Profesor Shipper. [Rubegetta]

V•E•I•N•T•I•O•C•H•O

¡Mi Profesor Es Shipper!

"Estúpido Profesor De Psicología"

-N. O.-

Elyas.- Bueno, nos vemos... Es bueno haber aclarado las cosas
Rubén.- Lo mismo digo... Hasta luego

El par de chicos se despidieron y Rubén finalmente volvió a su hogar.

Elyas había resultado ser un buen chico, le había aconsejado y además le prometió que no le diría absolutamente nada a Samuel, lo cual apreciaba.

Ahora sabiendo que entre Elyas y Samuel no había absolutamente nada... ¿Qué seguía?
Si bien Doblas ahora sabía que tenía una oportunidad con De Luque... ¿Sería lo suficientemente valiente como para declararse?
Porque una cosa era decir que lo haría, y otra muy distinta, era hacerlo.

Además ¿Qué le hacía pensar que realmente tenía una oportunidad con el castaño? ¿El hecho de que pudo haberse sentido celoso cuando la chica de la cafetería intentó coquetear con él? ¿O quizá el hecho de que casi se besaban cuando grabaron la obra...?

Nada daba por hecho que Samuel había sentido celos... Y aunque fuese así ¿Cómo podría estar tan seguro de que Samuel lo aceptaría?

Porque joder, estaba hablando de Samuel de Luque, un chico bastante atractivo, inteligente y ciertamente popular entre las chicas.
Si el castaño tenía tantas pretendientes ¿Por qué lo elegiría a él...?

El chico suspiró, su pesimismo lo estaba destrozando.

Durante el camino a su hogar, se dedicó a pensar en las posibilidades que había para que Samuel le correspondiera, y en realidad, aunque él mismo sabía que las posibilidades eran altas según lo sucedido los últimos días, su negatividad le obligaba a llegar a la conclusión de que salir con De Luque, no sería posible.

Tras minutos de dudas y preguntas, llegó a su hogar, entró y sin más se dirigió a su habitación.

Lo que restaba del día se dedicó a imaginarse a sí mismo saliendo con Samuel, le gustaba pensar que aquello podría suceder de verdad.
Aunque era lo suficientemente cobarde como para no atreverse a dar el siguiente paso.

Un día más se presentaba.

Rubén se levantó con cierta pereza y se dedicó a hacer su rutina diaria de las mañanas.

Tras terminar, tomó su mochila y partió a su destino.

Una vez llegó, vio a De Luque entrar al aula, suspiró y dejando de lado cualquier pensamiento con respecto al castaño, se dirigió hacia el salón.

Al entrar, vio a Guillermo ya ahí, junto a Alex, y Samuel, Elyas y David también estaban ahí.

El chico los saludó, tratando de parecer indiferente y sin más, se fue directo a sentar en su lugar.