IV: TIC TOC

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MILÁN, ITALIA. 22 DE JULIO DE 2018 

El verano italiano está en su máximo esplendor y el tráfico internacional en el Aeropuerto de Milán- Malpensa estuvo congestionado debido a la entrada y salida de viajeros a la ciudad. Al igual que en Alemania, la seguridad en Italia para determinar si un viajero es o no un hombre lobo, es extremadamente minuciosa. Perros con un gran olfato y vampiros entrenados para capturar a un licano están perfectamente posicionados en las esquinas del aeropuerto mientras los humanos ignoran el propósito de su ubicación. 

Charles y yo con suerte logramos pasar migración con nuestros documentos falsos mientras los nervios en nuestros cuerpos consumían nuestras conciencias. Cada minuto que pasaba aumentaba el peligro que mi acompañante y yo tenemos estando en un lugar al que se le nos ha prohibido el ingreso . A pesar de abordar uno de los vagones del tren, los guardias seguían requisando a algunos visitantes presuntos de ser hombres lobo. Uno de ellos se acercó a nosotros y con el ceño fruncido comenzó a inspeccionar nuestro equipaje mientras su acompañante nos realizaba la respectiva revisión. 

Por un segundo el guardia de seguridad del tren trató de descubrir a Charles en el momento en que el perro comenzó a olfatear sus piernas y a gruñir, pero gracias al sonido del pito del tren, se alejó a regañadientes de nosotros y partimos de allí con destino a nuestro hotel. Nuestro viaje aunque silencioso, fue cómodo mientras cada uno se perdía entre sus pensamientos; el ver las tiendas de ropa de alta costura, la arquitectura antigua con un toque de modernidad, el glamour y la cultura que se respira en esta ciudad, me hacían recordar todas y cada una de las experiencias de Georgiana vividas en este lugar mientras estudiaba en una de las escuelas más caras de la ciudad. 

Reí internamente al observar desde la ventana algunas tiendas de moda y recordar las veces que Georgiana me contó las ocasiones en que se quedaba hasta media noche comprando vestidos a sabiendas de que al día siguiente le tocaba ir a estudiar. Más que Múnich, Milán me hacía recordarla más y sus múltiples aventuras en Italia. Cuando el tren se detuvo, Charles y yo tomamos nuestras cosas y encaminados en dirección al hotel, llegamos en media hora caminando apreciando lo arquitectónico y cultural de la ciudad. 

Una vez solicitamos nuestra habitación en la recepción del hotel, investigamos un poco más de nuestro querido Paulo. Empresario y dueño de una de los viñedos más importantes del país, es conocido este hombre dentro del mundo humano. Los constantes logros dentro de la industria financiera y los escándalos por salir con mujeres pertenecientes a la farándula italiana y griega. Fotos y más fotos con modelos y actrices se encuentran en la red y hasta caricaturas de su relación con Georgiana se encontraron en los tabloides de los periódicos más conocidos de la ciudad. 

-¿Será que Paulo estará en Milán? -, preguntó Charles mientras leía los reportes periodísticos acerca de la fortuna de Paulo. 

-Así me toque ir al corazón de Rusia no me importa con tal de encontrarlo. 

-Creo que lo mejor es descansar e ir en la noche a su mansión. 

-¿Tú sabes dónde se encuentra? 

-En su Instagram colocó la ubicación de la misma-, respondió burlón-, quién lo manda a ser tan narcisista de dar la ubicación de su casa para ser perseguido por las chicas. 

(...)

En la noche y con algunos alimentos en nuestras maletas, partimos del hotel hacia la casa silenciosamente con ayuda de un taxi. La noche en aquella ciudad la hacía ver más atractiva debido a la modernización que tuvo después de una segunda Guerra mundial. Las prestigiosas casas de moda y las escuelas de diseño lucían más atractivas que las que hay en Londres; la alta costura y el diseño se respira en el ambiente y las grandes campañas publicitarias nos transportaban a un mundo de glamour y estilo. 

Meine KöniginTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang