22

5 1 0
                                    

——Jefe, se está haciendo tarde

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

——Jefe, se está haciendo tarde.—— Alex tenía razón. La fiesta estaba más que terminada desde las once y media, apenas quedaba gente, incluso habían comenzado a recoger.

——Id a casa, pediré un taxi más tarde.—— dejó en sus manos el llavero con un número tallado en la madera que le habían dado a cambio de las llaves del coche a mi falso novio, aquello me ofendió, porque yo tampoco había bebido tanto.—— Me quedaré ayudando a limpiar.—— me fijé en cómo observaba a mi madre dando órdenes a los camareros, obviamente solo quería poder compartir unos instantes más con ella.

——Antes me voy a cambiar de ropa.—— avisé a Alex antes de salir "corriendo" hacia mi habitación. Y si escribo "corriendo" entre comillas, es porque era lo que les ordenaba hacer a mis piernas, aunque ellas hacían lo que podían entre tanta tela y los tacones que había llevado toda la tarde.
Entré a mi habitación y me quité el vestido con rapidez, como si fuera una tirita. Volví la vista hacia el vestido de margaritas que yo había traído y me di cuenta de que tampoco quería llevar eso. Fue como viajar unos años al pasado, de pronto estaba parada frente al armario de mi habitación sin saber qué ponerme. Pero di con el conjunto perfecto: una camiseta de la sección masculina con el logo de Jägermeister y un pantalón de chándal negro que me compraron hacía ya cinco años (por supuesto, mi madre ya había intentado deshacerse de esa ropa varias veces); por último, como los tacones no combinaban demasiado bien, tuve que ponerme unas deportivas blancas.

——Tienes más cambios de look que Barbie.—— rió Alex cuando me vió salir disfrazada de vagabunda tiktoker.

——Sí, ahora soy Barbie politoxicómana.—— contesté dando una vuelta sobre mí misma para lucir mejor el outfit.—— Ahora con las jeringuillas usadas de regalo, puedes conseguir tu propia hepatitis.

——Estás loca.—— tomó una bolsa de cáñamo 100% biodegradable de las que mi madre tenía patentadas y supe que la había sacado de mi ex-casa.

——¿Quién te ha dado esto?—— me acerqué y vi que la bolsa estaba llena de comida.

——Ana.—— fruncí el ceño, aunque lo cierto es que cuadraba con su personalidad generosa.—— La ayudé a limpiar la cocina y como vió que me gustaba tanto...

——No te preocupes, por aquí sobra la comida y eso iba a terminar en la basura.—— odiaba admitirlo, pero había sido testigo de cómo malgastaban recursos durante años.

——¿Nos vamos ya?—— colocó su brazo en jarra para que yo me apoyase. Lo hice, porque aún tenía los pies doloridos y porque siempre me han hecho gracia los contrastes así de brutales.—— Oye, he hablado con Atlas.

Me empezaron a temblar las piernas; no tenía ni idea de qué iba diciendo por ahí, pero sabiendo lo poco que sabía de él, era presumible que nada bueno.

El aparcacoches estaba en la salida y cuando nos vió llegar extendió la palma de la mano hacia Alex. Aquello era ofensivo lo mirase por dónde lo mirase; o bien pensaba que por ser mujer yo no era quien iba al volante, o me había visto así vestida y pensaba que no podría pagar ni una bolsa de pipas (así que mucho menos mi propio coche).

——¿Tú qué quieres?—— de pronto recordé quién era mi acompañante, a pesar de llevar la ropa propia de James Bond, seguía siendo un niño perdido. Aunque la mona se vista de seda, mona de queda.

——La propina.—— aclaré mientras le quitaba al aparcacoches las llaves y me dirigía hasta el lado del piloto. Solo quería darle una lección, pero lo cierto es que lo llevé demasiado lejos, ya que cuando Alex se sentó a mi lado saqué el coche del parking sin ningún remordimiento.

——Bueno, a Atlas le preocupa que forméis un vínculo demasiado fuerte, ya sabes que hay una regla en el código que lo prohíbe.—— ni siquiera estoy muy segura de que dijese aquello, estaba demasiado concentrada en la palanca de marchas, ya que yo no tenía carnet de conducir y no la sabía usar.

——Oye, ya hablaremos de eso, primero tienes que ponerte al volante en cuanto deje de vernos el aparcacoches.

——Oye, ya hablaremos de eso, primero tienes que ponerte al volante en cuanto deje de vernos el aparcacoches

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El negocio familiarWhere stories live. Discover now