11

17 3 4
                                    

——Amy, tengo una misión para tí.—— aquellas palabras de mi tío me llenaron de ilusión, sobretodo después de haber pasado toda la tarde con los frikis informáticos.—— Tienes que llevar este paquete a esta dirección.—— envió un mensaje a mi móvil con el lugar y dejó en un mano una caja de color marrón del tamaño de mi móvil. Lo metí en Google Maps de inmediato, iba a tardar una maldita hora como mínimo.

——Claro, sin problema.—— no tenía ninguna gana de ir hasta allí, pero era una forma de demostrar mi interés en el negocio, así que debía hacerlo. Aunque ya había probado bastante mi lealtad dejando mis huellas en un cadáver.——¿Algo más?

——Dile al dueño del sitio que es de mi parte, lo entenderá.—— asentí y me dirigí a la puerta inmediatamente. Si salía en ese momento, podría llegar antes de que anocheciera. No tenía tiempo que perder, ya había paseado a las perras y ellas siempre cenaban con horario inglés (el porqué se explica con una larga historia que cuenta con pesadillas y vómito perruno).

——¡Wait!—— Neo salió detrás de mí haciéndome señas.—— I want to tell you that it was great dancing with you.

——A ver, que no te entiendo.—— sabía que tenía buena intención, pero estaba harta de que me hablase en inglés. Decidí ignorarle y comenzar a caminar hacia el metro.
Debo admitir que me sentí culpable al ver cómo se giraba cabizbajo hacia la casa.

——¡Amy!¡Espera!—— el tal Atlas salió detrás de mí también ¿de repente todos querían hablar conmigo? Me había pasado toda la vida sin planes para un sábado por la noche, y ahora de repente era popular.

No tenía una impresión muy concreta de Atlas, solo le había visto el día que me raptó, pero al menos mantuvo a mis perras con vida. También sospecho que las alimentaba de vez en cuando, porque no ladraban cuando él pasaba y estaban cogiendo más peso del habitual.

—— You were going to let her go before the time, useless bitch.—— se dirigió a Neo, este puso mala cara y volvió a dentro. Lo admitiré, me daba rabia que todos supieran inglés menos yo, al final sí que me habría resultado útil en la vida, no como saber hacer las raíces cuadradas o conocer los hechos ocurridos en 1936.

——Oye, tengo algo que hacer.—— tomó mi mano y tiró de ella para dejarnos pegados. Era como si de pronto fuéramos a bailar un tango, aquello sería un enorme desastre porque tengo dos pies izquierdos y no los sé usar. Me pilló por sorpresa, no pude reaccionar a tiempo, así que terminé apoyada sobre su pecho luchando por mantener el equilibrio.

——Tranquila, no tardaré mucho.—— fruncí el ceño al ver cómo miraba su reloj. Estaba a punto de abrir la boca pero Talía (la musa de la comedia) me había dejado totalmente abandonada cuando más la necesitaba. La maldita se había acobardado ante un tono de voz ronco y un poco de contacto físico.
—— No sé si me gustas más cuando sonríes o cuando te enfadas.—— todas y cada una de mis neuronas se quedaron boquiabiertas, y más cuando me besó rápidamente.

No sabía qué acababa de pasar. Odiaba que hicieran eso, robar no está bien, ni siquiera cuando es un beso.

——Tú eres gilipollas.—— le di una bofetada. No porque no me gustase, sino porque trató de sorprenderme y porque casi le causa un infarto a mi tío.

——Uf, definitivamente enfadada.—— bufé y él soltó un suspiro. Tenía suerte, si tanto le gustaba verme cabreada podía hacerlo 24 horas al día los 7 días de la semana. Miró su reloj y sonrió.——Nos vemos.

¿Cómo se atrevía a robarme un beso y marcharse como si nada hubiera pasado? Lo cierto es que no podía dejar pasar esto, y ya se sabe que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Cómo se atrevía a robarme un beso y marcharse como si nada hubiera pasado? Lo cierto es que no podía dejar pasar esto, y ya se sabe que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Pensaba recuperar lo que era mío y había tomado sin permiso, pero de momento tenía que ir a entregar un paquete.

 Pensaba recuperar lo que era mío y había tomado sin permiso, pero de momento tenía que ir a entregar un paquete

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El negocio familiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora