12

35.5K 3.3K 1.2K
                                    

—¡Koko! —tomó una de las manitos de su hija—. No intentes volar, podrías hacerte daño.

—Pero sí puedo hacerlo —frunció el ceño y sus alitas se encojieron.

—No sin tu padre cerca. Anda, ve a jugar.

Tomiko asintió, resignada a tener que caminar.

Toya suspiró dejándose caer junto a Natsuo, que reía por lo bajo, en una de las bancas de aquel parque al que su hija tanto ama ir.

Solían venir siempre con Keigo para que la pequeña practicará su vuelo, pero el día de hoy se encontraba ocupado... y tenía que admitir que era algo solitario sin él.

«Da igual. Al menos Natsu está conmigo» pensó, observando con cariño el rostro llenó de alegría de su pequeña. Pero aquello se esfumó cuando una persona pasó frente a ellos y murmuró:

—Qué desagradable.

Toya se mordió la lengua. Sí, estaba hablando de él.

Natsuo intentó levantarse para ir detrás del sujeto y obligarlo a disculparse. No obstante, la mano de su hermano mayor sobre su pecho le obligó a quedarse donde estaba.

—Déjalo, Nat, no importa.

—Per-... —él le vio suplicante y bufando cruzó sus brazos—. Ahg, bien.

—Gracias...

Los días como hoy, en los que Toya decidía salir sin su "camuflaje", eran los peores.
Por eso siempre necesitaba algo de apoyo —la mayoría de veces solía ser Keigo— para soportar las miradas o insultos de las personas; le incomodaban de sobre manera, pero que aun así no puede culparlas.

Natsuo en segundos leyó a su hermano, y con una sonrisa tenue en sus labios acarició su espalda de arriba hacia abajo, dándole ánimos.

—Tranquilo, Toya. Estoy aquí para ti.

—Lo sé, y lo valoro mucho, sólo es... difícil.

Él asintió y palmó su hombro derecho.

—¡Susu‐ojisan! ¡Ven a jugar conmigo! —llamó Tomiko desde unos columpios.

—¡Ahora voy! —respondió volteando a ver a su hermano—. Iré con Koko, ¿estarás bien?

—Sí, no te preocupes. Pero te advierto que si vuelve con las rodillas lastimadas, otra vez, te golpeare.

El albino rio y asintió, poniéndose de pie, yendo a la zona de juegos en donde estaba su sobrina.

Toya volvió a suspirar, jugando con una hoja seca, de uno de los muchísimos árboles que allí habían, que cayó justo sobre sus blancos cabellos.
De soslayo notó cómo alguien se sentaba a su lado, y sin darle importancia alguna decidió ignorar a esa persona, pero al oír su voz... el palpitar de su corazón se detuvo por un instante.

—Vaya, Tomiko-chan ha crecido mucho.

—¿Himiko?

La mujer oculta tras unos lentes de sol, un gorro sobre sus rubios cabellos, ahora cortos, y un vestido negro con una chaqueta de cuero sobre sus hombros, llevó uno de sus dedos a sus labios en señal de que guardará silencio mientras se ponía de pie para que la siguiera.

Toya, sintiendo sus manos temblar, dio una última mirada hacia su hermano e hija y chasqueando la lengua se puso de pie también; siguiéndole desde una distancia prudente.

Hace unos días atrás recibió una llamada de ella. No tenía ni idea de cómo había conseguido su número, pero colgó en el instante en el que reconoció su voz.
Ahora mismo podría simplemente haberla ignorado e irse... pero al estar en público y con su hija a unos pocos metros de ellos: era preferible seguirla y acabar con todo de una vez porque conocía a Himiko.
No se rendiría hasta lograr lo que fuera que buscará con él.

Hero | TodoDeku Where stories live. Discover now