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——Bueno

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——Bueno...—— llevábamos más de media hora en silencio y soy un animal sociable, no podía soportarlo.——¿se te ocurre algo para el regalo?

——Escúchame bien, porque no te lo pienso repetir.—— sonó como la peor de las profesoras que jamás haya tenido, me dio tanto respeto que clavé las uñas en el asiento del copiloto.—— Tu tío ha decidido que como soy una mujer y tengo tu edad, podíamos ser mejores amigas y pasar una tarde de chicas comprando.—— por mí, sonaba como un buen plan.—— No vamos a hacer brazaletes de la amistad, ir de pijamada a tu casa o quedar para tomar un helado.—— había hecho todo aquello con mis amigos, y lo volvería a hacer encantada, no sé qué le resultaba tan aborrecible.—— Voy a llevarte a una maldita tienda para que compres una puta corbata y podamos irnos.

——Una corbata.—— murmuré.
Lo cierto es que se podría haber ahorrado el resto del monólogo. No mentiré, veía la sororidad muy lejos, escondida entre los arbustos y sin disposición para ser encontrada.——¿Y la radio?¿También te molesta si pongo la radio? —— pulsé el botón de encendido. Comenzó a sonar Bohemian Rhapsody de Queen y ella la apagó de golpe.

¿A qué clase de monstruo no le gusta Queen? Además, Bohemian Rhapsody es un maldito himno, posiblemente una de las mejores canciones de la historia. Claramente Carrie no podía odiar esa canción, lo que ella odiaba estaba en aquel coche y su nombre es Amy.

Aparcó en el hueco del parking a la primera pese a ser bastante estrecho y estar en una esquina. Salí con cuidado de no rayar la pintura del coche de al lado, pero ella dió un golpe tan fuerte que hasta lo dejó algo abollado.
Ella se apoyó en el capó del coche y se quedó ahí, lo interpreté como que no pensaba venir conmigo.

Entré en la tienda de ropa del centro comercial, tenían un poco de todo, pero decidí ir a la sección de caballero para buscar una corbata como había sugerido Carrie.
Me di cuenta de lo injusto que es el mundo, la sección de ropa para hombres estaba plagada de bolsillos enormes y en todas partes, los bolsillos de mis vaqueros eran falsos y ninguna de las chaquetas diseñadas para mujeres llevan compartimentos en las mangas.

Me di cuenta de lo injusto que es el mundo, la sección de ropa para hombres estaba plagada de bolsillos enormes y en todas partes, los bolsillos de mis vaqueros eran falsos y ninguna de las chaquetas diseñadas para mujeres llevan compartimentos en...

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——Hola, ¿qué estás buscando?—— el chico vestía unos vaqueros azules y una camiseta negra, como todos los trabajadores de la tienda.

——Una corbata.—— esperaba alguna especie de mueca, pero ni se inmutó. Seguramente una corbata me quedaría ideal.——Es para mi padre.

——Bueno, lo que buscas está por aquí.—— me llevó hasta una sección en la que había desde pajaritas de friki de peli americana hasta corbatas de cowboy.——¿Cuál es su estilo?

——Funeral de lujo, caro y soso.—— no era la primera vez que decía aquello. El chico sonrió achinando mucho los ojos, era sincero.

——Están estas tres.—— tomó del estante; una azul de Armani, una con círculos rojos de Ralph Lauren y otra de rayas de Chris & Cris.

——Esta le gustará.—— elegí la más cara, iba a dejarme 75€ en una corbata fea y aburrida, justo lo que mi padre querría.
Comencé a caminar hacia la caja y me di cuenta de que el chico no dejaba de seguirme. Estaba en la fila para pagar y él seguía a mi lado dándome conversación.

——Deja que adivine.—— tomó mi mano izquierda y siguió las líneas de la palma con los dedos, como si fueran braille.——Eres sagitario.—— asentí confusa.——Vives cerca de Madrid.—— fruncí el ceño, era raro que fuese tan preciso.—— Antes tenías el pelo corto.

——¿Cómo sabes todo eso?—— me puse a mirar mi propia mano.

——Porque has sacado el DNI para pagar con la tarjeta.—— contestó con una sonrisa. Efectivamente, lo tenía preparado en la otra mano.——Lo siento Amy, la magia no existe.—— al parecer, también había leído mi nombre.

——Buenos días, señor De Angelis.—— me quedé aún más confundida al ver cómo le trataba la empleada encargada de cobrar.

——Buenos días.—— mi cara era un cuadro, uno impresionista, y él lo notó.—— Es que mi familia es italiana.—— aquella explicación no me sirvió de nada.

——Creí que trabajabas aquí.—— solo le pido consejos sobre corbatas a los verdaderos profesionales.

——¿Yo?—— soltó una carcajada, incluso la cajera dejó escapar una risita.——No Amy, no.—— me quitó la corbata de las manos y se la dió a la chica.—— Ponlo en mi cuenta.

——¿Qué?—— aún estaba abrumada.—— No lo puedo aceptar.

——Por supuesto que puedes.—— me pasó la bolsa con la corbata y el tiquet dentro.—— Por cierto, me llamo Rafael.—— tomó uno de los bolígrafos de la cajera y escribió su número de teléfono en mi brazo.

—— tomó uno de los bolígrafos de la cajera y escribió su número de teléfono en mi brazo

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El negocio familiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora