Entre Tu Y Yo © [Completa ✔️]

Culpas

Capitulo treinta y seis.

Jostin.

36 horas antes.

Voy a sesenta kilómetros por hora y subiendo. ¿Por qué mierda tengo que vivir tan lejos del maldito hospital?

La llamada de Nick hace unos minutos apenas en el momento en que mencionó a Jenny y al hospital en una sola oración fue suficiente para hacerme brincar hasta la camioneta y empezar a manejar directo al hospital.

En cuanto pronuncio el nombre de la chica solo pregunté el nombre del hospital y colgué el teléfono. No podía perder más tiempo, tenía que llegar al puto hospital lo más rápido posible.

Ni siquiera me moleste en preguntarle cómo estaban él o Conor, no quiero sonar cruel o insensible, pero son lo que menos me importa en ese momento.

He saltado todas las luces rojas que he encontrado y rebasado a todo carro que va a menor velocidad que yo y estuviese metido en mi camino.

Me faltan unos cinco kilómetros para llegar al hospital aun, así que mientras sigo conduciendo tomo la decisión de tragarme mi orgullo por Jenny y llamar a Math.

–¿Qué carajo quieres? – gruñe al contestar la llamada.

–Jenny – las palabras salen de mi boca y siento como cada nervio de mi cuerpo se tensa de solo pensar en que algo malo le pasó.

–¿Qué con ella?

–Está en el hospital – informo apretando el volante hasta que min nudillos están blancos –, ella y sus hermanos tuvieron un accidente en el auto.

–¡Mierda! – maldice más para sí mismo que para mí – Envíame a dirección, voy para allá.

–Ya vo... – corta la llamada antes de dejarme terminar de hablar.

En el siguiente semáforo en rojo que encuentro me detengo y aprovecho para enviar la dirección del hospital al contacto de Math.

Al llegar dejo la camioneta en el primer lugar libre que veo y salgo de ella para andar como puedo con las estúpidas muletas adentro del edificio en busca de la chica, o de alguien que me diga en donde coño está y que fue lo que pasó.

Camino hasta un puesto de enfermeras lo más rápido que mis piernas reales y de madera me lo permiten.

–Oiga – llamo a una de ellas – ¿Quiere decirme en donde tienen a los Palmer?

Una de las enfermeras pone los ojos en blanco y se acerca al computador frente a ella, teclea algunas cosas antes de lanzarme una mirada de pocos amigos y hablar:

–Siguiente pasillo a la derecha, consultorio 204.

–Bien – empiezo a caminar siguiendo las indicaciones intentando no pensar en todos los posibles escenarios que podría encontrar al llegar al consultorio.

El numero 204 aparece en mi línea de visión antes de lo que esperaba y respiro profundamente antes de entrar a la habitación.

Un adormilado Nick me recibe sentado a un lado de una camilla vacía, con las manos en la cabeza y un tic en una pierna. Claramente él está bien, en su rostro solo se ven algunos moretones, nada más que eso.

–Aquí estoy – anuncio para llamar su atención.

Se levanta rápidamente y llega hasta mi para abrazarme. Su acción me toma desprevenido, pero decido permitírselo por la gravedad de la situación, solo porque sé que hay algo que no está bien, de hecho, porque sé que nada está bien.