Entre Tu Y Yo © [Completa ✔️]

Invitación incomoda

Capítulo cinco.

Horóscopo Aries.
Has entrado en una especie de bucle, y no sabes cómo salir de él. Necesitas escapar de todos los pensamientos negativos que te persiguen a dónde vas... Necesitas tranquilidad, pero en su justa media. Y el problema es que te estás dando cuenta de que pasas más tiempo en casa de lo que deberías. Por eso, piensas más de la cuenta y tú mente no para de darle vueltas a ese tema.

Si ya antes creía en ese tema del horóscopo, ahora estoy cien por ciento segura de que tiene razón. Después de mi visita a la oficina del director no he tenido nada que hacer y eso está apunto de volverme loca.

Una semana.

El director me castigo una maldita semana y tengo que ayudar con el desastre que dejan los inútiles de la clase de arte. Además, en casa, ¡también estoy castigada! Un mes sin salidas con ningún ser vivo. A menos que mi paradero sea el campus no puedo ni salir de la casa.

¿Qué demonios le pasa a mi papá?

Literalmente mi vida se ha convertido en un bucle infinito y deprimente. Ya es miércoles y lo único que he hecho es ir al campus y quedarme hasta tarde organizando el desastre que algunos llaman arte y cuando llego a casa solo como algo antes de subir a mi habitación a deprimirme haciendo las malditas tareas.

El horóscopo lo dijo; "Has entrado en un bucle y no sabes cómo salir de él..." de verdad que no podría tener más razón.

Camino hacia mi última clase mientras reviso mi Instagram. Como siempre no hay nada interesante para ver; estoy a punto de rendirme y guardar el teléfono en mi bolsillo cuando me estrello con alguien.

–¿¡Qué demonios te pasa!? ¿Acaso no ves por donde caminas? – grita el dueño de la espalda con la que choque. No sé quién es, pero su voz me parece familiar.

–Ok, ok. Tranquilo. Lo siento ¿sí? – respondo mientras levanto mi teléfono que por el golpe terminó en el piso. Lo miro y oh sorpresa, la maldita pantalla está rota.

Algo más para agregar a la lista de cosas malas que me han pasado esta semana. Una enorme línea atraviesa la pantalla de lado a lado sin piedad alguna.

El dueño de la voz se gira para verme. Es Jonas. Lo miro y nuestros ojos se mantienen en el otro por unos segundos en total silencio. Bueno... es demasiado. Retiro mi vista de él y la fijo en el teléfono de nuevo.

–Demonios – susurro, aunque al parecer él alcanza a escuchar.

–Tranquila, te lo compensaré – eh, no gracias. Quiero contestar, pero no lo hago, sólo lo miro lo más neutral posible y levanto una ceja.

–No hay razón para ello, adiós – digo dando la vuelta para salir de esta situación, pero no me doy cuenta que detrás mío esta, nada más y nada menos, que Jostin.

¡Yupi!

Estoy en medio de los dos humanos más populares de la preparatoria y es más incomodidad de lo que mi pobre alma puede soportar. Ambos me miran esperando que haga algo, pero no sé qué mierda hacer, solo estoy respirando porque mi cuerpo me obliga a hacerlo.

–Emm.... Creo que yo me voy – dice Jonas cuando nota que desvío la mirada hacia su hermano.

Él se da vuelta y camina por el pasillo, pero no presto atención. Jostin y yo nos quedamos solos en medio del pasillo mirándonos el uno al otro. La tensión el ambiente se puede cortar con un cuchillo.

Decidida a salir se está situación de una vez por todas, pongo los ojos en blanco y esquivo al hombre frente a mí. Camino hacia mi casillero aun sintiendo sus ojos sobre mi espalda.