Revelación en la fiesta

258 19 0
                                    

Capitulo veinticinco.

Jenny.

Han pasado tres días, tres días en los que he estado evitando a Math a toda costa. No quiero ni verlo.

Estos días he estado saliendo de mi casa casi diez minutos antes de lo normal solo para evitar encontrarme con él, mis hermanos me llevan al campus y vuelvo a casa caminando.

Por dios, Math es mi mejor amigo y lo ha sido por años pero no le importo mentirme, ocultarme estas cosas sobre Jostin y todo lo que sabia de su vida. Enterarme de la verdad por boca de Jostin hizo que todo cobrara sentido y que, de alguna extraña manera, sintiera que solo en él puedo confiar.

Mi mejor amigo alteró la historia de la vida de Jostin ¿Como si quiera pensó en hacerlo? cambiar la verdad solo para buscar que me alejara de él.

No está bien.

Tampoco está bien que yo defienda a Jostin de esta manera, él también me ha mentido y ha tergiversado información con otros fines, de hecho, se perfectamente que aun hoy, después de haberme dicho todo lo que dijo, hay muchas otras cosas que no sé sobre él. Pero por alguna estúpida razón no puedo molestarme con él.

Los pasillos del campus están abarrotados de los adolescentes hormonales de siempre, Kate y yo caminamos a la cafetería en busca de algo de comer antes de empezar las clases.

–No entiendo por qué no hablas con Math – reprocha por milésima vez mi amiga pelirroja desde que rechacé la idea de almorzar con él el miércoles.

–Porque no y ya.

–Lo respeto, chica –asegura asintiendo con la cabeza –, pero no lo entiendo.

–No hay nada que entender.

Pagamos nuestra comida y regresamos a buscar nuestros casilleros antes de ir a clases, pero me detengo en seco cuando veo lo que hay frente a mí. Mi casillero es a unos pasos de la jodida cafetería y no necesito mas que cruzar la puerta para ver la manada de personas alrededor de él, todos los que corrían de un lado a otro hace un momento están ahora formando un círculo alrededor de mis cosas.

Me abro paso entre la multitud lanzando golpes al aire para apartar a los intrusos mientras me acerco. Lo primero que entra en mi campo de visión es la metálica puerta abierta de mi casillero, totalmente arruinada la cerradura y la puerta abierta a todo lo que da. Las cosas que un día estuvieron metidas allí adentro -sin ningún orden en especial, cabe aclarar- están totalmente esparcidas por el suelo.

Observo a mi alrededor en busca de una cara culpable y, a pesar de que analizo todos y cada uno de los rostros presentes, ninguno tiene más que sorpresa implantada en la cara, tanto o más que yo.

Antes de darme cuenta, estoy gritando a todo lo que mi débil garganta soporta:

–¡¿Qué mierda paso aquí?! ¡¿Quién demonios hizo esto?!

Uno de los idiotas intenta ocultar una carcajada, pero es demasiado tarde, ya lo noté. Me abalanzo hacia él con la única idea de romperle la nariz cuando se gira rápidamente evitándome.

–Oye idiota – lo llamo, pero no gira –. Hey, te estoy hablando pedazo de basura –gruño obligándolo a voltear.

–¿Qué quieres, nena?

Me mira de pies a cabeza sin disimular ni un poco, mentalmente repaso lo que traigo puesto y me doy la aprobación silenciosa por haber decidido usar un jean ajustado y una de las sudaderas tamaño normal en vez de algo de lo que suelo usar a diario.

Cuando vuelvo a mirarlo noto que es el tipo que estuvo en mi casa el lunes en la noche después de la cita con Jostin, ese que me abucheó y me retó antes de desaparecer por la puerta. Una palabra más y lo acabo; hoy sí.

Entre Tu Y Yo  © [Completa ✔️]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant