Un rato de tranquilidad

474 34 3
                                    

Capítulo siete.

Guakala.

Ha pasado una semana desde el incidente con Jostin en mi casa, cuando apareció con cara de haber asesinado a alguien, y no he tenido noticias de su existencia desde entonces; no ha aparecido por el campus en estos días, a excepción del lunes -hoy es jueves-, cuando apareció con morados en toda su cara y cortes en las comisuras de sus labios como si le hubiesen dado la golpiza de su vida.

Escucho el sonido de la campana que resuena por todo el campus indicando la gloriosa hora del almuerzo.

Siento que este día ha pasado demasiado lento, realmente siento que este ha sido el día más largo de toda mi deprimente existencia.

Los últimos días apenas he visto a Math, ni idea de en donde se estará metiendo o lo que ha estado haciendo porque las pocas veces que lo veo parece un carro loco; andando por todas partes a toda velocidad y esquivándome como si estuviera hecha de fuego. Ahora que lo pienso, se parece a la actitud de Jostin cuando llego a mi casa hace una semana...

–Hola – saluda David detrás de mí, irrumpiendo en mis pensamientos.

Sobre él; bueno, mi fuerza de voluntad decidió esfumarse cuando David apareció por segunda vez esperando una respuesta, por ende, terminé aceptando eufórica la idea de salir el sábado. Este sábado. Pasado mañana.

–¿Te acompaño? – continua.

Asiento con la cabeza y lo observo sentarse frente a mí, no tengo ganas de hablar, pero a él no parece importarle.

–Hoy tenemos extras al final del día, puedo acompañarte a tu casa luego, si quieres.

–Emm, no lo sé, David. Realmente hoy no tengo ganas de nada.

–¿Por qué? ¿Pasa algo?

¿Por qué tiene que hacer tantas preguntas?

–No, no. Sólo... quiero estar sola.

–Claro.

Kate pasa caminando detrás de mí acompañante sin prestarnos atención, aprovecho para salir de la situación con David y la llamo.

–Kate.

–Hola Jenny – dice rodeando la mesa para llegar a mi lado –. ¿Pasa algo?

–Necesito tu ayuda, ¿estas libre? – asiente mirándome confundida, pero siguiendo con la farsa –. Está bien. Lo siento David, tengo que irme – digo ahora mirando al chico en frente de mí.

Buena táctica. Me doy unas palmaditas mentales en la espalda por haber actuado a tiempo, antes de darle paso a David con el interrogatorio que sé que estaba por venir.

Él suspira resignado y asiente forzando una sonrisa. Una parte de mi se siente mal por lo que está pasando con David; no lo merece, pero honestamente, estoy cansada de siempre esperanzarme con algo que en el fondo se que no va a llegar y en parte esa es la razón por la que ahora soy así.

Desperdicie mucho tiempo de mi vida esperando que fuera como la de los cuentos que mi madre me leía antes de dormir, encontrar al chico perfecto y enamorarme perdidamente de él; vivir el supuesto amor verdadero, pero nunca llegó. Cuando cumplí quince años y entendí que la realidad está muy lejos de parecer una historia de amor de telenovela, decidí cerrar todo contacto amoroso y empecé a cambiar hasta lo que soy ahora, sea lo que sea esa nueva yo.

No me arrepiento de ser como soy ahora, pero me hubiera gustado guardar un poco de esa Jennifer del pasado; alegre, emotiva, divertida y, sobre todo, con esperanza; algo que ya no tengo.

Entre Tu Y Yo  © [Completa ✔️]Where stories live. Discover now