Peleas

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Capítulo catorce.

En el momento en que mi espalda choca contra la puerta la paz que me acompaña se desvanece como humo luego de un ventarrón. La sonrisa dibujada en mis labios no desaparece del todo, pero disminuye en el momento en que escucho los gritos provenientes de la sala.

¿Qué carajos estas pasando?

Sin ganas de hacerlo, me muevo hacia la sala para averiguar el motivo del escándalo. Mi mente y mis ojos no están de acuerdo; ver a mi mejor amigo y a mi hermano mayos discutiendo como jamás lo habían llegado a hacer es una escena que no sé si realmente está pasando. Sin mentir, están a punto de ir a los golpes.

Ambos tienen las venas de la frente, palpitado con fuerza y los puños apretados a los lados de sus cuerpos.

–¡Eres un idiota! – Conor se acerca a mi mejor amigo gritando – ¡¿De verdad la dejaste sola?!

Joder, creo que esto es culpa mía.

–¡¿Y qué querías que hiciera?! ¡¿Encerrarla en el maldito sótano?!

Nick está en medio de ambos intentando calmar la situación, pero parece que nadie lo nota. Para los dos brutos que pelean mi querido hermano es invisible.

Me aclaro la garganta desde el umbral de la sala llamando su atención.

–¿Quieren decirme que carajos está pasando?

Mis hermanos corren hacia mí, Conor me revisa como si no me hubiese visto en años; sin dejar una sola parte de mi cuerpo sin escanear, y Nick me abraza como si me hubiera extrañado.

Esto no es algo normal en esta familia. Para nada.

Veo a Math rodar los ojos y lanzarse al sofá. Sólo Dios sabe cuánto tiempo llevaban en esa estúpida pelea.

–Ok, ok es demasiado Nick – deshago el abrazo y finjo una sonrisa, pero parece más una mueca.

Creo que toda la buena vibra que venía conmigo hace solo segundos acaba de morir y no tiene pensado resucitar.

–¿En dónde demonios estabas? Casi nos da un infarto – habla Conor, serio – Math nos contó lo que pasó ayer en la noche...

Le doy una mirada asesina a mi mejor amigo, es un chismoso, joder. ¿Por qué demonios tenía que contarles a mis hermanos algo de lo que paso?

–No es importante, ya pasó – lo interrumpo.

–¿Como que ya pasó?

–¿Por qué no nos hablaste de eso? – interviene el menor.

–Oh por Dios – gruño, enterrando mis uñas en las palmas de mis manos – ¿Es enserio? Ambos han pasado años ignorando mi mierda, ignorándome a mí ¡Joder! ¿Qué cambio, uh? ¿Porque ahora sí quieren saber? ¡Váyanse al demonio!

Dicho eso salgo disparada hacia mi habitación. Entiendo su preocupación, es decir, alguien entró mientras estaba sola; con arma en mano y esperando que aceptara irme de la ciudad como si no fuera nada importante. Poco después me dejo inconsciente en el suelo de la cocina y con sangre por todas partes.

Sangre que tuve que limpiar antes de que alguien se enterara de lo que había pasado.

Cierro con fuerza la puerta y pongo el seguro. Ahora sí, necesito estar sola. Con mi espalda contra la puerta, me dejo caer al suelo con las manos en el bolsillo de la sudadera.

Por un momento me permito olvidar todo lo que ha pasado esta noche; desde mis lágrimas en el parque hasta el camino a casa con el dueño de la sudadera que ahora traigo puesta.

Entre Tu Y Yo  © [Completa ✔️]Where stories live. Discover now