se había preocupado por la gente de Villa. El morocho apartó la vista de ellos y resoplando contestó.
-Sí... está bien...
-Bien, no se preocupen yo les ayu...
Suigetsu no puso terminar la frase porque Madara lo había atacado con su katana cortándolo al medio. Por suerte el peliblanco podía volverse agua así que el ataque no le hizo ningún daño. Sin embargo el Uchiha no se detuvo y haciendo sellos golpeó el suelo haciendo que la tierra comenzara a moverse. Filosas rocas salieron del suelo, Naruto, Sasuke y Sakura saltaron hacia atrás, Suigetsu iba a hacer lo mismo pero algo lo atrapó una mano se piedra salió de la tierra y lo atrajo de nuevo hacia el suelo, cayó de bruces y no tuvo tiempo para hacer nada más, más rocas surgieron y se cerraron sobre él sepultándolo.
-¡¡Noo!! –gritó Sasuke al ver la escena y sin pensarlo dos veces corrió hacia Madara.
Cuando su espada chocó contra la de su oponente lo miró con furia. Madara se veía también enojado.
-¿Viste lo que hiciste? Lo pusiste en mi contra y lo mandaste a la muerte. Eso sucederá con todos si no los detienes ahora Sasuke...
-Te mataré eso es lo único que voy a hacer...
-No... no lo harás porque no puedes.
-¡Sasuke!
El morocho abrió los ojos al escuchar que lo llamaban y se corrió a un costado justo a tiempo. Naruto apareció con un Rasengan nuevo, uno que Sasuke no había visto, ¿cuántas variantes tenía de ese jutsu?, ahora era negro y parecía haberlo hecho usando el poder del zorro de su interior. Madara se sorprendió y sólo puso crear una pared de agua entre ellos para defenderse. La explosión los lanzó para lados contrarios. Sakura corrió hacia el rubio para comprobar que estaba bien y así era. Madara de nuevo había salido casi intacto.
-¿Cómo está Sasuke? –preguntó Naruto preocupado mirando hacia todos lados.
-Furioso... -respondió Sakura.
El Uchiha menor estaba furioso y triste habían matado a alguien que estuvo a su lado por muchos años, que fue su fiel ayudante miles de veces.
-¡No te lo perdonaré! –gritó corriendo nuevamente hacia él.
Madara creó una copia que comenzó a luchar contra Sasuke. Naruto quiso ir a ayudar a su amigo pero apareció nuevamente el Susanoo que había dejado con sus clones y trató de atraparlo. Creó más clones para entretenerlo y tomó a Sakura alejándose de la zona de batalla. La mujer no se veía bien, físicamente no tenía ninguna herida grave pero algo había. La llevó entre los árboles.
-Ocúltate y quédate a salvo.
-No... Naruto... no me voy a quedar aquí sin hacer nada mientras ustedes luchan...
-Por favor –tomó su rostro con delicadeza y le sonrió- sé que no puedes con esto, no puedes herirlo aunque pensaste que podrías, él fue por mucho tiempo tu padre, y aunque haya hecho daño a otros, a ti te cuidó.
-También me dañó –respondió ella frunciendo el ceño, porqué le decía esas cosas.
-Estás confundida, y un corazón confundido no pelea bien. Quédate aquí.
-¿Me estás dando una orden? –preguntó más enojada.
-No, es un pedido, un ruego si lo prefieres –volvió a sonreír y le dio un leve beso en los labios- tú eres más médico que luchadora, sal sólo si te necesitamos para curar. Déjame esto a mí, yo cargaré con tu peso...
Desapareció corriendo entre los árboles. La mujer se apoyó contra un tronco tocándose los labios y sintiendo las lágrimas alcanzar sus ojos. ¿Qué le pasaba?, todo el sufrimiento por el que habían pasado tantos, todo lo que Sasori hizo por ella, lo que Naruto hizo, todo para que pudiera ser libre y feliz y ahora iba a quedarse allí dudando. Pero el rubio tenía razón, su corazón dudaba, una parte estaba dividida, por mucho tiempo quiso a ese hombre al que se enfrentaban, lo llamó padre, lo abrazó y le sonrió. Él la cuidó.
-Madre... ¿qué hago? –susurró mirando hacia arriba.
-Sakura... -abrió los ojos sorprendida. Madara apareció frente a ella, no llevaba ningún arma consigo ni tampoco tenía activado su Sharingan.
-No, no... aléjate de mí...
-No voy a dañarte... -extendió nuevamente el brazo y acarició su rostro limpiando las lágrimas que comenzaron a resbalar por su mejilla.
-Sí lo harás... quieres matarlos... eso me dañaría –contestó.
-Ellos no son dignos...
-No eres tú quien debe decidirlo. Mi corazón ya tomó una decisión.
-Tu madre también había tomado una decisión y sin embargo fue equivocada, el corazón no razona...
-No, el corazón siente... mi madre no tomó una decisión con su corazón, la tomó con su cabeza. Si hubiese escuchado a su corazón, se habría quedado a tu lado, y habría luchado con todas sus fuerzas contra tu oscuridad y posiblemente la habría vencido. Pero no lo hizo, pensó que alejarse era lo mejor para ti. Y allí estuvo su problema.
Madara frunció el ceño y tomó el rostro de la mujer con fuerza.
-No sigas tratando de convencerme –resaltó cada palabra mostrando su ira- Naruto va a morir.
-Si no puedo convencerte entonces deja de hablar y mátame, porque no hay más salida que esa, no me quedaré más tiempo a tu lado, y no permitiré que lo lastimes, así que si no puedes entenderme acaba con esta tortura y ¡mátame!
El Uchiha cerró los ojos lentamente y cuando los volvió a abrir mostraba su Sharingan. Sakura desvió la mirada al instante. No volvería a caer en otro de sus genjutsus. "No puedes herirlo aunque pensaste que podrías, él fue por mucho tiempo tu padre, y aunque haya hecho daño a otros, a ti te cuidó" Naruto tenía razón, era incapaz de acabar con él, pero debía detenerlo, de lo contrario mataría al hombre que amaba. Cerró los ojos con fuerza y lanzó un golpe a su oponente, pero éste la esquivó, siguió haciendo lo mismo sin ningún resultado, no lograba alcanzarlo. Lanzó un grito de desesperación y golpeó el suelo quebrándolo, Madara trastabilló debido a la pérdida de equilibrio y ella aprovechó para saltar e intentar golpearlo con una patada. Se corrió justo a tiempo y ella destruyó más suelo a su alrededor. Las lágrimas seguían saliendo sin parar. Y cuando lo miró vio que él también estaba triste, hasta ese momento no había visto su dolor pero ahora lo notaba.
-Elegiste un lado y está junto a él... -susurró el Uchiha pero ella alcanzó a oírlo- ¡¿por qué me haces esto?!
-No me dejaste opción –respondió volviendo a correr hacia él. Pero esta vez su contrincante se preparó para el contraataque, ya no iba a seguir esquivando.
Detuvo su puño con una mano, la mujer abrió los ojos sorprendida, estaba concentrando chakra, era imposible que pudiera frenarla pero así era. Con la otra mano tomó su brazo y la lanzó contra un árbol, al chocar perdió el aliento, de rodillas puso las manos en el suelo para recuperar el aire. Lo vio caminar hacia ella con tranquilidad.
-¿Vas a matarme entonces?, no me extraña después de que mandaras a Pein a hacerlo, por lo menos serán tus manos... por lo menos ya no actuarás como un cobarde mandando a otros a hacer lo que quieres...
Madara se detuvo, retrocedió un paso confundido, la niña que había criado, la que sonreía a pesar de todo, la pequeña que lo abrazaba y le decía padre con tanto cariño... ¿podía matarla?
Un temblor movió el suelo, luego un gran rugido, miró hacia donde estaban Sasuke y Naruto peleando, luego de nuevo a la mujer.
-No puedo... -dijo y desapareció en una nube de humo.
......
Naruto hizo una gran cantidad de copias y cada una realizó un Rasengan. Corriendo hacia su contrincante atacaron en conjunto.
-¡Sempo: Choodama Rasen Tarengan! –gritó al golpear al Susanoo éste retrocedió unos pasos pero no se destruyó.
Cayó al suelo agitado. Ese ataque le había tomado mucho chakra y fue en vano. Comenzó a correr de nuevo, lo intentaría una vez más pero de pronto se detuvo y miró hacia donde había dejado a Sakura. Abrió los ojos al sentir el chakra de Madara, no se había dado cuenta porque estuvo muy ocupado en la pelea, pero él también estaba allí con ella.
-No... -quiso correr hacia allí pero el gigantesco Susanoo le impidió el paso.
-¿Crees que te dejaré pasar? –le dijo Madara a su espalda. Una copia luchaba contra Sasuke, y al parecer había mandado otra con Sakura.
-¡Déjala en paz! Esto es entre tú y yo, Sakura no tiene nada que ver...
-Ella lo es todo, tiene mucho que ver...
-Bien, no me dejas más opción, terminaré ahora... -contestó Naruto.
Madara sonrió y se cruzó de brazos listo para ver qué nuevo truco sacaría ese niño de la galera. Pero luego comenzó a preocuparse, no se esperaba que hiciera eso.
El rubio colocó una mano sobre su estómago e hizo un movimiento de giro.
-Ayúdame Kurama ahora necesito tu fuerza.
Una nube de humo inmensa cubrió su visión, el Uchiha comenzó a mirar hacia todos lados, el Susanoo estaba a su lado listo para protegerlo. Un gran rugido y un terrible chakra barrió todo a su alrededor. Frente a él se hallaba el propio Kyuubi. La bestia gruñó y lo miró directamente. Madara sonrió, eso era impresionante, definitivamente había subestimado al chico. "Quizá si..." pensó, pero no pudo terminar ya que el animal se lanzó contra él. El Susanoo lo detuvo y comenzó una gran lucha de titanes. El Kyuubi era muy veloz, y esquivaba con gran eficacia cada ataque de Madara o su Susanoo. El Uchiha decidió que no podría seguir jugando, por lo que se puso serio y comenzó a realizar múltiples jutsus utilizando todos los elementos.
Naruto estaba arriba de la cabeza de Kurama, se sostenía con fuerza y le daba instrucciones, aunque la mayor parte del tiempo el zorro se las arreglaba solo. Sonrió para sus adentros y le agradeció sinceramente.
-Deja de ser tan cursi en un momento como este tonto, no dejaré que ese ser vuelva a utilizarme así que me alegra estar peleando contra él.
-Acabemos esto, me preocupa Sakura.
-Ella ya está bien, confía en mí.
-Lo haré –sonrió el rubio un poco más tranquilo.
El zorro se detuvo y abrió la boca juntando chakra para hacer una Bijudama. Madara impresionado hizo que Susanoo se colocara frente a él para usarlo como escudo. Kurama cerró la boca y la volvió a abrir expulsando la gran bola que fue directo hacia su oponente.
Sasuke oyó una gran explosión y luego un rugido. Cuando miró vio al zorro de nueve colas frente a Madara. El clon contra el que estaba luchando desapareció en una nube de humo, seguramente Madara no querría usar chakra de más. Agitado clavó su katana en el suelo para recuperar el aliento. Observó la batalla asombrado, no sabía que Naruto tuviera semejante poder, definitivamente estaba muy lejos de alcanzarlo. El cuerpo entero le dolía, estaba demasiado cansado. Sakura lo había curado pero su chakra no había sido reestablecido. La furia momentánea le dio fuerzas sin embargo ahora sentía las consecuencias. Las piernas le fallaron y cayó. Volvió a mirar y vio que el kyuubi hacía una gran bola de chakra con su boca. Abrió los ojos. Estaba más lejos pero igualmente se encontraba en la trayectoria de ese ataque, quizá Naruto no había notado que se encontraba ahí. No tenía fuerzas para moverse. Estaba bien, con eso el rubio vencería al Maestro, todo acabaría y él estaría solo, quizá lo mejor era morir. Cerró los ojos.
-Ey –abrió los ojos, no lo dejaría morir así no más, definitivamente Naruto era único, sonrió de lado- no puedes dejarnos aún, ya te lo dije, vamos –le tendió una mano, Sasuke la tomó.
-Ya puedes liberarla Kurama, tengo a Sasuke –le dijo Naruto a su compañero.
La bijudama fue liberada, un haz de luz los cegó a todos por un momento. La bola de chakra chocó contra el Susanoo de Madara que se partió en miles de trozos lanzando a su creador varios metros hacia atrás muy malherido. Naruto sacó su katana. Le dolía tener que hacerlo pero no había opción.
-Gracias Kurama.
Saltó de la cabeza del zorro que desapareció en una nube de humo y se dirigió hacia Madara.
El Uchiha se levantó, sangraba por varias partes de su cuerpo. Vio a Naruto ir directamente hacia él. No iba a vencerlo, jamás lo vencería, él lograría su objetivo. Tomó su katana con fuerza y fue hacia él, su mayor enemigo, la única persona que logró dejarlo en tan mal estado, quien quería destruir todo lo que había creado y robarle lo único que quería. "Quizá" no era una opción.
Sasuke se cubrió, la gran explosión destruyó todo a su paso, si hubiese estado ahí no hubiera quedado nada de su persona. Miró a la copia de Naruto que estaba a su lado, estaba mirando fijamente hacia donde se encontraba Madara, estaba cansado, por lo tanto su creador también lo estaba, a pesar de todo Naruto seguía siendo humano, tenía su límite y estaba llegando a él, sin embargo también estaba llegando Madara. Sólo quedaba un último movimiento.
Cuando vio que el clon de Madara desaparecía en una nube de humo supo que algo importante estaba sucediendo. Si Madara hacía desaparecer todos sus clones sólo podía significar que se iba a enfrentar a algo grande... ese rugido.... Salió corriendo hacia el campo de batalla y se detuvo en seco, sus ojos se agrandaron al ver a la bestia de nueve colas allí. Naruto se encontraba sobre él y al parecer podía controlarlo. Luchó contra el Susanoo y luego finalmente comenzó a reunir chakra en su boca. La pelirrosa sintió un gran dolor en su pecho. Decenas de recuerdos la inundaron. Él la rescató, él la entrenó, él hizo todo eso pensando en ella. Fue el camino incorrecto pero estaba cegado por el dolor. Bondad, su madre dijo que aún le quedaba algo. Recordó que cuando lo llamaba padre y corría a abrazarlo de pequeña él sonreía de verdad, la tomaba en sus brazos y la levantaba, acariciaba su cabello con ternura y a veces le leía antes de que se fuera a dormir. Todo eso antes de que comenzara a entrenarla. Ahí se volvió más distante al igual que ella. No quería matar y le dolía que esa persona que tanto quiso la obligara a hacerlo y él buscaba protegerla de todo y de todos. ¿Podía culparlo?, ella también había matado para proteger a los que quería y pensaba hacerlo.
La bijudama chocó contra Susanoo y lo destruyó, vio caer a Madara, vio saltar a Naruto y correr hacia él con la katana en la mano. Madara también se levantó preparándose para un ataque final.
No... no...
-¡¡NOO!! –corrió hacia ellos.
Todo pasó tan lento. Ella se interpuso entre ambos extendiendo los brazos y mirando hacia Madara. Naruto frenó justo a tiempo pero el Uchiha no, atravesó su pecho con la katana. Los ojos rojos la miraron entre asombrados y confundidos. Sakura escupió sangre.
-Paz... sólo eso te pidió y sólo eso te pediré yo...
Cayó hacia atrás, los brazos del hombre que amaba la sostuvieron. Madara estaba congelado. Naruto la depositó en el suelo entre lágrimas. Sasuke apareció al instante. Ella extendió la mano y tocó el rostro del rubio con una sonrisa.
-Cuídalo Sasuke Uchiha, no lo dejes solo, Naruto odia estar solo, a pesar de haberlo estado tanto tiempo... –le dijo la mujer al morocho quien solo pudo asentir. No lloraba pero una parte de su ser estaba muriendo con ella.
-Sakura... no me hagas esto... yo iba a salvarte... ¿por qué lo hiciste?, ¿por qué diste tu vida por él?
-Tú lo dijiste, una vez lo quise, creo que aún lo quiero, al fin y al cabo es mi padre aunque no lo sea de sangre, lo es de corazón, sentí... que debía salvarlo, a él y a ti. Odias matar, no mates más, ni siquiera a él. Ya basta Naruto, todo terminó.
-Buscaré ayuda, seguramente la Hokage podrá salvarte, escuché que sabe de medicina, te curará, sólo aguanta –quiso levantarse pero ella lo tomó de la chaqueta.
-Te amo. Gracias por mostrarme otra vida.
-No, no, no me dejes otra vez, no lo puedo soportar, Sakura...
Apoyó la cabeza sobre su frente mientras acariciaba su cabello. Sasuke apretó los dientes con fuerza al ver que la mujer dejó de respirar.
-Voy a matarte –le dijo a Madara.
-Sasuke –susurró Naruto.
-No, ¡no se lo perdonaré!, a ti te pidió que no lo mataras, no a mí. Yo acabaré con esta basura –miró hacia la pelirrosa una vez más- me mentiste Sakura Haruno, los tres no seremos libres al final...
Tomó la katana de Naruto y caminó hacia Madara que estaba con la mirada fija en la mujer.
-Me dijiste que matarías a todos, ¿ella también estaba dentro de tus planes?, ¡responde! –lo tomó de la ropa pero el Maestro de la Hermandad no parecía querer reaccionar- bien, morirás de todas maneras –levantó la katana y por fin Madara lo miró.
-Si me matas, ella no tiene ninguna posibilidad.
-¿De qué hablas?
-Yo la salvaré –respondió Madara decidido.

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