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No soy tonta, sabía que me habían mandado entregar aquel paquete para que estuviera fuera, así que algo debían estar haciendo, algo en lo que no querían que yo participase; ¿Qué era ese algo? Tampoco era tan lista como para saberlo.

No soy tonta, sabía que me habían mandado entregar aquel paquete para que estuviera fuera, así que algo debían estar haciendo, algo en lo que no querían que yo participase; ¿Qué era ese algo? Tampoco era tan lista como para saberlo

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Ya llegaba con la mosca detrás de la oreja, y además vi cómo del edificio horrendo salían tres coches, uno de ellos lo había visto antes. La furgoneta del nazi iba acompañada de dos coches que parecían de UBER, si se hubiesen comido a todos los taxis de Nueva York y hubieran digievolucionado después.
Entré rápidamente y me encontré con el portero apoyado sobre la fregona, haciendo como que limpiaba el rellano, abrió los ojos en el mismo instante que mis pasos sonaron dentro del recibidor.

——¿Dónde está la sala de reuniones?—— pregunté como si supiera perfectamente lo que hacía. No se paró a meterse en mis asuntos porque acababa de pillarle quedándose dormido en el trabajo.

——Última planta.—— respondió él.
Me subí al ascensor a toda velocidad y pulsé el botón que más alto estaba. Me extrañó que no hubiera botón para emergencias, pero no era lo más preocupante del diseño de aquel edificio.
Cuando salí, estaba en una terraza acristalada inmensa con vistas al anochecer. Todos estaban recogiendo vasos y copas de una gran mesa, conté catorce sillas y ellos solo eran ocho.

——Me querías fuera de aquí, por eso me mandaste a llevar el paquete.—— me dirigí a mi tío, estaba tan enfadada que ni disimulaba al expresarme.

——Eh, cuidadito con cómo le hablas al jefe.—— dijo Carrie con actitud amenazante, por cómo me miraban supuse que todos pensaban lo mismo.

——No ha servido de mucho.—— intervino Dante.—— Me he tragado una hora de cosas nazis para nada.

——¿De qué habla?—— mi tío no había dicho palabra pese a estar gritando a menos de medio metro de su cara.

——Los nazis ya saben que estás con nosotros.—— murmuró mi tío.——He recibido un mensaje de mi socio, dice que ha llegado el paquete, pero casi le incendian la peluquería.

——¿Quién?—— Alex soltó el vaso de whisky que tenía en la mano y giró el cuello a ambos lados haciendo que este crujiera.

——Mi querida sobrinita.—— respondió él con un tono irónico, todos los demás parecían sorprendidos.

——Oh my God.—— Neo rompió el silencio unos segundos después, cuando Dante terminó de traducirle la conversación al oído.
Lysandra levantó ambos pulgares mientras me guiñaba un ojo. Si mi madre descubriera que estaban premiando mi mal comportamiento en lugar de castigarme por no lucir mis excelentes modales, tendría que ir ahorrando para comprar una corona de flores que adornase su féretro.

——Katniss, la chica en llamas.—— anunció Dante mientras se colocaba a mi lado y alzaba mi brazo como si hubiera ganado algún premio.

——Felicidades Katniss, estás dentro.—— anunció mi tío con una sonrisa que compartimos hasta que a ambos nos sonó el teléfono al mismo tiempo.
Sabíamos lo que eso significaba, solo para asegurarme miré la pantalla. Efectivamente, mi padre había anunciado la celebración de su cumpleaños en el grupo familiar.

——Mierda.—— dijimos al unísono.——Antes de enviarte a hacer cosas importantes, tendrás una última misión ridícula: tienes que comprar los regalos de cumpleaños de tu padre.
Puse los ojos en blanco, aunque tenía que ir de todas formas, creí que ya me había librado de los recados.
Al menos, después de aquello ya podría participar realmente y no me tendrían repartiendo mecheros o vendiendo pastillas falsas.

——De acuerdo, vamos a averiguar cómo evitamos que los nazis hablen más de la cuenta.—— dijo mi tío saliendo de la terraza seguido por Neo, Lysandra, Alex, Carrie y Dante.

——Fuego...—— una sensación de frío me subió desde las puntas de los dedos de los pies hasta el ombligo al escuchar cómo Poe susurraba en mi oído.—— No está mal.—— no pude volver a respirar tranquila hasta ver qué ya se había alejado un par de metros.

——Increíble.—— me giré para encontrar la sonrisa de Atlas, nos habíamos quedado allí con tan solo las estrellas como testigos.

——Me besaste para ganar tiempo.—— gruñí haciendo que él abriera los ojos sorprendido.

——¿Eso crees? Mira, puede que tuviera que entretenerte pero hay otras mil formas de...—— no pudo continuar debido a la presión que hacían mis labios sobre los suyos. Sí, estaba recuperando lo que era mío.

 Sí, estaba recuperando lo que era mío

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El negocio familiarWhere stories live. Discover now